Boca Juniors juega cada vez peor y el valor que tiene como refuerzo la llegada de Agustín Marchesín es cada vez más importante, no sólo porque resguarda los tres palos xeneize, sino que le ofrece una imagen de referente y es un espectacular transmisor de confianza. Es, por escándalo, la mejor compra que podría haber realizado Juan Román Riquelme y el Consejo de Fútbol.
Cuando Agustín hablaba de su pasión desde chico por la camiseta Azul y Oro, no mentía: Su familia le inculcó el amor por Boca Juniors y hoy puede confirmar que cumplió uno de sus sueños. Durante esta semana ha revelado fotos con buzos de Fernando Carlos Navarro Montoya e incluso en brazos del ex-arquero colombiano nacionalizado argentino. Le hizo saber a las marcas patrocinantes que tiene intenciones de portar el famoso buzo del Mono y espera pronto la pilcha.
Pero en realidad, lo que destaca a Marchesín es el hambre de gloria: Llegó al club hace muy poco y ya es ovacionado por el hincha de Boca. La grave situación futbolistica que vive el club es, quizás, un poco favorable para el ex Porto, ya que agiganta su imagen. Lógicamente a ningún arquero le gusta ser el salvador partido a partido, pero tiene los guantes bien puestos y ya demuestra el por qué del valor de su ficha.
La única acción que el fanático bostero puede recriminarle es el cambio por Leandro Brey previo a la tanda de penales con Alianza Lima, donde el club argentino termina quedando afuera. Algunas voces dicen que debía hacerse cargo de la situación y otras lo defienden diciendo que era parte de la planificación por la mala racha que tuvo el ex arquero de la Selección Argentina en las últimas ejecuciones…
Boca Juniors necesitó de un buen arquero para reemplazar el pobre momento de Sergio Romero y apareció Agustín Marchesín. Es realmente un arquero de jerarquía y volvió a salvar a Boca, esta vez, por Copa Libertadores. La garantía bajo los tres palos está, solo queda darle más tiempo para que se defina como ídolo.
