Ya pasó media década desde que Cuauhtémoc Blanco pisó una cancha como jugador profesional por última vez. El estadio Azteca fue una fiesta total pero el partido estuvo sumergido en la irregularidad.

El 5 de marzo del 2016, América se enfrentó a Morelia en actividad del Clausura 2016. La cancha del Coloso de Santa Úrsula se llenó para ver el adiós de su máximo ídolo, Cuauhtémoc Blanco.

Las acciones fueron dignas de libro, el originario de Tlatilco salió con la varita mágica. Con los más de 40 años encima, comandó el ataque americanista por más de media hora como lo hizo una década atrás. Calidad técnica convertida en pases al pie, de taquito y hasta una de sus afamadas ‘cuautemiñas’.

Así como la fe mueve montañas, un disparo de Cuauhtémoc Blanco estuvo a punto de derrumbar la estructura inaugurada hace más de 50 años. El ídolo condujo el balón, dribló a un par de rivales y disparó con una vaselina. El tiempo parecía que pasaba en cámara lenta mientras la esférica evadía el lance del arquero rival pero se impactó en el travesaño.

Al final, entregó el gafete de capitán a Rubens Sambueza y salió en una de las ovaciones más grandes que se han visto en el futbol mexicano. América ganó el encuentro de manera contundente y todo fue para el ‘Cuau’, quien dio su vuelta olímpica y recibió un reconocimiento al medio tiempo.

El gran homenaje a medias

Todos recuerdan aquel día con alegría pero no todo fue miel sobre hojuelas. Al ser un partido oficial, debe haber un registro del futbolista y el del eterno ’10’ apareció de la nada. Presuntamente el América lo había hecho desde el inicio de la temporada pero no había pruebas.

Además, por el centenario del club, utilizó el número 100, algo también antirreglamentario. Según los lineamientos de la Liga MX, los números para el primer equipo deben de ir del 1 al 99, a partir del 100 corresponderían a la filial del equipo en Liga Premier, equipo que, en ese entonces, sí tenía el América.

Por si fuera poco, no fue el adiós que el exfutbolista esperaba, pues aseguró que Ricardo Peláez no lo dejó tener una temporada completa de despedida con el club, algo que los aficionados pedían conforme veían cerca el retiro de Blanco. En diversos medios se especuló sobre las rencillas que había entre el directivo y el exjugador pero Cuauhtémoc Blanco aseguró que ya limaron asperezas tras lo ocurrido.

¿Quedaste conforme con el adiós del mexicano?

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