Tras la caída de Racing por 3-0 ante Platense, Fernando Gago está en la cuerda floja. Hasta ahora, van 11 entrenadores despedidos en lo que va de la Liga Profesional de Argentina. La falta de paciencia ante los malos resultados se atribuye a la ausencia de un proyecto a largo plazo en la mayoría de los clubes. ¿Hay algún equipo que aguante la acumulación de derrotas como si nada?

Es muy fácil hablar de que en el fútbol argentino sobra urgencia y falta apostar al largo plazo, pero los entrenadores no se van por eso. La realidad es que los hinchas exigen más que un punto en siete partidos y en los clubes grandes, el clima ante las malas rachas es mucho más espeso.

Rachas y exigencia, algo que sufren los entrenadores despedidos en Argentina

Es cierto que, en las grandes ligas europeas, los entrenadores duran más que en Argentina. Sin embargo, las rachas que arrastran ciertos clubes hacen que sostener a toda costa a un técnico sea inviable. De los últimos siete partidos por liga, Racing perdió seis y empató uno. Huracán, que despidió a Diego Dabove y contrató a Sebastián Battaglia, acumulaba nueve derrotas en 13 encuentros ¿Cómo le explicás a un hincha que hay que sostener el proyecto a largo plazo si su equipo no gana nunca? El fusible, casi siempre, es el DT.

Las malas rachas, en la mayoría de los casos, son responsabilidad de los entrenadores. Nadie obligó a Abel Balbo, ex entrenador de Estudiantes, a defender lejísimos del arco y alinear mediocampos de nula recuperación y equilibrio. Luego de empatar con Tigre, Diego Flores, ex DT de Godoy Cruz declaró que “Me llamó la atención un ‘hincha VIP’ que busca a la prensa y la semana pasada habló de que ponemos excusas y no las ponemos. Hablan de excusas, no están en el día a día. Opinan sin saber del juego. En los momentos malos, aparece el “hincha VIP” que quiere destruir todo y solo critica”. Tras esa crítica encubierta al presidente, el “Traductor” fue despedido por el conjunto mendocino.

Otro de los factores a tener en cuenta es la improvisación con la que se manejan los clubes. Arsenal, que arrancó último por muchos puntos  en los promedios, contrató a un entrenador inexperto como Carlos Ruiz, hombre de la casa, que renunció, tras la derrota ante Gimnasia en la decimoquinta fecha, con el equipo casi condenado al descenso. Banfield, que despidió a Javier Sanguinetti, volvió a llamar a Julio César Falcioni, para su quinto ciclo en el club. ¿Los dirigentes no tienen otra idea? Falcioni-Crespo-Falcioni-Sanguinetti-Dabove-Vivas-Sanguinetti-Falcioni fueron los entrenadores del Taladro desde 2016 hasta la fecha.

En un torneo de 28 equipos en el que el nivel de varios deja mucho que desear, más de la mitad de los clubes poseen hinchas descontentos con el presente de su equipo. ¿Será hora de una autocrítica masiva de dirigentes, entrenadores y jugadores? Nadie festeja un proyecto a largo plazo o el ordenamiento institucional resignando resultados, excepto que sea planteado desde un principio, como el caso de Gimnasia, que debió afrontar el torneo plagado de jugadores de inferiores para levantar los inconvenientes financieros. Más allá del desprestigio que algunos intentan imponer, la Liga Profesional es el pan de cada día. Sin sumar puntos, no hay planificación que valga: la (im)paciencia y la urgencia la devoran.