Apenas fue hace menos de tres años que Santos Femenil tenía un proyecto que apuntaba a grandes cosas. En el Apertura 2021 lograron posicionarse en la pelea por los primeros lugares y llegaron a disputar la liguilla. Cuando muchos esperaban que podían aspirar a ser un equipo competitivo, pareciera que la directiva le dio la espalda a la institución y ahora nadan en las profundas aguas de la tabla general.
Muchos son los datos que pueden dimensionar la tragedia en el equipo lagunero. Para comenzar, hasta antes del 11 de marzo del presente año, habían pasado 308 días desde su última victoria. Por si esto fuera poco, en los últimos dos torneos ya recibieron 100 goles y el Clausura 2024 aún está en disputa.
Si bien no es el único equipo ‘abandonado’ en la división femenil, la diferencia son los antecedentes. Orlegi Sports logró hacer dos equipos competitivos en su momento a Atlas y Santos en la liga varonil e incluso ha logrado campeonatos pero ese empeño parece no estar con su rama femenil.
También las rojinegras pasaron por una situación similar pero el resultado es el mismo. ¿Por qué, pese a tener un panorama prometedor, deciden no apoyar la base de jugadoras que las pueden tener un equipo exitoso?
Santos Femenil y el apoyo inexistente
Mara Fajer, Gerente Senior de Experiencias de Orlegui Sports, compartió, en el SportBiz de este año, la implementación de nuevas actividades para los aficionados con la diversificación de experiencias en el estadio. Al ofrecer opciones que atraigan tanto a hombres como mujeres, buscan atraer a una audiencia más amplia y adquirir nuevos aficionados que estén dispuestos a adquirir abonos.
Estas estrategias jamás tocan el aspecto deportivo al menos en el equipo femenil. En Santos fueron varias las jugadoras a las que les abrieron las puertas como Cinthya Peraza y Nicole Buenfil. Desafortunadamente en el lapso inmediato de seis meses tras el exitoso Apertura 2021, fueron hasta 13 bajas las que anunció el equipo.
Los refuerzos llegaron pero ninguno de gran renombre y las apuestas desde el extranjero tampoco han sido la respuesta. A todo esto hay que agregarle que tienen una prometedora generación que fue finalista en el torneo sub-17 del 2022 y que pocas han recibido la oportunidad de debutar con el primer equipo.
El hermetismo de los altos mandos es importante, ya que nadie da la cara por el equipo. Más allá de lo que el técnico pueda decir o que las jugadoras se presenten en la cancha, parece que no existe interés porque la situación cambie al menos en el futuro cercano.