Hace tres años, el extremo holandés Quincy Promes iluminó la Eurocopa 2020 con la camiseta de Países Bajos y se rumoreaba con una supuesta llegada al gigante Manchester United que finalmente nunca sucedió. Su actualidad es muchísimo más diferente por una parte oscura de su vida que nadie conocía: Está exiliado en Dubai tras haber sido condenado por tráfico de cocaína y una pelea con su primo que terminó en apuñalada. Parece una locura que, cerca de estar en un espectacular nivel de su carrera, todo lo tapó las malas juntas.
La realidad de la carrera de Promes es impactante. Parece poco creíble qué un futbolista se encuentre involucrado en varios hechos ilegales, por ejemplo, venta de drogas. Y es que Quincy tuvo una infancia difícil y varios momentos de su vida personal terminaron acercandolo a malas juntas qué terminaron perjudicándolo.
El futbolista neerlandés pasaba uno de sus mejores momentos futbolísticos en el Spartak de Moscú de la máxima categoría de Rusia y el zondeo de Ajax terminó siendo real cuando consiguió el título de liga en 2017 con el club blanco y rojo. Mudarse a su país para vestir la camiseta del equipo más importante fue un lujo que pudo darse después de una transferencia de 15 millones y haber sido elegido como el mejor jugador del fútbol ruso.
Aunque pasaba un muy buen presente tras la Eurocopa del año de la pandemia del Covid-19, pasaron varios sucesos malos para el delantero: Se enteró que su primo le robó un collar de 3.000 euros a su tía y todo comenzó a desbordarlo al futbolista. En una cena familiar, Promes lo apuñaló en uno de los muslos y su madre, supuestamente, fue quien lo paró.
Allí llegó su primera gran denuncia como “intento de asesinato” a uno de sus familiares directos. Aunque la policía sospechaba que había algo más detrás, con el celular “pinchado” descubrieron el negocio que manejaba el jugador, contrabandeando 1.363 kg de cocaína en barco y disfrazando la droga de sal marina. La policía incautó el alijo de 65 millones de libras y acusó al agresor.
7 años fueron los que le dieron por dichos problemas a Promes, que decidió salir de Rusia para Medio Oriente. En Dubai era carne fresca para su detención y fue detenido en el aeropuerto de EAU cuando intentaba huir del país tras un accidente en el que se dio a la fuga.
Países Bajos exige que sea deportado a su país de origen para cumplir su condena, pero no sé dió. La actualidad es difícil de comprenderla, pasa el tiempo de penitencia en Emiratos Árabes Unidos jugando en un pequeño club de Dubai y espera pronto la vuelta a su nación.
