Pelé cumple 81 años y, aunque el mundo lo reconoce como el más grande en la historia del futbol, también se recuerda su apoyo a la dictadura
Este sábado, Edson Arantes do Nascimento, Pelé, cumple 81 años y se mantiene como la máxima figura en la historia del futbol mundial. O Rei, es reconocido en el orbe pese a su edad y a que tiene más de 40 años de su retiro del futbol profesional. Sin embargo, sus regates, sus goles y sus títulos con el Santos y la Selección de Brasil lo mantienen en la cima del Olimpo del futbol.
Pero no solo su influencia se dio en las canchas del mundo. Su fama y la alegría que le dio a la afición amazónica lo convirtieron en una figura mediática e incluso un instrumento de dominación política, que utilizó la dictadura iniciada por Humberto de Alencar Castelo Branco para legitimar sus actos autoritarios a mediados de los años 60 y que se prolongó hasta 1985.
Si bien Pelé asegura que nunca fue partidario de este gobierno antidemocrático, la historia ha documentado como el astro se dejó consentir por un régimen que tenía completamente controlada a la población y se dedicó a hacer poesía con el balón en sus pies. El tiempo ha aumentado las críticas a como O Rei manejó el peso de su imagen pública, porque nunca utilizó su peso para criticar a un gobierno con el que nunca estuvo de acuerdo y que a cambio de su silencio, lo trató como un príncipe.
De esto trata el documental de Netflix que lleva su nombre y que recorre su brillante carrera, que resultó un consuelo para el atribulado pueblo brasileño, que clamaba libertad.
La dictadura y el esplendor del “Scratch do ouro”
El golpe militar de Castelo Blanco, que derrocó al gobierno democrático de Joao Goulart inició en 1964 llegó en el momento en que Pelé vivía su época de mayor esplendor. Brasil por fin había reivinidicado la tragedia del “Maracanazo” en 1950, con el campeonato del Mundo en Suecia ’58 y había repetido en Chile ’62. El “Scratch do ouro” era el mejor equipo del mundo, por mucho y el Santos dominaba el futbol sudamericano.
Pelé se había convertido en ídolo, tras lograr el sueño de un joven de 17 años que marca un golazo en la Final del Mundial y que salía por primera vez de Brasil. Posteriormente encabezó una generación que no le prestaba el balón a ningún rival y que sólo se podía mermar a patadas, como ocurrió en el Mundial de Chile. Sin embargo, la generación de Pelé continuaba dominando.
Pelé y el ángel de su imagen pública
Para 1966, luego del fracaso ante Portugal, Pelé cayó en una profunda depresión y aseguró que dejaría a la “Canarinha”, pero el gobierno lo disuadió para que nuevamente liderara a su equipo a conseguir la proeza del primer tricampeonato del mundo, en México en 1970.
Con el triunfo en el Estadio Azteca ante Italia, Pelé se consagró como el mejor de todos los tiempos y, obligado por las circunstancias, cometió una de las mayores imprudencias de su carrera: aparece abrazado por el nuevo dictador, Emílio Garrastazu Médici festejando su logro, mientras cientos de brasileños desaparecían por criticar a la dictadura.
Este gesto dolió a los brasileños, pues para su mala fortuna, Pelé coexistió con otro “mejor de todos los tiempos” que nunca abandonó a su pueblo: Muhammad Ali. En el documental, Pelé explica que no sabía nada de política y que lo suyo era complacer al público con el balón en los pies y que por ello ha posado con todos los presidentes que ha tenido Brasil desde que es famoso, o le envía una playera del Santos autografiada, como ha hecho siempre, incluso con el actual, Jair Bolsonaro.
El tricampeonato de México ‘70
“El gran regalo de la victoria es el alivio”, dice, mientras narra la gran presión que había sobre sus hombros para mantener al Santos y a la “canarinha” como los mejores equipos del mundo. Ambas escuadras fueron utilizadas por el gobierno como embajadores de buena voluntad del país amazónico, tratando de hacer más amigable un régimen que puertas adentro era sanguinario y autoritario. El punto de mayor tensión, incluso, llegó en aquella Copa de México. “En ese momento no quería ser Pelé”, confiesa.
El régimen tenía seis años del golpe militar y dos de haber cerrado su Congreso de perseguir a la disidencia. Pelé era el instrumento para exaltar el nacionalismo y alegrar a la población. De allí su importancia.
“Si dijera que no sabía que había torturas, mentiría. Pero no estábamos seguros de las cosas. En el fútbol daba absolutamente igual”, afirma.
Sin embargo, el tiempo reveló una parte de la dura realidad: la Comisión Nacional de la Verdad aseguro que en aquellos 19 años de terror hubo 421 asesinatos y desapariciones de adversarios políticos. Además, la situación política también influyó en el seno del “Scratch”, pues una diferencia entre Pelé y su técnico,
João Saldanha (quien de paso militaba en el Partido Comunista), terminó en el cese del estratega, solo dos meses antes del Mundial de México.
“Halcón” Peña, el causante de los festejos en el Ángel
Si bien los motivos fueron futbolísticos, el gobierno militar intervino para entregar el timón al libanés Mário Jorge Lobo Zagallo, compañero de Pelé en Suecia y quien tenía la autoridad para integrar a los jugadores al proyecto. Como resultado, Brasil ganó todos sus partidos en México, incluyendo actuaciones históricas contra Inglaterra, Uruguay e Italia.
