¿De verdad las ligas nacionales morirían con una Superliga, con un Superman o con una Superliga interestelar?
Las gaviotas revolotean en el cielo pintado de gris. La niebla cubre con su manto y el muelle extenso es tan largo que en algún momento piensas que por allí puedes llegar a lo más íntimo de la mar. La brisa te azota en el rostro. Hay que ir bien abrigado a Southend. Más ahora, que las emociones están congeladas y para algunos, el corazón apagado.
En este muelle británico casi todos están tristes, muy tristes y pasarán muchas semanas para que el estado de ánimo cambie por allí. A ellos, a sus habitantes, a los viejos, las abuelas, a los papás, a los más jóvenes, les da lo mismo la Superliga o si el City, Chelsea, Manchester United se van de la Premier League. Qué más da si su equipo – el Southend United- por primera vez en sus 114 años jugará fuera del futbol profesional británco. Descendieron y dejarán la League Two.
Hace unos días Jonathan Ronda, un aficionado escribió una carta al diario local Echo y ellos la publicaron íntegra:
“Esta es una de las cosas más difíciles, si no la más difícil que he tenido que escribir. Para algunos puede sonar melodramático, pero solo puedo imaginarme escribiendo cartas a mis seres queridos. Para mí, durante los últimos años ver al Southend ha sido como ver morir a un ser querido, lenta y dolorosamente frente a tus ojos y sabiendo que la muerte, cuando llegue, no será más fácil, posiblemente lo hará más difícil…”
¿De verdad las ligas nacionales morirían con una Superliga, con un Superman o con una Superliga interestelar?
Jamás.
No es una percepción.
Es una realidad.
Los datos lo confirman.
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La batalla de los últimos días ha estado principalmente con los encorbatados. Los que tienen la vida resuelta con sus salarios de la UEFA, la FIFA o alguno de los 12 equipos que decidieron montar una Guerra Civil y anunciar la Superliga. Todos argumentaban que todo era en beneficio o en perjuicio de los torneos locales, que las diferencias económicas, de rating, de impacto matarían las ligas.
Mentira. ¿Ustedes creen que Jonathan Ronda dejará de amar al Southend? Y no solo a ese nivel. En las principales ligas de Europa hay data que nos ayuda a entender que la fidelidad no se paga con nada.
Por ejemplo, la última temporada donde hubo aficionados en los estadios durante todo el torneo fue en la 18-19 y ese año -tomando cifras de World Stadium y Transfermarkt- los estadios con mayor porcentaje ocupación en LaLiga fueron el del Girona (96.8%), Alavés (91.4%), Huesca (84.7%) y Leganés (83.4%). Sí, tienen estadios más pequeños, pero allí en casa ellos son inspiración.
De aquel torneo Girona y Huesca descendieron ¿y eso provocó que los fans se fueran?, ¿les importó quién sería el campeón?, la respuesta es NO.
Viajemos un poco, al Reino Unido. Durante la campaña 19-20, la Premier League la miraron 50 millones de personas en la isla británica. Allí viven 66 millones, solo por pura matemática casi ocho de cada 10 habitantes consumieron su torneo local con la Champions League, Europa League y todas las competencias que se han inventado la FIFA y la UEFA.
Un documental de COPA 90 sobre el futbol escocés se pregunta, ¿por qué aquí importa tanto el futbol? La respuesta de uno de los aficionados fue: “Porque un equipo es parte de nuestra identidad y de nuestra historia, porque nos representan”. Eso ni una SupermegaarchirecontraLiga lo supera.
Cuando los estadios se podían ocupar a su máxima capacidad, en la 18-19, el club que llenó siempre su estadio en la Premier League fue Fulham con el 100% de asistencia. También estaba el Manchester United, Chelsea en el top-5, pero también el Brighton que en cada partido su estadio tenía una ocupación del 99.2%, el tercer mejor registro de aquel campeonato.
“Decir que el futbol es una forma de vida para la mayoría de los británicos sería una gran subestimación. Evoca un nivel de pasión y camaradería que puede desconcertar a alguien que no apoya a un equipo de fútbol. Es un tema de arraigo e identidad” dice Antonio Rosique en la Isla del Futbol.
Statista European Football Benchmark 2018 presentó un reporte sobre ¿por qué apoyo a mi club en LaLiga? Los resultados fueron los siguientes:
– Athletic Club de Bilbao: rico en tradición, arraigo, auténtico
– Rayo Vallecano: acogedor
– Real Betis: emotivo, apasionante, cautivador
– Real Madrid: fiable
– Espanyol: decente
Nadie mencionó el dinero ni siquiera la ‘espectacularidad’. ¿Cómo derrotar a los valores?, ¿cómo vencer al arraigo?, ¿con una Superliga? No.
Y lo mismo ocurre en Francia. De acuerdo a su reporte anual de hace tres años (con todos los torneos más mediáticos en el mundo disputándose) La Ligue 1 y la Ligue2 superaron globalmente la cifra de 11 millones de espectadores en sus estadios.
Así que bueno, con o sin Superliga, los torneos locales tienen valores, arraigo, historias como las de Jonathan Ronda que hay en todas las ciudades de Europa y del mundo. El sentimiento, no para los encorbatados pero sí para los fans, lo es todo. Qué tristes deben estar en Southend…