El buen proceso durante todo el año puede ser manchado por varias derrotas durante un mes, y sobre todo, la más importante de tu vida. Eso le sucedió a Gabriel Milito, quien después de perder 3 a 1 la final de la Copa Libertadores de América con Botafogo y luego ante Vasco da Gama, dejó de ser oficialmente el entrenador de Atlético Mineiro.

El DT argentino viene haciendo una gran trayectoria desde el banco y llegándole claro a sus jugadores. Estuvo en varios clubes pero en Argentinos Juniors destacó por el espectacular juego del equipo y buenos resultados, que lo terminaron llevando a un equipo de buen presente en Brasil. El Galo era una oportunidad única para venderse en Sudamérica como lo que es, un gran DT.

Llegó al club de Brasil con la ilusión de competir en la liga más competitiva del continente y luchar por la segunda Copa Libertadores para el club de Belo Horizonte. Su trabajo en esta última competencia fue magnífica y en semifinales su equipo, con carácter, dinámica y jogo bonito aplastó al River Plate de Marcelo Gallardo. Allá, en su casa, fue 3 a 0 con sabor a que la serie no estaba del todo liquidada, pero en el Más Monumental, con muchísimo orden, obtuvieron un empate sin goles que los posicionó en la final del torneo. Lo difícil fue que su rival, Botafogo, vivía una mejor actualidad: Protagonistas del Brasileirao y una serie de semifinal sencilla ante Peñarol.

Se le vino la noche a Milito cuando previamente al partido más importante de su carrera como entrenador carga con 13 encuentros sin conocer la victoria. Botafogo, con uno menos, le hizo 3. Pero querer dar vuelta la página, salió peor. La salida del técnico argentino se produjo después de la derrota ante el Vasco en Sao Januario, en la penúltima jornada del campeonato Brasileño. El técnico se salteó la conferencia de prensa tras el partido y el director deportivo Víctor Bagy confirmó su salida.

Milito, como acostumbra, arrodillado analizando el partido.

Milito comandó al Galo en 62 partidos, con 23 victorias, 20 empates y 19 derrotas. Fue contratado en reemplazo de Luiz Felipe Scolari el 24 de marzo, firmando hasta finales de 2025 pero por la puerta de atrás debió salir antes. El título estatal que le ganó a Cruzeiro cuando asumió en el Galo se borró por el trágico mes de noviembre y cerrarlo aún peor. Y no es que no se valore el segundo puesto en el torneo más importante del continente, pero nadie quiere quedárselo…

Otra de las preocupaciones de los dueños del club es la zona de descenso, 6 puntos lo separan de la segunda categoría del fútbol de Brasil y obviamente, lejos de clasificar a próximas competencias internacionales. Jugar la Serie B sería catastrófico para los hinchas y Milito quedaría marcado como culpable.

Mirada profunda del DT Gabriel Milito.

¿Los culpables solo son los DT’s?

Más allá de dicha responsabilidad, los futbolistas son parte vital y finalmente terminan decidiendo el resultado del juego. Felipao, cuando decidió marcharse, llevaba 10 juegos sin ganar; Gabriel, 12. Tiempo atrás la culpa era del Turco Mohamed o del Chacho Coudet…

¿Cuánto tiempo más tendrá que quedarse un entrenador para luego salir del Mineiro? Y es que la victoria ante River parecía salvarle el año pero lógicamente no fue así. Los fanáticos del Mineiro piden a gritos una renovación de jugadores y Minas Gerais se está volviendo un calvario para los directores técnicos que no logran encontrarle la vuelta. No tiene sentido el cambio constante si se dispone una plantilla lejos de ser equilibrada.

Hace años que los dirigentes del club brasileño cambian más de 2 entrenadores en la misma temporada y así, justificando sus problemas. Milito llevó al equipo a dos finales con el apoyo de la hinchada pero la destitución es siempre el camino más fácil. El Mariscal se debe ir con la frente en alto sabiendo que lo que importa son las ideas y como se trasladan, pero en Brasil el potencial económico es grande y las convicciones dirigenciales, diminutas.