46 años ya. Sí, 46 años de que Boca Juniors tocaba el cielo por primera vez y su historia grande con respecto a la Copa Libertadores de América comenzaba. Hoy, ganar el torneo más importante de todos a nivel clubes del continente es casi una obligación, porque hace bastantes años que no la gana.
El primer paso fue en el 1977, pero el proceso de ganar dicha competencia arrancó antes, cuando Juan Carlos Toto Lorenzo se convertía en DT. Un técnico con trayectoria, que llegaba con la ambición de ganar títulos, y obvio, la Libertadores era el principal objetivo. Pero también pensaba y proyectaba en el futuro.
La liga doméstica fue casi un trámite para los dirigidos por Lorenzo, quien convenció a sus jugadores que la competencia local les quedaba chica, debían ganar ambos torneos si o si y pensar en grande. Los torneos los ganaron y el resto terminó siendo historia…
En la primera fase del torneo continental integró el Grupo 1, junto a River Plate, clásico rival del conjunto de La Ribera, Peñarol de Uruguay y Defensor Sporting, también de Uruguay. A priori, la zona era dura, los dos equipos del país vecino no eran fáciles y River siempre fue un oponente duro. Pero eran 6 partidos en los que Boca debía demostrar por qué soñaba con su primer gran título.
En la fase de grupos, terminó puntero con diez puntos: cuatro partidos ganados, dos empatados y ninguno perdido. Como siempre, no cosechar derrotas fortalecía al plantel y daba un plus de confianza que siempre es necesario. El Toto, conforme con sus muchachos, estaba seguro que algo grande vendría en camino.
Pero con un formato viejo, el Xeneize pensaba en la semifinal. Si, después de grupos quedaban solo los 4 mejores equipos, y Boca Juniors enfrentó a Deportivo Cali, el durísimo equipo Colombiano y luego, Libertad de Paraguay, donde consiguió el pase a la final tras finalizar primero del grupo con seis unidades. Es decir, era una especie de “segunda instancia de fases de grupos”.
Los equipos brasileros no son duros solo ahora, sino desde hace rato ya: Cruzeiro lo esperaba. ¡El detalle? Eran los últimos campeones del continente. En la Bombonera fue el encuentro de ida, con victoria de Boca por 1-0 con un tanto del delantero Carlos Veglio. La vuelta, en el estadio Mineirao que se encontraba en tierras brasileras, lo tuvo al local como ganador por 1-0, por lo que se tuvo que jugar un partido desempate en una cancha neutral: el Centenario de Montevideo.
Se esperaba que el partido sea una verdadera fiesta, y lo fue: ante 60 mil espectadores que querían ver un verdadero show, ambos equipos pusieron toda la carne en el asador.
El conjunto argentino formó con Hugo Gatti; Vicente Pernía, José Luis Tesare, Roberto Mouzo, Alberto César Tarantini; Jorge Benítez, Rubén Suñé, Mario Nicasio Zanabria, Ernesto Mastrángelo; Carlos Veglio y Darío Felman. Estos guerreros batallaron sin la casaca azul y oro sino una blanca.
Y hubo final feliz: Boca obtuvo su primera Libertadores tras un sólido empate sin goles y una victoria en tanda de penales. La primera de seis. La primera que generó esa necesidad de querer levantar dicho trofeo año tras año.