Después de los malos resultados cosechados por Banfield y la salida de Sanguinetti, el Taladro recurre a Julio César Falcioni para evitar el descenso. Hoy en día, el conjunto del Sur marcha en el vigésimo quinto puesto de la tabla y además de estar cerca de bajar por la anual, lo acechan los promedios, en los que está vigésimo tercero.
¿Con qué Falcioni se encuentra Banfield? Después de su última etapa, el Emperador tomó las riendas dos veces de Independiente: en su primer ciclo, asumió con un aceptable plantel al que hizo rendir muy bien y hasta ilusionó con romper la sequía local, tras clasificar a semifinales en la Copa de la Liga.
En su segundo semestre, entró a la Sudamericana tras pelear hasta el final por el ingreso a la Libertadores. Sin embargo, la dirigencia, presionada por los hinchas, buscó dar el salto de calidad y lo despidió. A los pocos meses, lo volvieron a contratar por el mal presente y supo estabilizar el barco con un contrato hasta fin de año. En sus etapas tuvo el 51,33% y 51,85% de efectividad, respectivamente. En medio, un paso malo por Colón, en el que llegó a octavos de final en Libertadores y solo cosechó el 38% de los puntos. Allí, nunca dio en la tecla en la relación con los jugadores.
Hoy, el Emperador ya no es ese técnico que competía por campeonatos y que podía ser catalogado como uno de los mejores de Argentina. En 2009, supo ser campeón del torneo local tras armar un equipazo en Banfield y en 2011, fue campeón invicto con Boca. En el primer semestre de 2012, peleó el Clausura, clasificó a la final de Libertadores y fue campeón de Copa Argentina. Si bien el Xeneize arribó nuevamente en 2018 al partido definitorio por la gloria de Sudamérica, la sensación es que nunca más conformó un equipo tan competitivo como aquel, que no era vistoso, pero sí muy rocoso en defensa, ya que era casi imposible convertirle goles, muy equilibrado en el medio y efectivo arriba con futbolistas que marcaban la diferencia, como Walter Erviti, Juan Román Riquelme, Santiago Silva y Darío Cvitanich.
Esa final ante Corinthians está plagada de mitos, ya que el conjunto argentino era muy favorito y en la previa, corrió muy fuerte el rumor de que Riquelme se marcharía del después del encuentro, que fue lo que finalmente ocurrió. Hace poco, Julio César Falcioni declaró en ESPN: “La perdimos antes de jugar. Y yo estaba seguro que a ese equipo le ganábamos. Por cómo veníamos, estaba seguro. Hubo muchas cosas en la previa. Muchos jugadores se sintieron tocados. Lo noté antes, en el hotel. No terminé enojado con nadie, perdimos”. A buen entendedor, pocas palabras.
¿Por qué, luego de ser uno de los mejores entrenadores de América, volvió a ser catalogado como un sacapuntos? Luego de su paso por el club de La Ribera y que La Bombonera haya tomado partido por Riquelme para pedir su renuncia, no supo aprovechar su momento y tomó dos desafíos en Argentina en los que no pudo imponer su sello: sus ciclos en All Boys y Quilmes no superaron el 40% de la efectividad y a ambos los dejó muy complicados con el descenso.
¿Tenía la necesidad de asumir esos retos? ¿Debería haber aprovechado su chapa para un desafío más ambicioso? ¿Hay vida después de Boca? Preguntas que solo él puede responder, a casi 10 años.
De hace un tiempo a esta parte, Banfield parece haber entrado en un círculo vicioso. Las malas campañas de Matías Almeyda y Claudio Vivas causaron el tercer ciclo del ex arquero en el sur. Tras haber sido uno de los animadores del campeonato disputado en 2016/17, dejó su cargo, por una enfermedad que lo alejó en varios partidos del banco, a fines de 2018.
Tras el mal paso de Hernán Crespo y la necesidad imperiosa de sumar por un promedio que empezaba a amenazar nuevamente. La salida fue nuevamente llamar a Julio César Falcioni, quien enderezó el barco, pero, luego de sus problemas de salud, no sumó tanto como en su ciclo anterior y apenas le alcanzó para salir de los últimos lugares de la tabla y del promedio. Si bien corrió peligro su vida luego de la dura enfermedad, su quinto ciclo en Banfield lo agarra en un momento con muchas ganas. Durante el mundial de Qatar 2022, estuvo en Diario Clarín haciendo análisis tácticos.
Cuando le ofrecieron dirigir a Independiente el año pasado, no lo dudó y quería seguir en 2023. Si bien en 2019 se especulaba con su retirada de los bancos, hoy, con 66 años, se siente joven de nuevo. Tendrá una misión difícil: asume en el equipo que desde lo anímico más dejó que desear en lo que va de torneo. Sin embargo, tiene un plantel con nombres para estar mucho más arriba, la espalda necesaria por parte de los hinchas y la capacidad para levantar nuevamente un elefante blanco.
Si los futbolistas no se motivan con un entrenador que la peleó hasta el final en todas las circunstancias y es un ejemplo de dignidad, evidentemente el problema es mucho más profundo. Hasta ahora, para Banfield los días más felices siempre fueron falcionistas. Hoy en día, alejarlo del descenso por promedio y por tabla, vale tanto como el Apertura 2009 que obtuvo con el Taladro, único título de la historia del club.