El cuadro recibía en su casa a Central Córdoba por la última fecha de las Zonas de la Copa de la Liga y necesitaba ganar si o si para asegurar su clasificación a la Copa Libertadores de América del 2024. Boca Juniors miraba de reojo el partido del Ciclón ya que podía seguir con chances de una supuesta clasificación, que no existió. Rubén Darío Insúa ha hecho un gran trabajo con San Lorenzo.
El DT planteó un 3-4-3 para salir a atacar de primera mano y jugar tranquilo, pensando en la copa de clubes más importante del continente. Batalla en el arco; Hernández, Sánchez y Rafa Pérez como centrales; Braida y Luján por los costados, Maroni y Jalil Elías por el centro; Leguizamón y Nahuel Barrios por los costados cumpliendo una función de puntas y solo, en el centro, Federico Girotti.
Lo que buscaba era hacerse dueño del balón y llegar al área rival todo el tiempo. El primer tiempo se tornó difícil para el conjunto local, que parecía irse al complemento sin goles. No obstante en la última apareció Jalil Elías que metió un bombazo sensacional al ángulo izquierdo del arquero Mansilla del conjunto de Santiago del Estero.
“Me llevo un recuerdo muy lindo. Una despedida soñada. Me tocó llegar en un momento muy complicado. Nos hubiera gustado darle un título al club, pero estuvimos muy cerquita”, expresó el mediocampista central que decidió ponerle fin a su ciclo como jugador de San Lorenzo y seguirá su carrera en la liga de Malasia.
Con un gran cabezazo de Gastón Hernández, San Lorenzo cerró su clasificación a la Libertadores después de cuatro largos años de ausencia. Y no solo su alegría pasó por estar dentro de la competencia, sino también de dejar afuera a Boca.
Con la victoria ante Godoy Cruz en Mendoza por la última jornada, los Xeneizes habían quedado quintos en la tabla anual con 62 puntos. Sin embargo, al haber sumado de a tres, San Lorenzo quedó cuarto con 64 y relegó con 63 puntos a los mendocinos a los que se les abrirá un cupo para entrar en la Libertadores sólo si River o Rosario Central ganan la Copa de la Liga.
El gran trabajo de Rubén Darío con San Lorenzo
Esto denota la mala campaña que tuvo el equipo dirigido por Jorge Almirón, que ya no forma parte del cargo y asumió Mariano Herrón, pero también el buen trabajo de Insúa por llevar nuevamente a San Lorenzo a la Copa Libertadores. La contratación del entrenador fue el gran acierto de la dirigencia, que este, muchas veces, le terminó “salvando las papas”.
Cuando llegó, el club miraba los promedios. Esto preocupaba y mucho al hincha del conjunto Azulgrana, que no quería volver al capítulo más triste de su historia como lo fue en el año 1981 cuando perdió la categoría.
Quizás muchos dirán que el funcionamiento del equipo no es del todo bueno, que parece muy defensivo y hasta “amarrete” a la hora de atacar, pero consigue resultados. ¿Cuántas veces fue criticado por tantos empates, incluso sin goles? Muchas veces. Pero San Lorenzo estaba muy mal económicamente y el ex número 10 se hizo cargo del mal momento de la institución con resultados de sus muchachos dentro del verde césped. Quedó 3° en la Liga Profesional de Fútbol con jugadores lesionados y sin recambio.
Fue semifinalista de Copa Argentina, donde cayó ante Defensa y Justicia no jugando bien, pero intentando siempre. Lo clasificó a la Libertadores 2024, agónicamente, pero clasificado al fin. Es el equipo al que menos goles le convirtieron en el año (24 en 41 partidos jugados y el que menos perdió (7). Le dio identidad. Se la jugó por varios juveniles cuando necesitaba de jugadores con experiencia y que no le pese la camiseta, él le dio lugar y la tranquilidad de que había mucha gente que confiaba y se ajustó a un presupuesto sin refuerzos de excelencia.
El Gallego se ganó el cariño azulgrana por lo conseguido a pesar del nefasto manejo de dirigencia, eso le da aún más valor. Sentido de pertenencia a flor de piel. Le sacó agua a las piedras. Del abismo a soñar con la gloria.