El top 1 del ranking de Pádel femenino no es de Delfina Brea pero será pronto. Es una realidad que se terminará dando cuando los resultados de victorias constantes sean la carta de presentación de la jugadora argentina que demostró, desde hace rato, su altísimo nivel. Hoy, la jugadora de derecha transita un espectacular momento junto a Gemma Triay y van por todo.
Parque Chacabuco era su barrio, pero decidió dejarlo para mudarse a España en busca de su sueño: Ser jugadora profesional de Pádel. No solo lo logró, sino que hoy apunta a ser la mejor del circuito, y muy lejos no está. Durante el paso de los años, Delfina fue creciendo de manera realmente exponencial y demostrando que estaba para pelear por grandes cosas. Gemma Triay lo entendió, aprovechó la salida con Bea González y decidió tenerla en su derecha. Juega de manera simple y eso la hace ser cada día mejor.
Definitivamente la única jugadora de drive que incomoda a Paula Josemaría, la número 1, es la hija de Nito Brea. Sí, la jovencita que se nutrió de Pádel durante toda su vida y pasó la mayor cantidad de tiempo libre dentro del 20×10. Parece ser que el Efecto Brea es una de las cartas difíciles de superar para La Dinamita Española: Duelos de voleas cruzados bien potentes; muchísima búsqueda a la reja de parte de la Argentina hacia la europea y, sobre todo, ataque en la red. A Josemaría no hay que dejarla qué plantee un juego ofensivo, y la pareja 2 lo tiene claro.
De los cuatro torneos que se han jugado en la temporada, los tres últimos son cosa de Gemma Triay y de Delfina Brea, nueva pareja creada para retirar a las 1. El objetivo era ese. De entrada, con la victoria en Miami, 2-0 en encuentros directos y ponen distancia en la carrera del año: más de 400 puntos de diferencia. Es acercamiento es mucho.
Resistencia y nivel: Eso es lo que tienen Triay y Brea. Delfina, con su juventud, demostró que tiene mucho carácter y hambre de gloria. Sin dudas, está cada día más cerca de conseguir buenos resultados. El futuro de Argentina queda en sus manos.
