“El día que fuimos felices”, dicen los hinchas de San Lorenzo por el 13 de agosto del 2014. Aquella fecha será inolvidable para todo el pueblo cuervo porque El Ciclón por primera vez en su historia la tan preciada Copa Libertadores de América.
El equipo dirigido tácticamente por Edgardo Bauza había clasificado a esa edición del torneo más importante del continente por haber sido el campeón del Torneo Inicial 2013. El destino que esperaba ese plantel es que San Lorenzo sería parte del grupo B, donde compartiría zona con Unión Española de Chile, Botafogo de Brasil e Independiente del Valle de Ecuador. Fueron 6 partidos durísimos, donde el equipo argentino consiguió 2 victorias, 2 empates y 2 derrotas. Los demás equipos también ganaron dos, pero solo el Chileno perdió uno, por lo que terminó primero con 9 puntos, los ecuatorianos terceros solo por diferencia de gol y Botafogo, a priori el rival más duro, último con 7 unidades.
Octavos de Final fue frente a Gremio, el segundo mejor clasificado de toda la copa con 14 puntos, pero los de Bauza no se achicaron en la ida y consiguieron un valioso 1 a 0 que le daba un poquito de ventaja para la vuelta en tierras brasileñas. Allí el partido también fue 1 a 0 pero a favor del local. Los penales, para algunos, “son azar” y la suerte estuvo del lado argentino.
En Cuartos, San Lorenzo recibió en el Pedro Bidegain a Cruzeiro: 1 a 0 ajustado de local y un re contra valioso empate a 1 que le dio su boleto a semis, donde lo esperaba Bolívar de Bolivia, un rival un poco más accesible.
Paliza táctica desde el principio a favor del Patón. Leandro Romagnoli portó la cinta y fue el referente histórico que tenía el plantel. Nacho Piatti, Tito Villalba y Mauro Matos los delanteros, pero lo más interesante es que solo el delantero centro pudo anotar, porque los goleadores de la noche fueron los encargados de defender: Juan Mercier agarró la lanza y de guapo llegó al área para definir con mucha clase; Julio Buffarini con un bombazo de larga distancia y Emmanuel Más por duplicado de cabeza. La vuelta fue derrota 1 a 0 en el estadio Hernando Siles, pero por primera vez en su historia, San Lorenzo de Almagro se metía en una final de Libertadores.
Nacional de Paraguay era el rival a vencer pero debía superar una prueba importante en el estadio Arsenio Erico de Asunción. Aquel encuentro fue 1 a 1 con un agónico gol de Julio Santa Cruz en el minuto final, pero la vuelta se jugó en el Estadio Nuevo Gasómetro y parecía que la historia ya estaba escrita: papeles azul y rojo por todos lados, el público enloquecido y una cancha que se le venía encima a los paraguayos.
Los elegidos por el Patón: Sebastián Torrico; Julio Buffarini, Mauro Cetto, Santiago Gentiletti, Emmanuel Mas; Héctor Villalba, Néstor Ortigoza, Juan Mercier, Leandro Romagnoli; Mauro Matos y Martín Cauteruccio.
El mundo estaba expectante de lo que pasaría con el mejor equipo argentino del momento y del cual El Papa Francisco era el hincha y socio más famoso.Con el penal ejecutado por Néstor Ortigoza a los 36 minutos del primer tiempo, San Lorenzo escribía las páginas de la Copa Libertadores y quedaba en la memoria de todo un continente por ser un equipo verdaderamente copero.