El desembarco de Lionel Messi con su Inter Miami para enfrentar ayer a LAFC fue mucho más que un partido de temporada regular. La llegada del considerado mejor jugador del planeta revolucionó las inmediaciones del BMO Stadium. Muchas celebridades decidieron ir a ver el encuentro entre el flamante campeón de la Leagues Cup y el equipo de su ciudad. Esto es algo que usualmente hacen unos pocos más allá de residir en la ciudad de la Costa Oeste.

El acceso popular a las gradas del BMO Stadium para ver el encuentro promedió los 640 dólares. Es decir un 527% más de lo que cuesta cualquier partido del conjunto que capitanea Carlos Vela. Con todas las localidades agotadas, 22.000 personas gozaron de un recital de fútbol de Messi, que terminó con un doblete de asistencias.


Lo más resonante de la noche fue la gran cantidad de celebridades que visitaron el downtown de Los Ángeles para ver al equipo de Messi. Desde figuras de la realeza (o casi) como el Príncipe Harry y Meghan Markle, pasando por deportista de élite como LeBron James y Magic Johnson (dueño minoritario de LAFC) hasta personalidades de la música y el cine como Leonardo Di Caprio, Selena Gómez u Owen Wilson, que se declaró en varias ocasiones como un grán fanático del capitán de la Selección Argentina.

Es la primera vez que se ve algo así en uno de los deportes que no es de los predilectos por los estadounidenses, ya que varias veces se ha visto, por ejemplo, a Jack Nicholson con su pase de temporada para los Lakers, a Drake en el courtside de los Toronto Raptors o los famosos palcos de estrellas en los distintos SuperBowls, donde hasta han ido presidentes del país norteamericano. Nadie se quiere perder al equipo rosa de la Major League Soccer y todo gracias a su capitán, que no es un soccer player cualquiera, sino que es el jugador de fútbol más grande que alguna vez pisó la liga local.