“No importa lo que hiciste con tu vida, me importa lo que hiciste con la mía”, dicen algunos de los carteles más famosos dedicados a Diego Armando Maradona, uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol. Quizás su definición como “futbolista” no está bien, sino que él era muchísimo más que eso. Hoy Pelusa estaría cumpliendo 63 años.
El 30 de octubre nacía el más chico de los hermanos varones de la familia que había formado Don Diego con Doña Tota. Diego Armando se llamó ese niño, que le alegró la vida a sus hermanas también, Ana María, Elsa (Lili), Rita (Kity) hasta ese entonces. Después llegaron María Rosa y Cali. Pero en la niñez era un simple niño que le gustaba estar en la calle jugando a cualquier cosa, entre ellas, a la pelota. Sí, a la pelota, porque el fútbol era cosa más complicada hasta ese momento.
Toda su vida, con sus hermanos que lo llevaban de acá para allá, corrió atrás de una pelota, hasta que creció y con casi 10 años, todos corrían detrás del “zurdito que jugaba lindo”. Villa Fiorito fue el barrio que lo vio crecer y Argentinos Juniors el club que lo formó como futbolista profesional. Fue fichado para las divisiones juveniles del Bicho de la Paternal, donde pasó cinco temporadas, obteniendo el récord de ser el máximo goleador del campeonato argentino cinco veces consecutivas.
En 1981, fue traspasado a Boca Juniors. Ahí ya era Diego Armando Maradona, el pibe de oro que todos querían. River era uno de los clubes interesados por él, pero la pasión, los colores y el amor de toda una familia por el Xeneize era más. Llegó a Boca para triunfar, fue campeón y la estrella del plantel en el Metropolitano 1981, que injustamente para él, fue su único título en el fútbol argentino.
Tras el Mundial de España de 1982, Maradona se convirtió en el primer futbolista en lograr el récord de ser el traspaso más caro del mundo dos veces, al ser transferido al Barcelona por 7,30 millones de euros, y luego al Napoli de Italia por 12 millones de euros.
En Barcelona no tuvo su prime, ya que en el 84 tuvo una dura lesión que lo alejó del campo por un tiempo. En el club, no todo fue color de rosa como le habían pintado y su distanciamiento con el presidente Núñez fue creciendo hasta tomar la decisión de marcharse al club que lo vio como lo que era: una verdadera estrella. O quizás esa palabra queda muy chica para Diego.
La presentación fue el 5 de julio de 1984, ante un estadio San Paolo que contó con la asistencia de 75.000 hinchas del Napoli, en la que se estima que fue una de las presentaciones más grandes de la historia del fútbol. En la temporada anterior el equipo había evitado el descenso por un punto, por lo que los aficionados estaban entusiasmados por la llegada del jugador. El debut en la Serie A se produjo el 16 de septiembre de 1984 contra el Verona, con una derrota por 3 a 1. El equipo no encontraba el rumbo, en la primera rueda del torneo solo consiguió 9 puntos. Sin embargo, el 24 de febrero de 1985, en una jornada ante Lazio se produjo un punto de inflexión en el equipo, gracias a la descollante actuación de Maradona, que anotó un hat-trick, que incluyeron un gol olímpico y de vaselina.
La primera etapa del 10 fue una verdadera preparación para colocarse en la gloria y en la historia como una leyenda, aunque era joven aún. Diego viajó a México para “conquistar el mundo y la del mundo”. Carlos Salvador Bilardo como DT, le había dado la confianza para que Maradona sepa que había todo un país bancándolo y expectante de su magia. Argentina quería ser campeón y Diego Armando llegó a tierras mexas para hacer la proeza más importante e histórica que se podía imaginar: jugar un mundial después de haber sido tan criticado, catalogado como decepción y hasta bastardeado; brillar, ser el mejor del equipo y de todo el torneo, “vengar” de alguna manera una guerra donde murieron muchos jóvenes y llevar la Copa más deseada de todas a su país.
Diego Maradona se consagró en el Mundial de México, convirtiendo cinco goles y dando cinco asistencias en los siete partidos que disputó. Goles mágicos: gambetas, de pelota parada y hasta con partes ilícitas. Duela a quien le duela, lo que hizo fue impresionante. Único, histórico.
Al regresar del Mundial en México, Maradona inició una excelente temporada con el Napoli. Tras el histórico tercer puesto conseguido la temporada anterior, el equipo se había motivado para superarse, sumado a los fichajes de Di Napoli y del goleador Andrea Carnevale. En esa temporada consiguieron el primer título (scudetto) de la historia de la institución, y además ganaron la Copa de Italia.
Diego siguió brillando por todos lados. Pasó por Sevilla después de haber jugado Italia 90′ a un nivel altísimo. Una mancha de dopaje quiso apagar la imagen del 10 pero no pudo. Se alejó de personas que quizás ya no le aportaban a su carrera como profesional y pasó por algunos escándalos mediáticos pero volvió al verde césped en la temporada 92/93 para vestir la camiseta del Sevilla, club que no tenía tanta exigencia deportiva a un alto nivel y, aunque algunos no querían, Diego se preparaba para jugar un Mundial más. Aunque quizás algunos no lo sabían, el 10 siempre estaba presente para representar la camiseta albiceleste, y en el repechaje contra Australia de cara a la Copa del Mundo de Estados Unidos del año 1994, no fue la excepción.
