Neymar Jr es tapa de diarios en Brasil desde su llegada a Santos y esta vez no es por sus buenos recursos futbolísticos, sino, por haberse ausentado al partido contra Corinthians y horas después estar bailando bajo las luces de Río de Janeiro junto a sus amigos en el carnaval más grande del mundo. Todos conocen al delantero brasileño, que más allá de su buena labor dentro del campo de juego, la fiesta es otro de los focos que lo marcaron en su vida.
¿Cuántas veces fue noticia que el astro brasileño nacido en Mogi das Cruzes estaba lesionado y se lo encontraba despejándose de sus problemas en fiestas? Muchas. Y esta vez, de nuevo. A sus 33 años, Ney llegó al club de sus amores para buscar una revancha que el fútbol le debe. Estuvo alejado de la pelota durante todo 2023 y 2024 por culpa de lesiones y piensa en recuperarse al 100% para el Mundial de México, Canadá y Estados Unidos de 2026 compitiendo en el Brasileirao, la mejor liga del continente. Pero, no dejó sus costumbres.
No es la primera vez que el talento de la cancha es criticado por su vida fuera de ella. No es un escenario nuevo para Neymar, quien ya enfrentó críticas similares durante su estadía en PSG por priorizar fiestas sobre su recuperación. O también, son costumbres que el propio jugador tiene y que de los clubes se lo permiten.
“Lo revisamos varias veces, y no tenía condiciones para jugar. Esto se trata de su recuperación, no de la selección nacional”, explicó Marcelo Teixeira, presidente del club blanco, con intenciones de calmar las aguas y darle tranquilidad a sus hinchas y a la propia estrella brasileña.
La derrota de Santos por 2-1 ante Corinthians en la semifinal del Campeonato Paulista, juego que significó la eliminación del equipo santista del torneo. Hoy, Neymar está en los flashes de los medios de comunicación por ser el emblema del club y, a su vez, por no mostrar la imagen de líder que debería. El dolor en el muslo, que lo empezó a afectar ante Red Bull Bragantino, no le impidió que disfrute del carnaval. Igualmente, a pesar de las críticas, nadie le quita lo bailado a Ney, que es fiel a sus costumbres y necesita de una dosis de fiesta para su funcionamiento.
