Si un resultado inesperado iba a llegar, debía tener en la fórmula a un nombre como Tom Brady. Los Bucaneers se quedaron con el título de la NFC ante unos Packers que llegaban como el mejor en temporada regular.
Tampa Bay fue el equipo que pegó primero en el marcador y Tom Brady ya se hacía notar. No obstante la ofensiva de Green Bay peleaba por mantenerse cerca en el marcador y sí lo estaba consiguiendo.
Una de las claves del partido fue la última jugada previa al medio tiempo. Tom Brady completó un pase de más de 40 yardas que recibió Scott Miller para irse a descansar con marcador de 21-10.
No todo sería miel sobre hojuelas para el veterano quarterback de los Bucaneers. Tom Brady fue interceptado en tres ocasiones a lo largo del encuentro, jugadas que le dieron vida a los Packers, principalmente en la segunda mitad del partido, donde habían llegado con un amplio margen.
Afortunadamente Tampa Bay también destacó en su accionar defensivo, pues no dejó que Aaron Rodgers y compañía avanzaran rápido. Fue así como lo más que Green Bay logró acercarse en el marcador fue a cinco puntos de empatar.
El drama no faltó, pues en el cierre del último cuarto, los Packers esperaban regresar su equipo ofensivo con la dicha diferencia de cinco puntos. Sin embargo Tampa Bay, ahora sí, no se equivocó y llevó el cronómetro a agotarse para cerrar el resultado en 31-26.
Con el título de la AFC, Tom Brady se convirtió en el cuarto quarterback que lleva a dos equipos diferentes a un Super Bowl y el segundo que lo hace con equipos de dos conferencias distintas.
Por su parte, los Bucaneers también hicieron historia con algo nunca antes visto en un Super Bowl. Tampa es el primer equipo qué jugará por el trofeo Vince Lombardi en su propio estadio, ¿Podrá capitalizarlo en la obtención del título?