Tras perder vergonzosamente ante Colombia por 5 a 0 de local, en un Monumental lleno de ilusiones, Argentina estaba condenada al repechaje y aparecía el fantasma del 70. Durante el partido, el público argentino reclamó por Maradona, por lo que Alfio Basile y Julio Grondona intentaron convencer al excapitán a que regresara para el repechaje. Sin embargo, antes de que se produzca su regreso oficial, Maradona tuvo que reconciliarse con Oscar Ruggeri, quien lo reemplazó como capitán, para saldar problemas de vestuario, en una reunión en la que “lo arreglaron todo en diez minutos”.
Se preparó en La Pampa con el profesor Signorini lejos de la toxicidad que vivía día a día y llegó a bajar 5 kilos en 5 días. Diego se focalizaba para su última bala y no quería desperdiciarla.
Goleada y baile ante Grecia; 2 a 1 frente a Nigeria y la famosa entrada de la “médica” y su ausencia ante Bulgaria. Esa fue la definición del mundial norteamericano antes de la tristeza histórica: prohibirle entrar al campo al mejor jugador de todos los tiempos, hasta por lo menos, ese entonces.
En los análisis se le detectaron cinco sustancias prohibidas, que Maradona afirma haber estado en las pastillas para la gripe: efedrina, norefedrina, seudoefedrina, norseudoefedrina y metaefedrina, por lo que lo suspendieron 15 meses y tuvo que dejar la concentración. Ahí “le cortaron las piernas”. “No quiero exagerar, pero fue así”, dijo Pelusa.
Pasó por Newell’s Old Boys de Rosario e hizo felices a miles de hinchas de La Lepra que alguna vez soñaron verlo con su camiseta. El 13 de septiembre de 1993 llegó el primer entrenamiento y 40 000 personas se habían reunido a verlo, en medio de una fiesta organizada por el entrenador Jorge Raúl Solari. Jugó, se divirtió, y después, tras una lesión muscular, debio alejarse del futbol un tiempo más.
Diego, con deseo de ser técnico, quería estar en La Boca para volver a ser feliz, pero Silvio Marzolini estaba en el cargo. Tras una difícil negociación, llegaron al acuerdo de que Maradona jugara sus últimas temporadas en el club de sus amores, con los colores que amaba.
Boca jugó un amistoso contra Corea del Sur y Diego volvía oficialmente a ponerse la Azul y Oro. Después, con Macri en la presidencia del club y ya sin Marzolini pero con Bilardo, realizó sus últimos destellos. Fueron dos años de intentarlo e intentarlo, hasta llegar al 25 de octubre de 1997, en el partido que Boca Juniors derrotó como visitante a River Plate por 2-1, siendo reemplazado en el entretiempo por un juvenil llamado Juan Román Riquelme, cuando decidió dar un paso al costado y dejar el fútbol.
Como director de orquesta, Maradona estuvo en Mandiyú como su primera experiencia oficial, luego un cortito tiempo en Racing Club de Avellaneda y en Octubre del 2008 se le cumplió otro sueño: ser el DT de la Selección Argentina.
La llevó al Mundial de Sudáfrica 2010 tras unas eliminatorias difíciles pero con buenas individualidades, se tiró de palomita en la lluvia con el gol de Palermo, dejó frases polémicas previo al desarrollo de la Copa y después dijo adiós tras ser eliminados frente a Alemania en Cuartos de Final.
Pasó por Al Wasl de Emiratos Árabes Unidos, Al Fujairah, Dinamo Brest y Dorados de Sinaloa. Este último muy recordado, ya que jugó dos finales y nunca pudo lograr el objetivo de ascender al equipo de la Liga Expansión a la Liga MX, la más alta del fútbol mexicano.
Y la última vez que lo vimos en una cancha fue dirigiendo para Gimnasia Esgrima La Plata el campeonato del fútbol argentino. Su llegada le aumentó un 10 % los socios al club y una visibilidad televisiva muy grande. Diego generaba mucho más que cualquier otro ser humano.El 2 de noviembre de 2020 fue internado por un cuadro de anemia y depresión. Al momento de su muerte se encontraba convaleciente tras haberse sometido a una cirugía para corregir un hematoma subdural en la cabeza. El 25 se despidió de este mundo con 60 años. Multitudes lo despidieron, multitudes lo lloraron. Esta fue la historia del hombre que nunca quiso ser un “normal”, el hombre que nunca quiso “pasar desapercibido”, sino de aquel que siempre quiso ser Diego Armando Maradona, el ídolo de la gente. ¡Felicidades, Diez! Seguro allá arriba estarás un poquito más tranquilo…