David Silva, ex jugador del Manchester City y Valencia, entre otros, confirmó que no seguirá con su carrera como futbolista profesional tras varias lesiones que imposibilitaron tener un ritmo de élite. Poco físico pero muchísima elegancia y calidad. Infravalorado en su máximo esplendor. Con la tranquilidad de siempre hacía parecer fácil lo difícil desde un papel casi secundario, un verdadero mago encubierto.
Comenzó jugando al fútbol desde pequeño en Arguineguín, una ciudad de grancanaria, España. Desde chico su padre Fernando lo acompañaba al niño que le gustaba correr detrás de un balón, fue su primer entretenimiento. Siempre pequeño y usando solo la pierna izquierda, una mala (¿o buena?) costumbre…
El Chino, sobrenombre que lo acompañó por sus rasgos faciales, relacionados a que su madre es japonesa, dio su primer paso en una gran institución como lo es el Valencia: el conjunto Che decidió contar con él desde los 14 años porque veían que era un jugador con un segundo más para pensar que los demás. Se diferenciaba por su paz mental y por hacer jugar a su equipo. Entendía de táctica y sabía como moverse en los espacios.
Con el club de la ciudad valenciana pasó varios momentos emocionantes, pero sin duda el primero fue cuando le tocó anotar ante el Espanyol por primera vez como profesional en la institución que lo formó como jugador y como persona, pero el camino no fue fácil: Durante la temporada 2003-2004, Silva jugó 14 partidos y marcó un gol en la Segunda División B de su país con el Valencia Mestalla, el primer equipo filial de la cantera de este club justamente. En la temporada 2004-2005 fue cedido al Eibar, jugando muchos minutos y aportando 5 goles a un club que acabó cuarto en Segunda División. Salió cedido al Celta y debutó frente al Málaga.
Al pasar el tiempo, Silva fue acomodándose en el 11 inicial y fue la gran figura de aquel equipo dirigido por Ronald Koeman que peleó por el descenso y se pudo quedar en Primera. Sin dudas, David era el único generador de juego y la pelota pasaba por él todo el tiempo. Los tiempos del equipo Che los manejaba El Mago.
CAMPEÓN DEL MUNDO Y DIRECTO A MANCHESTER
Silva fue parte del equipo dirigido tácticamente por Vicente del Bosque. Portó el número 21, el número que tanto lo caracterizaba y que lo acompañó durante años. Aunque el DT no lo tuvo tan en cuenta, cuando le tocó jugar lo hizo de buena manera. No existía una relación de tanta química entre el entrenador y el futbolista y fue la gran víctima de la derrota ante Suiza en fase de grupos, pero aquella película terminó con final feliz…
Por 33 millones de euros, el Chino aceptó mudarse a Inglaterra para ser jugador del Manchester City, un equipo en formación y que apuntaba a ser lo que hoy es: potencia mundial. Las propuestas económicas convencían, pero su deseo por jugar en la mejor liga del mundo también pesó en la balanza.
De arranque, David fue titular y la rompió en la primera temporada sumando 6 goles y 15 asistencias. ¡Si, 15 asistencias!, un pasador nato. Fue campeón de la Premier League 2011-2012 y le ampliaron su contrato por varios años más. Desde el club celeste estaban encantados de tenerlo.
El nacimiento de su hijo prematuro afectó en su rendimiento como jugador, pero el mediocampista español durante todas las temporadas, hasta el 2020, sumaba minutos tanto como titular como suplente. Es más, durante su último año, fue el capitán del equipo y se despidió de la institución con 14 títulos.
SU ÚLTIMAS PINCELADAS
La Real Sociedad se interesó por el volante experimentado de 34 años y su llegada se dio rápidamente ya que ansiaba con volver a su país. La pandemia del Covid-19 perjudicó el ritmo de juego que el español tenía y las lesiones, que había vencido ya varias veces, se hacían más fuertes: La lesión en el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda le impedía jugar durante el año y esa fue la gran gota que rebalsó el vaso.
“Hoy me toca despedirme de compañeros que son como una familia para mí. Los voy a echar mucho de menos. Gracias porque me hicieron sentir como en casa”, afirmó el Chino.
Sin haber jugado en el Real Madrid o Barcelona, David Silva se convirtió en una verdadera leyenda del fútbol de España. Una verdadera pena que las lesiones opacaron (solo a veces) su fútbol. Un legado que será eterno, pocos jugadores de perfil tan bajo hicieron disfrutar tanto al público. El que encontraba inspiración entre tanta explosión. Después de tanto encanto, el Mago dijo adiós.