Ricardo Noir es uno de los tantos futbolistas que quisieron dedicarse a otra labor y salir del ambiente en el que se criaron y en el que desarrollaron prácticamente toda su vida. El argentino hoy vive en Uruguay, se retiró del fútbol y se dedica a su otra pasión: la peluquería.
Hace casi dos décadas había llegado a Buenos Aires para formarse como profesional en las divisiones juveniles de Boca Juniors. Estuvo varios años hasta que en 2008, cuando el plantel profesional estaba a cargo de Carlos Ischia, debutó en Primera. Estar en uno de los equipos más importantes del país no es fácil pero se veía que Noir tenía condiciones para portar la casaca azul y amarilla. También el contexto lo favorecía, ya que el club venía de consagrarse campeón de la Copa Libertadores 2007 y el plantel era realmente bueno. La calidad de todos sus compañeros colaboraba con el joven recién llegado.
Le dieron la playera número 33 y en su debut marcó un gol. Fue en La Bombonera y ante Racing, en lo que significaba jugar su primer clásico en la máxima categoría. Se fue “haciendo” tras ser parte de los reconocidos por quien había sido el ayudante de campo de Bianchi.
Tito, como apodaban a Ricardo Noir, llegó a jugar 41 partidos con Boca. Allí marcó cuatro goles y ganó dos títulos: el torneo Apertura 2008 y la Recopa Sudamericana de ese mismo año. Quizás, para él, fue uno de los años más lindos de su vida y que nunca olvidará.
El entrerriano tuvo que buscar nuevos aires en el fútbol local porque no encontraba la titularidad. La competitividad en Boca era elevada y no siempre le tocaba hacer goles o dar una asistencia a algún compañero, entonces, sin la chance de jugar, le tocó cambiar de club. A lo largo de los años pasó por Newell’s, Banfield, Racing, Huracán, Atlético Tucumán, Belgrano, San Martín de Tucumán y Gimnasia y Esgrima de Concepción.
En Racing es recordado por haber sido parte del plantel que en 2014 volvió a ser campeón. Diego Milito y Lisandro López estaban a la cabeza del grupo en ese entonces. Usaba el ‘7’, estuvo dos años y quedó en la historia del club al que le marcó en su debut.
La decisión de aislarse del ambiente fue tomada con el paso de los años. El retiro pronunciado lo acorralaba con el pensamiento de qué habrá después de “la pelotita”; entonces decidió volver al hobbie que tenía en sus primeros años: “Me acordé que de chico me gustaba cortar el pelo y me puse a hacer el curso de peluquero, y hoy acá en casa me armé una peluquería. Hago todos los cortes modernos que les gustan a los futbolistas ahora, ja. La paso bien, hablo de fútbol ahí, que es algo que me encanta. Siempre pongo los partidos y los vemos mientras corto“, explicó Noir, a sus 37 años.
Su último club fue Paysandú de Uruguay, estuvo al mando de una escuelita de fútbol y comentó que eso lo hizo “sentirse útil” nuevamente. Pero la peluquería lo terminó de convencer. Parece raro, porque ¿cuántos ex futbolistas se volvieron peluqueros? Muy pocos, casi ninguno… Ricardo Noir vive hoy una realidad distinta a la popularidad. ¿Cuál era su techo en el futbol profesional?