Para algunos, la vela es una actividad recreativa más que de Juegos Olímpicos. No obstante es un deporte con más de un siglo de historia y que lleva también mucho tiempo en la justa internacional.
Solo para tener una idea, la vela ha estado en los Juegos Olímpicos desde inicios del siglo pasado. Incluso ha estado prácticamente de manera ininterrumpida, solo agregando nuevas clases y categorías.
La navegación como simple actividad data del siglo XVII en lo que ahora se conoce como Países Bajos y poco tiempo después, el rey Carlos II lo comenzó a hacer competitivo en Inglaterra. Si bien ya existían las regatas -término que se le da a las carreras-, no tenían un reglamento unificado, lo que hacía complicado darle máxima veracidad a los resultados.
Esto no cambio hasta 1868, donde se convocó a un congreso para establecer las reglas de las competencias de la navegación. Años después, a principios del siglo XX, se fundó la Federación Internacional de Vela (ISAF, por sus siglas en inglés), misma que ayuda a organizar las competencias en Juegos Olímpicos.
¿En qué consiste?
Básicamente es una carrera con otras embarcaciones en diferentes ‘clases’, como son llamadas las categorías de acuerdo al tipo de vela que se utiliza. En total son siete clases y 10 categorías, cinco masculinas, cuatro femeninas y una mixta. También es una batalla contra la naturaleza: la altura de las olas, la fuerza de las mareas y el viento y otros factores climáticos.
Debido a ello, los barcos no pueden navegar en línea recta en todos los tramos del recorrido. Cuando se navega con viento en contra o lateral, las embarcaciones deben moverse en zig-zag. Según el recorrido, se requieren cambios audaces en la dirección y giros cerrados, con las tripulaciones cambiando la posición y orientación de sus cuerpos.
Esto también exige tener una gran agilidad y la fortaleza mental para adaptarse a los cambios en el entorno y a las tácticas de las tripulaciones rivales. Los puntos en cada regata se otorgan según la posición: el ganador obtiene un punto, el segundo clasificado recibe dos, y así sucesivamente. En la regata final los puntos se duplican. Después de la regata final, la persona o tripulación con menos puntos totales es declarada ganadora.
Gran Bretaña como máximo exponente
En el medallero histórico de la disciplina, Gran Bretaña lidera con 59 preseas. Si bien son dos menos de las que ostenta Estados Unidos, en las medallas de oro los británicos acumulan 28, mientras que los norteamericanos solo 19.
Luego de un claro dominio europeo, encontramos al primer país latinoamericano hasta la posición número 12. Ahí Brasil acumula 18 preseas, siete doradas, tres plateadas y ocho de bronce.