Cuando hablamos de Martín Dihigo uno de los más grandes peloteros que hemos visto en la Liga Mexicana Beisbol, no podemos dejar de lado, a otro gran cubano, Lázaro Salazar, conocido como el príncipe de Belem. Son dos figuras cuyo desarrollo fue paralelo, sin embargo, fueron muy distintos como jugadores, en lo único que se parecían es que ambos se ganaron el cariño de los aficionados donde quiera que jugaran.

Martín tenía más facultades para brillar como pelotero. Era un hombre muy alto, muy fuerte, gran bateador y formidable pitcher derecho. Alguna vez en la Liga Negra de Estados Unidos, en un encuentro, jugó Las nueve posiciones, para probar su versatilidad.

Lázaro Salazar no era tan alto, era zurdo, jugaba pitcher, primera base o jardinero, no bateaba tan fuerte como Martín, pero colocaba muy bien sus batazos, sobre todo cuando lo necesitaba su equipo.

Quiero decir con esto, que Lázaro era un jugador con una inteligencia envidiable, sin tener la velocidad de Dihigo, colocaba muy bien sus lanzamientos y conocía al dedillo a los bateadores. En esa época, todavía no existían las estadísticas actuales y tanto los receptores como los lanzadores, debían conocer muy bien la tendencia de los batazos de sus oponentes y Lázaro era un maestro en eso.

Fue su inteligencia lo que hizo que lo nombraran mánager de los equipos desde muy joven y así, llevando esas dos funciones, Lázaro conquistó muchos campeonatos, dirigiendo, bateando y lanzando, además, era un símbolo de la elegancia, lo era a la hora de batear, de jugar la inicial, de pitchear, vamos, hasta para reclamarle a los árbitros. Era majestuoso tanto jugando, como fuera del parque. De ahí nació el mote de príncipe de Belem. Lo de príncipe era por su presencia, lo de Belem, porque fue el barrio donde nació.

Pocos jugadores y managers, mucho menos siendo estrellas, podrán haber sido tan humildes, modestos, callados, tranquilos y discretos como él. Daba la impresión de que brillaba a pesar suyo y las grandes ovaciones que con mucha frecuencia escuchaba, las recibía con gran sencillez, concretándose a tocar su cachucha al mismo tiempo que agachaba un poco la cabeza sin detener su marcha.

Un gran periodista regiomontano, Rodolfo González Castillo, editó un libro maravilloso dedicado a nuestro personaje y en la portada decía: “La magia del príncipe de Belem”. 

Lázaro y Martín fueron motivo de sendos libros, ya que hay muchísimo de que hablar sobre ellos, los dos jugadores más notables que ha tenido la Liga Mexicana…

A raíz de su muerte, acaecida el 24 de abril de 1957, en el mismo parque Delta mientras se jugaba un encuentro entre Diablos Rojos, del cual era mánager y Monterrey, el beisbol mexicano se puso de luto. Reproduzco algunos comentarios de don Alejandro Aguilar Reyes, Fray Nano, director de

La Afición y Alto Comisionado de la Liga Mexicana de beisbol: “Lázaro Salazar el mánager beisbolero que más éxito ha tenido en nuestro país. Uno de los grandes jugadores extranjeros, cuya influencia puede juzgarse como la máxima para el desarrollo y mejoría del beisbol en México, ha pasado a mejor vida”

Lázaro empezó a jugar en Cuba, debutó en 1931-32 con Almendares. Ese año no pitcheó, jugó primera base y bateó .299, y, lo principal, mostró su gran inteligencia para jugar. Para la temporada cubana de 1937-38, lo nombraron mánager del Santa Clara, equipo al que llevó al campeonato dos años consecutivos. Un formidable debut como manejador. Y tras ello vinieron muchos campeonatos, tanto en México como en Venezuela, Cuba y República Dominicana.

Dice don Rodolfo González Castillo, que Lázaro logró cetros al lado de los mejores peloteros de su época, como jugador logró campeonatos de bateo y pitcheo en México y en Cuba. Con la calidad de mánager conquistó dos gallardetes en la Isla bella, uno en Dominicana, 5 en Venezuela y nada menos que 7 en la Liga Mexicana. Nadie puede mostrar cartas credenciales con récords como los del Príncipe de Belem”

Nadie me puede sacar de la cabeza aquella época de oro del beisbol mexicano, cuando Jorge Pasquel hizo historia al traer a grandes estrellas de las Ligas Mayores: Max Lanier, Joshua Gibson, Diablo Wells, Mamerto Dandridge, Salvatore Maglie, Roy Campanella, Luis Rodríguez Olmo, Bill Wright, y a muchos más, trajo a super estrellas cubanos como Chico Hernández, Agapito Mayor, Cocaína García. Silvio García. Agustín Bejarano, Carlos Colás, etc… Me gusta el beisbol que se juega actualmente en México, tanto en la Liga Mexicana como en el Pacífico, pero mis recuerdos están con todos ellos, Martín el Inmortal y Lázaro el príncipe campeón.