En agosto de 1972 llegué al periódico LA AFICIÓN recomendado por Jaime Maussan para solicitar el puesto de redactor en la sección taurina. En ese momento no sabía lo importante y definitivo que sería para el resto de mi vida.

Tenía varios meses, tal vez ocho, trabajando en el Noticiero 24 HORAS de Jacobo Zabludovsky. Me dio la oportunidad de colaborar con él y me designó diversas actividades para convertirme en reportero. Como todos los aprendices de aquella época, no tenía sueldo, Jaime alcanzó un puesto en el noticiero 24 HORAS de W y tenía que dejar su trabajo en LA AFICIÓN, por eso me recomendó con Guillermo Salas que era su jefe. 

Muy amable Memo Salas me recibió, ofreció hacerme una prueba para valorarme y ante mi absoluto desconocimiento del ambiente taurino me mandó con Jorge Bermejo, quien era subdirector del periódico. Don Jorge me dijo que en la sección de futbol necesitaban gente pero que el jefe llegaba hasta la tarde y me citó ese mismo día a las 7 de la noche.

Yo siempre fui aficionado a los deportes, en esa época estaba jugando futbol americano en vietnamitas de Prepa 9 en la categoría juvenil. Y antes jugué en las fuerzas básicas del Necaxa, es decir me gustaban los deportes y sabía de futbol, de beisbol, boxeo, por supuesto solo como aficionado.

 Mi bienvenida al periódico fue justo minutos antes de las 7 de la noche de ese mismo día. Cuando en la recepción pregunté por Jorge Bermejo, de inmediato se escuchó una potente voz que llenó toda la redacción: “Víctor Cota, que te parecen los nuevos reporteros de toros que vienen a pedir trabajo y no saben nada de toros” era José Manuel Zaragoza, redactor de deportes olímpicos y como todos los integrantes de la redacción, me convirtió en víctima de sus bromas. Muriéndome de pena llegué al escritorio del señor Bermejo y me llevó al escritorio del fondo con Jorge Che Ventura, quien sería mi jefe. En el camino se levantó Lourdes Llera, reportera de futbol y seguramente al darse cuenta del susto en mi rostro, trato de tranquilizarme. El Che me entrevistó, le platiqué que era aprendiz en 24 HORAS y me dijo que estaría a prueba un mes ya que había otros dos aspirantes al mismo puesto. Claro que acepté. Me presentó a Toño Andere, director del diario y mi primera orden de trabajo fue cubrir el entrenamiento de los Pumas al día siguiente. Por supuesto las bromas y las risas sobre mi persona continuaron, yo estaba espantado, nervioso y sobre todo agradecido con Lourdes Llera quien me acompañó para cruzar la redacción de salida.

Mis actividades en 24 HORAS consistían en acompañar a los reporteros para aprender al verlos trabajar. Otras veces iba como asistente con algún camarógrafo, También ayudaba a Salguero y Valencia a cortar los cables de los teletipos, relacionaba las grabaciones en audio de los corresponsales y por supuesto compraba el desayuno de los reporteros en los tacos de La Michoacana, en los Tacos del Socio, tortas o sándwiches en El Cisne y tacos de canasta en la esquina y mi actividad principal que era llegar a las 7 de la mañana para leer todos los periódicos y comentarlos con Raúl Hernández, Jefe de Información y a quien rendía cuentas.

Mi primera actividad como reportero de LA AFICIÓN, fue cubrir la práctica de Pumas en el estadio de CU. Tenía como 15 años así que Joel, el encargado de la puerta del estadio no me dejó pasar, no creyó que era reportero en mi primer día de trabajo. Desde la tribuna le grité al entrenador, Carlito Peters le dije que me enviaba el Che Ventura, después de dudarlo un rato, dio instrucciones para que pudiera bajar a la cancha. Ya estaba terminando el entrenamiento. Carlito formó a todo el equipo, uno por uno me los presentó, me dijo en que había consistido la práctica, me dio algunos tips para escribir mi nota y con esa confianza me presenté en la redacción para escribir mi primer reportaje.

 Me asignaron el escritorio del fondo, casi al frente de Memo Salas. Mi máquina era una Remington, por cierto, era la única en la redacción que tenía el espaciador del lado derecho y fue mi máquina todo el tiempo que trabajé en el periódico. Con la pena, pero debo confesar que me tardé horas en la redacción de la nota y tuve que repetirla cuando menos tres veces. Gracias a la paciencia del Che, finalmente la aceptó. 

Al día siguiente se publicó y me sentí super orgulloso, era tal vez un poco más de media cuartilla, pero era mi nota, producto de mi reporteada.

Sorteando las dificultades por mi edad, transcurrieron las primeras 3 semanas de prueba. Me convertí en el reportero más joven del periódico en ese momento y para entonces me llevaba de maravilla con todos en la redacción, mis compañeros en futbol era Bernadette Rubio, el señor Pereyra, Lourdes Llera, Felipe Flores, Miguel Torres y dos aspirantes más, uno de ellos Mario de Aquino.

