Hace unos días falleció un miembro importante de la Selección Mexicana de Futbol, Gonzalo Saldaña Sánchez, utilero desde 1991 cuando llegó a la Selección convocado por Alberto Guerra.
Gonzalo Saldaña fue jefe del departamento de Utilería desde el Mundial Estados Unidos 1994, asistió a 7 Copas del Mundo, pero lo más importante fue su labor con los jugadores convocados.
Además del entrenador, la persona que conoce mejor a los jugadores es sin duda el utilero. Créanme que no cualquiera puede desempeñarse en este cargo, se necesita un temple especial, un carácter a prueba de balas, una sensibilidad dúctil, moldeable y sobre todo un sentido del humor capaz de transformar el peor momento en la anécdota más importante de la gira.
¿Se imaginan lo que es tratar con los 22 mejores jugadores de un país? Eso es lo que hace el utilero. Yo le apuesto a que Gonzalo sabía que tipo de tachones prefería utilizar cada uno de los jugadores que pasaron por la Selección mientras él estuvo ahí. El sabía quien prefería un vendaje sólido, ropa de manga larga, quien las licras bajo el short, doble calceta.
Cual jugador tenía su cábala, cual era su lugar favorito dentro del vestuario y como prefería salir a la cancha.
Además, tenía que planear perfectamente todo el material y el equipo que debería llevar para utilizarlo en los entrenamientos y juegos de cada gira, cada evento. Cuales son las preferencias de los Directores Técnicos que pasaron por el tricolor mientras Gonzalo estuvo al frente de la utilería.
Gonzalo llegaba con mínimo 4 horas de anticipación al vestidor y dejaba perfectamente acomodado el uniforme de cada uno de los jugadores. Los balones para pelotear en el calentamiento, los conos etcétera. Gonzalo estaba listo para escuchar al jugador en el momento que lo necesitara, estaba listo para soportar su mal humor por algo que sucedió en el campo y para soltar el chiste exacto en el momento adecuado.
Amigos lectores, cuando en este mundo no existían los teléfonos celulares, las redes sociales, el internet, los jóvenes reporteros como el que escribe, tenía que ingeniársela para regresar a la redacción con una nota lo suficientemente importante del equipo que nos tocaba reportear o como comúnmente se dice, el equipo que teníamos que cubrir.
No había boletines de prensa, no se acostumbraba, había que reportear. Veíamos el entrenamiento, checábamos los movimientos o las novedades en el cuadro que utilizaba el entrenador durante el interescuadras, entrevistábamos al DT y a los jugadores destacados buscando la nota buena.
Y teníamos que pelearla porque en mi generación había reporteros muy destacados en todos los diarios, radio y tv. Y cuando te tocaba cubrir dos entrenamientos el mismo día, el reporteo era por teléfono y obvio más difícil.
Con el tiempo uno aprende a localizar sus fuentes, sin duda una de las mejores será siempre el utilero o el masajista. Quien anda de humor, quien trae la onza, quien anda tocado. Ellos lo saben.
Yo tengo muy presente a uno de los jugadores más importantes que han venido al futbol mexicano en toda su historia, se trata de Evanivaldo Castro Cabinho. Un centro delantero letal, máximo anotador en el futbol mexicano, multicampeón de goleo en todos los equipos donde jugó. Le pegaba de zurda, de derecha, cabeceaba, un tipo muy fuerte con tremenda velocidad, sobre todo de arranque.
Excelente persona por supuesto, introvertido y muy serio. Entrevistarlo no era sencillo y menos en televisión, era un reto. Cabinho respondía mirando hacia arriba, nunca de frente, su rostro no mostraba una sola gesticulación y al responder repetía la pregunta.
Lo que era notable era ver como interactuaba con Librado Pineda, el Coyote, utilero y masajista de los Pumas y el único que vivió la historia del equipo desde que ascendió. Librado llegó a Pumas en 1963 con el doctor Arturo Heredia y la última vez que apareció en el roster oficial fue en 2006.
Cabinho le enseño todas las majaderías conocidas en portugués a Librado y por su parte, Librado le enseño todas las majaderías a Cabinho en español, ahí nomas para que vean cual es la importancia del utilero, junto a Hugo Sánchez, las más grandes estrellas de Pumas.
Don Librado murió a los 85 años y heredó su puesto a su hijo Daniel Pineda en el equipo auriazul.
Ahora tiene que buscar quien sustituya a Gonzalo Saldaña como Jefe de Utilería de la Selección Nacional. Tendrán que escudriñar bien, porque para ese puesto, no cualquiera.
Descansa en paz Gonzalo, descansa.