Aun cuando es la tercera franquicia más cara del mundo, los Knicks tienen marca ganadora por tercera vez en dos décadas a esta altura de la temporada
Este jueves, los Knicks de Nueva York derrotaron a domicilio a los Pistones de Detroit, 114-104 para terminar la primera mitad de la campaña con record de 19-18, su primera marca ganadora en la primera mitad de una campaña, desde 2012-’13. Además, se encuentran en el quinto puesto en la Conferencia Este, es decir, un año atípico pues un equipo que había acostumbrado a sus aficionados a ser de los peores de la Liga por dos décadas.
El equipo neoyorquino, uno de los consentidos en la Gran Manzana, sufre una pésima racha, pues en este periodo apenas es la tercera ocasión que tiene récord ganador después de 35 partidos, justo después de la era dorada de Patrick Ewing, la principal leyenda del equipo que terminó en el año 2000.
De acuerdo con Forbes, la franquicia de los Knicks de Nueva York es la tercera más cara del mundo en 2020, de acuerdo con Forbes, solo después de los Cowboys de Dallas y los Yankees de Nueva York. Pertenece al grupo Madison Square Garden Company desde 1997, cuando pagó 300 millones de dólares por el equipo. Su valor actual es de 4 mil 600 millones. En esta administración, los Knicks alcanzaron su última final en 1998. Después de eso, casi todo han sido tristezas.
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Desde el 3 de febrero, tienen una racha de 10 victorias y cinco derrotas, con cuatro triunfos en los últimos cinco partidos. El equipo es comandado por el delantero centro Julius Randle, quien promedia 23.2 puntos por partido, 11.1 rebotes y 5.5 asistencias, así como el alero novato R.J. Barret, procedente de Canadá, quien promedia 16.5 puntos por partido, seis rebotes y 2.9 asistencias.
El trabajo con Randle, se ha enfocado en darle confianza a la ofensiva, como líder del equipo y en un defensor más inteligente en la pintura.
Con los 27 puntos (11 de 19 en tiro), 16 rebotes y 7 asistencias ante los Pistons, Randle es el primer jugador de los Knicks con más de 10 partidos de 25 puntos, 10 rebotes y cinco asistencias en una temporada desde 1983. También es el único en llegar al fin de semana del Juego de Estrellas con 800 puntos, 400 rebotes y 200 asistencias, algo que Ewing no pudo hacer.
Barret, se ha desarrollado como tirador: en los últimos cuatro partidos promedia 20.2 puntos, 4.5 rebotes y tres asistencias con un 57.6% en tiros de campo.
Randle es uno de los cuatro jugadores que ha tenido minutos en los 24 partidos desde la racha de cinco derrotas con las que Nueva York tocó fondo. Immanuel Quickley es la revelación de la temporada. El novato Obi Toppin, con un juego espectacular en con pocos minutos de juego, participará en en el concurso de clavadas de este domingo.
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Perdieron por lesión a Mitchell Robinson, su poste titular, y el coach apostó por Nerlens Noel que rinde muy por encima de sus estadísticas, además del regreso del movedor Derrick Rose, quien llegó de Detroit a principio de febrero. El ex MVP de la Liga se ha convertido en un revulsivo ofensivo, aun cuando sus números son bajos: 12.5 puntos y 4.9 asistencias en 24.6 minutos.
El estilo del Bronx
A partir de este año, el equipo es dirigido por Tom Thibodeau, quien después de una larga trayectoria como asistente, pasó cinco años en Chicago y Minnesota, en ambos equipos con resultados regulares. Thibodeau reinstaló implementó nuevamente el estilo de juego que hizo poderosos a los Knickerbockers de Pat Riley en los años 90: transiciones lentas, poderío en la pintura y una defensa férrea.
El coach ha rescatado esa filosofía de juego debido a que trabajó como asistente del equipo entre 1996 y 2003, es decir, al final de la gran época del equipo y el inicio de su largo declive. La franquicia actualmente practica un basquetbol divertido y bueno.
La fórmula a que se utiliza en el Bronx es: tener el equipo más lento en transición (30° en toda la Liga), un escaso pero acertado uso del triple (28° de la NBA, con apenas el 8% de efectividad). Esta filosofía se contrapone a la moda impuesta por los Warriors de Golden State, que practica la velocidad y un bombardeo constante desde la línea de tres.
El equipo es el número 19 en eficiencia ofensiva y la mejor defensa de la NBA en el último mes. La última vez que los Knicks estuvieron en esta posición, alcanzaron los playoffs, lo cual sería suficiente para la sufrida afición del tradicional Madison Square Garden.
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“Es una organización orgullosa, pero eso no tiene nada que ver con la actualidad. No quiero que miremos hacia adelante, ni hacia atrás. Es importante conocer la historia de la organización, esa parte es importante, pero nuestro enfoque tiene que estar exactamente en lo que tenemos frente a nosotros, y eso es cada día, cada partido, cada entrenamiento. Estar preparado para seguir mejorando. Tenemos un equipo joven. Tenemos un equipo que puede crecer”, explicó Thibodeau.
Una larga sequía
Si bien, este equipo aún no tiene material suficiente para competir por el título, sí puede pensar en consolidar la reconstrucción tan largamente esperada, con la idea de atraer talento en los próximos años y, entonces sí romper con su larga sequía de títulos que data de 1973, cuando el legendario coach, Phil Jackson, era jugador.
El equipo llegó a las finales en 1994 y luego en 1998, pero en ambas ocasiones perdió, en siete juegos ante los Rockets de Hakeem Olajuwon y luego en cinco partidos ante los Spurs de San Antonio, en el primer año juntos de David Robinson y Tim Duncan.
Esta nueva versión del equipo ha devuelto, de a poco la sonrisa a los aficionados del Bronx, tras muchos años de sinsabores.