Peñarol pasó un buen 2024, consiguiendo jugar semifinales de la Copa Libertadores de América después de mucho tiempo y entre tantos, la estrella que más brilló fue Leo Fernández, quien era futbolista del Tijuana de México y estaba en préstamo. Hoy, los hinchas ilusionados, quieren que el futbolista se quede en el club de Uruguay y planean una colecta de dinero para pagarle.
La camiseta aurinegra pesa mucho y Fernández lo sabe. Pero para él parece no tener ningún tipo de distinción de otra, se sintió muy cómodo portándola y demostró la calidad de jugador de fútbol que es. Magia e inteligencia para un joven uruguayo que tiene una larga carrera por delante, seguramente lejos de su nación. Pero los hinchas de Peñarol quieren tenerlo, por lo menos, una temporada más y disfrutar de tanto nivel.
El futbolista de pie hábil izquierdo fue la sensación del fútbol sudamericano y estuvo en el radar de grandes clubes como Boca Juniors y River Plate, pero finalmente quien lo compró fue el club charrúa. Aunque su techo esté muy lejos de su país, los fanáticos están en busca de retenerlo a partir de una colecta de dinero y convencerlo.
Desde la lógica puede ser una mala jugada para la trayectoria de Fernández, quien podría visitar Europa y brillar en cualquier club del Viejo Continente. Tiene esas “pinceladas” como pocos; Puede jugar por algún costado y finalizar por el centro; Gran ejecutor de pelota parada; Y es un futbolista con carácter, que en las difíciles se agranda.
Una situación similar 40 años atrás
De la mano de Washington Cataldi como presidente, Peñarol logró hacer una colecta de capital para quedarse con Fernando Morena, quien en 1981 jugaba en el Valencia de España. El público Carbonero aceptó poner dinero de su bolsillo para conseguir alegrías.
¿Cómo seria? Una cuota voluntaria en la que estaba incluida la entrada al encuentro del 21 de mayo en el Centenario entre Peñarol y Valencia, ocasión en la que Morena vestirá nuevamente la casaca aurinegra, con la intención de pagarle al club español 1 millón de dólares, para ellos, una negociación con una gran rentabilidad.
Además hay que destacar que el propio jugador resignaría dinero por su parte para vestir los colores de su corazón. El lema que usaron era el de “A Morena lo traemos entre todos”, y se concretó. Con el regreso de Morena, Peñarol fue campeón uruguayo en 1982, campeón de América y de la Copa Intercontinental. El propio futbolista remarcó que si imaginaba el cariño del público “nunca se hubiera ido a España”. Quedó maravillado.
Volviendo al presente, ¿Fernández que es lo que quiere hacer? Si quisiera quedar en el corazón de los hinchas, la jugada está fácil: Aceptar las condiciones. Pero no debe ser una situación sencilla para el futbolista de 26 años, que se encuentra en el pico máximo de su carrera y con potencial a explotar en un fútbol distinto, de más velocidad y hasta más “limpio”. El barro siempre le gustó, pero “cruzando el charco” encontrará nuevos horizontes y ¡muy interesantes!