Y esto provocó sentimientos encontrados en la afición, como recuerda el periodista Zé Trajano en el documental: “fui al Mundial queriendo que la selección perdiera por la dictadura. Cuando llegué, se me hizo imposible”, porque aquel equipo es considerado como uno de los mejores equipos de la historia.
En su defensa, los expertos políticos que analizaron las condiciones de la dictadura brasileña aseguran que Pelé no tuvo alternativa, pues era muy difícil plantarle cara a los militares en aquellos años. “El tricampeonato no fue la victoria de Médici; fue la victoria de Pelé”, explica el Juca Kfouri.
Contemplando recuerdos
Pelé pasa sus últimos años en su residencia de la ciudad de Santos, ahora en convalecencia de una delicada operación de colon. A sus ahora 81 años, se mueve con andadera y una silla de ruedas que lo mantienen confinado en su casa. El documental finaliza con un convivio de O Rei con aquellos compañeros de hazañas que todavía viven (todos pasan los 80 años de edad) y recuerdan los años de gloria, cuando conquistaron dos Copas Libertadores y seis campeonatos brasileños.
Vestido de blanco, completamente, aquel equipo también era comandado por o Rei, quien tenía una técnica y potencia física únicas en aquellos años y que hoy son impensables, ante un débil anciano que aún es idolatrado en el mundo del futbol, aunque no tanto como hace 50 años.
Los críticos de Pelé
Cuando Brasil manifestó su intención de organizar el Mundial de 2016, un sector de la población protestó, pues criticaban que no se atendieran las urgentes necesidades que hay en el país y a cambio ofrecían gastar una fortuna en un evento que cada vez es menos redituable para los gobiernos organizadores.
En aquellas protestes, aparecieron carteles como uno que incluía una foto de Pelé y la leyenda: “Traidor del siglo”. Dos décadas antes, el doctor “Sócrates”, otro histórico del futbol brasileño ya lo había llamado traidor, luego que o Rei abrazara al entonces presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Ricardo Teixeira, aunque antes lo había acusado de corrupción.
El mismo Juca Kfouri, quien ha tenido una relación estrecha con Pelé y que incluso lo recomendó al expresidente Fernando Henrique Cardoso para que lo nombrara su ministro de Deportes, asegura que su imagen está dividida en la opinión de los brasileños, que el mismo astro comenta:
“La distinción, que él mismo hace, es entre Edson y Pelé: Edson es un hombre común con defectos y virtudes como cualquier otro, Pelé es una entidad aparte, el mayor atleta del siglo XX”.
Una vez retirado en 1977, con el Cosmos de Nueva York, equipo que incluso tuvo que negociar con el gobierno brasileño el traspaso desde el Santos, Pelé se convirtió en su propio producto y se hizo multimillonario, en los años más duros de la dictadura.
Ante las protestas contra los enormes gastos que se hicieron para el Mundial Pelé pidió suspender las protestas hasta después del torneo porque era un “momento importante para promover a Brasil”, una declaración similar a la que hizo durante la dictadura, cuando sus compatriotas protestaban por tener derecho al voto, cuando contestó que “su pueblo no sabía votar”.
Argentina 78, cuando la dictadura manchó de sangre el balón
Otra polémica surgió cuando el portero del Santos, Aranha, quien acusó a aficionados del Gremio de proferirle gritos racistas. Pelé dijo en un acto público: “en mis tiempos me gritaban de todo. ¿Ustedes oyeron algo de racismo? No, porque no le dábamos atención”. Pero en otros foros, Pelé se ha manifestado en favor de campañas a favor de los niños pobres, pero por sus actos y sus declaraciones, su propia historia personal ha perdido fuerza.
“Pelé al lado de un negro pobre es blanco”, calificó el antropólogo brasileño Roberto da Matta, por sus comentarios sobre las ofensas a Aranha.
Incluso Romario creó una frase sobre los dichos de Pelé que pasó a la historia: “Pelé, callado, es un poeta”.
“Pelé ya no es tan especial dentro de Brasil como sigue siendo especial para el mundo. Es apenas un jugador de futbol y no debería ser valorado con los mismos criterios que un político o un intelectual público. Pero lo es. Y, por eso, es inevitable que cuatro décadas después de haber colgado los botines, las personas todavía se irriten y hastíen con él”, escribió Alex Bellos, un periodista que ayudó a escribir una autobiografía de O Rei.
Kfouri considera que estos problemas en el manejo de su imagen pública de Pelé se deben a su “poca formación” al momento de tener una postura respecto a los problemas de la vida nacional. Pero también en los errores que ha cometido en su vida íntima, como negarse a reconocer una hija suya y que derivó en una larga batalla judicial y su paternidad fue comprobada. Lo que no era tan público fue que Pelé sufrió extorsión de las personas que rodeaban a la hija y peor aún, la muchacha murió de cáncer en 2006.
Cuando el bloque comunista conquistó la Champions League
“En lo íntimo, Pelé es encantador y de una humildad ejemplar, por lo que quizá podría recuperar parte del afecto popular perdido. Con la cuestión de salud que tuvo ahora, por primera vez Brasil se dio cuenta de que O Rei es mortal. Y creo que Brasil se llevó un susto”, asegura Kfouri, sobre los últimos años de O Rei.