Hablar de Ronaldinho es mencionar al que muchos consideran uno de los mejores del mundo y su paso por Europa fue bastante bueno. El brasileño llegó muy joven al viejo continente y, pese a que se mantuvo en un gran nivel, regresó relativamente pronto a América.

Su primer equipo fue el ahora ‘nuevo rico’ PSG, donde siguió demostrando la calidad que le caracterizó con Gremio. Aquel futbolista brasileño llegó a Francia con 21 años pero no tardó en consolidarse en un escalón más alto que el Brasileirao.

Posteriormente llegó su época dorada cuando comandó al Barcelona y era, para muchos, el mejor jugador del mundo. Ganó un Balón de Oro, una Champions League y fue dos veces el mejor jugador del año según la FIFA, su nombre ya había quedado grabado en letras de oro.

Salió de España y poco a poco su nivel fue bajando, sin embargo alcanzó a tener periodos de lucidez con el Milan donde coincidió con grandes figuras. Tres equipos gozaron su magia y muchos pensarían que pasó prácticamente toda su carrera en Europa pero no fue así.

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Ronaldinho y su efímero paso por Europa

Los logros ahí están, sin embargo nunca fue un secreto que el brasileño era un jugador que difícilmente se quedaba más tiempo del indicado al entrenar. Ronaldinho nació con el talento de jugar futbol y lo explotó mucho, sin embargo nunca lo potencializó.

En el viejo continente sólo pasó nueve años y medio, si bien es un periodo extenso, varios aficionados pensarían que pudo dar más de sí mismo. Con 30 años cumplidos ya estaba de regreso en el futbol brasileño, una edad en la que ahora muchos incluso encuentran su mejor forma.

Sólo por dar un ejemplo, jugadores como Robert Lewandowski, N’Golo Kanté, Kevin de Bruyne y Virgil van Dijk, siguen rindiendo en el más alto nivel dentro de los mejores clubes del mundo en la actualidad y todos superan los 30 años de edad. Cabe destacar que Lionel Messi y Cristiano Ronaldo también entrarían en la lista e incluso su rendimiento podría ser equiparable a lo que llegó a ofrecer Ronaldinho en su mejor momento.

Menos de una década le bastó al brasileño para quedar en el corazón de los aficionados y no sólo de los equipos con los que jugó. Considerado una leyenda y apodado como ‘la sonrisa del futbol’, presume más de 350 partidos en Europa donde metió 125 goles y repartió 117 asistencias.