Justo a las tres semanas, salí del periódico y al llegar a mi casa me sentí muy mal, al día siguiente no pude ir a trabajar, en la noche me llevaron a urgencias y finalmente al día siguiente, ingresé al sanatorio con un fuerte cuadro de hepatitis. Internado en el hospital, suero las 24 horas, inyecciones de vitamina K y el temor de perder la carrera para quedarme con el puesto en el periódico me hicieron pasar el peor 15 de septiembre de mi vida.  Les pedía a mi mamá y a mi hermana que hablaran al periódico con Toño Andere, con Jorge Bermejo y con el Che Ventura, para que me guardaran el lugar, que estaba enfermo, que regresaría pronto, que me dieran chance. Y finalmente, cuando me dio de alta el doctor Mijangos, regresé a LA AFICIÓN, con 13 kilos menos, pero con las mismas ganas de trabajar.

Me recibió en Che Ventura, me llevó con Jorge Bermejo y Toño Andere y oficialmente me dieron la bienvenida al periódico, habían guardado un lugar para mi y nos quedamos dos reporteros nuevos, Mario de Aquino y yo. El señor Ruano, que era el gerente me pidió mis documentos y esa misma semana comencé a cobrar. Pagaban los viernes.

El prestigio de LA AFICIÓN me permitió desarrollar mis labores como reportero, compañeros periodistas y fotógrafos de otros diarios me auxiliaban al tratar de entrar a un campo de entrenamiento o alguna de las instalaciones donde debía acudir, avalaban mis palabras confirmando que era reportero de LA AFICIÓN, que en ese periódico recibían gente muy joven porque era prácticamente una auténtica escuela.

Tuve la oportunidad de convivir con excelentes periodistas, los mencionados Jorge Bermejo, Jorge Ventura, Guillermo Salas, Toño Andere, también Víctor Cota, Tommy Morales, Lalo Canto, Benjamín Alarcón, papá de Jorge Sony Alarcón, José Manuel Zaragoza, Alfonso Roldán, Pedro Delgado, Carlos Calderón de la Barca, Sergio Lara Mejía, El Chato, Enrique Romero El Sr Cedeño, que era el director del suplemento de información general llamado Radar, Ángel Cabrera quien también era camarógrafo en 24 HORAS, Toño Rodríguez, Armando Ferrer, mis compañeros fotógrafos eran Juan Martínez, Sotero Gutiérrez y Juan Téllez, Luis González un gran caricaturista, por supuesto el más famosos de todos Chemita, José María Aparicio quien era el office boy  y un referente en la vida social del periódico.

Poco tiempo después, la sección de futbol creció y llegaron Gerardo Meléndez, Mario Martini, Jorge Carricart y Alma Rosa Conde.

Trabajando junto a todos ellos, algo se me tenía que pegar y estoy super agradecido por lo generosos que fueron conmigo. Recibía las columnas de Francisco Martínez de la Vega, Pioquinto, quien después fue gobernador en San Luis Potosí, Carlos F. Ramírez, Jacobo Vela, entre otros. 

Jorge Ventura, Jorge Bermejo y Chemita me enseñaron a formatear, a calcular el tamaño de las notas entre cuadratines y líneas ágata, cuartillas de 28 líneas de 60 golpes aprendí a “cabecear” Chema era bueno para cabecear notas de una columna. Eso me permitió suplir a los jefes de sección cuando salían de vacaciones o a cubrir algún evento, por supuesto abrió un panorama más amplio que pude aprovechar en 24 HORAS.

Conocí el recorrido completo de la impresión del periódico, checar notas en las galeras con la necesidad de aprender a leer al revés, ver trabajar a los linotipistas como Jorge y Rene Acosta, estar presente cuando echaban a volar la rotativa y lo mejor fue conocer el aroma de la tinta que seduce y nunca olvidas.

Todos ellos fueron mis maestros.

 En la UNAM en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales tuve la suerte de tomar clases con extraordinarios periodistas, columnistas, escritores como Miguel Ángel Granados Chapa, Froylán López Narváez, Manuel Michel, Fernando Benítez, Julio del Río, Julio Scherer, Hugo Gutiérrez Vega, Gustavo Sainz, Guillermina Baena, Patricia Montelongo, Fernando Solana y varios más.

Soy afortunado porque, además, grandes periodistas que formaron parte de LA AFICIÓN en otro momento se convirtieron en mis amigos y pude aprender mucho de ellos como José Venado Garduño, Teodoro Cano, Paco Malgesto, Evencio Flores, Pilar Quezada, José Jaramillo Mata, Raúl Sánchez Hidalgo, José Manuel Flores, Pedro Jiménez

El 25 de diciembre pasado LA AFICIÓN cumplió 90 años de vida, el primer periódico deportivo del mundo, una escuela de periodistas y me siento muy orgulloso de ser uno de sus egresados. El fundador del periódico fue Don Alejandro Aguilar Reyes, Fray Nano. Hubo un momento en la historia que fue notable, pues en todos los periódicos de la Ciudad de México había por lo menos un reportero que había iniciado su carrera en LA AFICIÓN. Felices 90 años.