La DubNation, o sea, los fanes de los Golden State Warriors, sufrieron un fuerte golpe el pasado 31 de mayo: Bob Myers, presidente de operaciones y director general del equipo, anunció su desvinculación de la franquicias de la conferencia Oeste tras 11 años en el cargo. Si bien el juego vistoso y dinámico de Warriors fue el que se llevó los 4 anillos que se obtuvieron en el último tiempo, el fue quien ideó ese equipo y arregló todo desde su oficina para que los Warriors sean la última dinastía moderna de la NBA.
El primer movimiento fuerte de Myers que resultaría beneficioso para el futuro de la franquicia se daría el mismo año que asume, el 2011. En el NBA Draft elige, en la posición 11, a un tal Klay Thompson. Desde la Universidad Estatal de Washington sería el socio perfecto para Stephen Curry, un joven base que apenas tenía dos años en la liga.
El ojo reclutador de Bob Myers no descansó el año siguiente tampoco, ya que robó en la posición número 35 a un jugador llamado Draymond Green, que provenía de la Universidad Estatal de Michingan. En ese entonces era un ala pivot flaco y falto de experiencia, pero con el tiempo se convirtió en parte fundacional del tetracampeonato de Golden State junto a los otros dos mencionados anteriormente, además de ser defensor del año en 2017 y 4 veces All Star.
El primer gran hito de la carrera executiva de Myers fue el primer anillo que consiguió la franquicia en 2015. El primero de muchos para el equipo de San Francisco, los Warriors encontraban la gloria por primera vez de la mano de esos tres chicos que drafteaeon y de algunos más que se convirtieron en leyendas, pero lo que esperaba para el año siguiente iba a ser mucho mejor: Myers consiguió seducir al que en ese momento era el mejor jugador de baloncesto el mundo, Kevin Durant, para que formara una asociación con el resto del equipo para que sea casi infalible. Esta mezcla de triples, defensa y talento dio como resultado dos anillos más para el conjunto de la Bahía, que ya había entrado en el lugar privilegiado de ganar en diversas oportunidades esos años.
Los Warriors nunca perdieron su identidad de juego. Cortinas rápidas, mucho espacio para los tiradores y un poco de ese estilo Run and Gun de posesiones cortas hizo que los Warriors cambiarán no sólo su manera de jugar sino la de la NBA entera, que al ver las estadísticas de los dirigidos por Steve Kerr no vieron otra opción que tomar alguna de las herramientas de ese estilo de juego. Obviamente el encargado de mantener por medio de contratos, renovaciones y fichajes era Bob Myers.
Buscar elementos nuevos, renovar a los que sostienen la idea de juego y darle una bocanada de aire fresco a las plantillas buscando jóvenes promesas en el Draft. Todo eso y más hacía Myers, que dijo en conferencia de prensa hace unos días que para hacer bien su trabajo no puede tomarse ni un segundo: “Lo esencial en este trabajo, en el que estoy, es que requiere estar involucrado completamente, al mil por ciento. Si no puedes hacerlo, entonces no deberías hacerlo”.
No es una despedida más. No es alguien que quedará en el olvido. Los 4 campeonatos, incluido el último conseguido la temporada pasada, reflejan la vigencia de Myers que, con 4 temporadas de diferencia y con los mismos pilares, logró volver a ganar otra vez y demostrar que su trabajo es material para los libros de ejecutivos en la NBA. Las repercusiones no tardaron en llegar y hasta Stephen Curry le dedicó un posteo en Instagram.
Con el arquitecto de la última dinastía de la NBA fuera, ¿Quien debería ser el próximo hombre a cargo de los Golden State Warriors?