37 años y muchos sueños por completar. Una carrera profesional extraordinaria que no tiene fecha de vencimiento y en la que queda mucho hilo en el carretel: Marta Vieira, la histórica número 10 de la Selección Brasileña Femenina de Fútbol.

Nacida en Dois Riachos, Brasil, de chiquita se crió con una pelota. Nada de muñecas, a ella le gustaba jugar con un esférico. Al igual que sus amigos del barrio, Marta creció de partido en partido, a pura magia en las calles y con mucha samba nacional. “Cuando me veían jugando al fútbol con los niños, mis hermanos mayores venían, corrían detrás de mí para llevarme a casa y yo me escapaba”, dijo alguna vez la zurda.

Pero algunos problemas afectaron un poco su niñez: la poca escolarización y la falta de un padre tuvieron que hacer madurar a esa niña que entendió que jugar al fútbol le daría de comer a toda su familia.

Después de jugar como juvenil en el Centro Sportivo Alagoano, Marta inició la carrera profesional en el Vasco da Gama en el año 2000, con 14 años. Desde ese momento se hablaba que el deporte rey en Brasil tenía una joya que en el futuro podría brillar, era el diamante en bruto de la institución de Río de Janeiro. Pero su estadía en el fútbol brasileño fue corta ya que recaló en el Umeå IK de Suecia. Gracias a este club, se hizo mucho más conocida en Europa y fue destacando cada vez más, hasta ser considerada lo que hoy es: la mejor jugadora del planeta.

En el año 2009 el Santos anunció su contratación durante tres meses, algo que se podía hacer solo en el descanso de la liga de Estados Unidos, ya que Marta había sido fichada por Los Ángeles Sol. Allí, en su país, donde la aprecian muchísimo, hizo historia: ganó la Copa Libertadores Femenina 2009 y la Copa de Brasil. La jugadora de 23 años ya sabía lo que era alzar un trofeo de tanta importancia como lo es la Libertadores a nivel clubes para los equipos de América.

Algunos problemas que tuvo la franquicia del club la hizo quedar libre y poder ser drafteada por cualquier institución que quiera de sus servicios y el Gold Pride se inclinó por La Maravilla.

Otra corta experiencia que a la brasileña no le terminó “cerrando” y optó por volver a su país, nuevamente al Santos. Terminó el año 2010 allí y volvió a los Estados Unidos para jugar para el Western New York Flash de la Women’s Professional Soccer, aunque los problemas democráticos que existieron en la liga hicieron que se cancelase y que la número 10 tengo que buscar nuevos horizontes en Suecia.

El Tyresö la convenció para pelear la UEFA Champions League y le ofreció un salario de $400.000 dólares. Anotó dos goles en la derrota por 4-3 ante el Wolfsburgo en la final de la Liga de Campeones de Europa de 2013-2014 y emigró a Noruega, precisamente al Rosengård donde quedaron eliminadas en Cuartos de Champions y volvió a su continente en busca de una revancha al Gold Pride, club en el que está hace 6 años.

Es ahora o nunca': Marta y su deseo de ganar la Copa del Mundo con Brasil –  Fox Sports

El prime de Marta siempre ha sido con la Canarinha

Sin dudas los mejores momentos de Marta son con la camiseta de su país. Conquistó con la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de 2003 realizados en Santo Domingo y la de plata en Atenas 2004. ​ Tres años después se encargó de sacarle una sonrisa a los espectadores del espectáculo en los Juegos Panamericanos de 2007, en la que estuvo peleando constantemente con las goleadoras del torneo, ella con 12 goles.

¿Año 2006? seleccionada por la FIFA como la Jugadora Mundial de la FIFA. 2007, 2008 y 2009 también. En el 2010 le dieron el premio al Balón de Oro y la empezaron a comparar con O Rei Pelé, la máxima estrella del fútbol en el país tropical.

Otra de las huellas importantes en su carrera fue que, en el 2007, en el Mundial de China, marcó el gol que ayudó a la Brasil a llegar por primera vez en su historia a la final de esa competición. Se quedaron con el segundo puesto y la delantera fue la máxima goleadora de la competición con 7 goles, además de la mejor jugadora.

Más adelante, en el 2018, fue elegida al premio The Best por sus grandes actuaciones y por hacer sonreír a la pelota con cada gambeta, pase o definición exquisita.

Ahora solo le queda seguir escribiendo ese libro que tantas páginas ya tiene: trofeos individuales, goles impresionantes, elogios por doquier, pero una página vacía, que es la de ser campeona del mundo. Brasil aspira a llegar a la final del certamen que se está disputando en Australia y Nueva Zelanda con un equipo renovado y Marta como líder y referente del plantel.

El combinado verdeamarelo ya dio indicios de lo que puede llegar a lograr tras vapulear a Panamá por 4 a 0 en una cátedra de fútbol, demostró el porqué de su favoritismo.  

Ya es una leyenda en su país, está jugando su Mundial número 6, algo que no pudo lograr ni Messi, ni Maradona, ni su ídolo Pelé. Nadie más que ella desea alzar el trofeo. “Me gustaría mucho tener la oportunidad de cerrar mi carrera con un Mundial para Brasil”, expresó.

Al fin y al cabo, una historia de amor entre la pelota, su arte y más de 215 millones de brasileños que disfrutan de Marta, la seis veces ganadora del premio a la mejor jugadora del mundo.

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