Allí por la temporada 2018/19, un joven llamado Joao Félix comenzaba a florecer en la primera del Benfica. El talentoso portugués, en su única temporada, deslumbró a todo Portugal y convirtió 20 goles en 43 encuentros. Con esos números, causó sensación rápidamente y fue Atlético de Madrid, con dinero fresco tras la salida de Antoine Griezmann, quien se hizo de sus servicios por más de 120 millones de euros.
“Si uno no corre, lo podemos solucionar. Si dos no corren, es complicado. Si tres no corren, perdemos seguro”, dijo alguna vez Diego Simeone. El portugués siempre fue un jugador de poca entrega, que prácticamente carece de juego sin pelota. Su talento y su calidad son indiscutibles. Por esto, y pese a la poca competencia en su puesto, nunca se transformó en un titular indiscutido.
En su segunda temporada, el elenco Colchonero se consagró campeón, y Joao Félix, nuevamente, alternaba entre titulares y suplentes. 31 partidos, solo 14 como titular y 7 goles fue su aporte. Pequeño pero destacado, le sirvió a los de Simeone para consagrarse, pese a las diferencias de estilos entre jugador y entrenador, muy poco compatibles.
Los cortocircuitos entre ambos se hicieron evidentes. Joao siempre fue para Simeone el primer fusible, el más fácil de sustituir, el primer sacrificado a la hora de hacer un ajuste táctico. De hecho, fue titular poco más de la mitad de los partidos que jugó. El esfuerzo y el sacrificio, para el Cholo no se negocian. Para el portugués, era lo primero negociable.
De cara al Mundial, la situación se volvió insostenible. Joao jugaba poco y nada. El equipo no daba pie con bola. A mitad de año, tuvo chances de irse y no se concretaron, lo que terminó decantando en una relación rota tras un partido ante Brujas por Champions en el que no ingresó.
En la presente temporada, mientras el portugués estuvo en la plantilla del Atlético, el equipo quedó afuera de Champions League en fase de grupos, en la que terminó último, y en Liga había ganado ocho, empatado tres y perdido cinco. Sin él, obtuvieron 12 triunfos, tres empates y una sola derrota, más la eliminación de Copa del Rey a manos de Real Madrid. ¿Es casualidad que la gran racha del elenco madrileño se haya dado justo después de la salida del joven luso?
Chelsea, el escaparate que no le funcionó a Joao Félix
Chelsea fue quien puso más de 10 millones de euros por su préstamo por seis meses, y como si no hubiese cambiado de equipo, el derrotero para Joao continuó. En los blues, por ahora acumula tres victorias, tres igualdades y diez caídas, con la eliminación de Champions League frente a Real Madrid en el medio. Tras que su valor de mercado más alto haya sido de 100 millones cuando explotó y en 2021, desde que saltó a la fama mundial, hoy está en su punto mínimo: apenas 50 millones de euros es el valor de Félix. “Más nosotros y menos yo. Más grupo y menos individuo”, alguna vez explicó Alejandro Sabella.
Todo eso es lo que no tiene Joao Félix. Un jugador sumamente talentoso, distinto, vistoso, pero que no se esfuerza, no se supera día a día, no trabaja para ser compatible en un equipo y es apático. Esta temporada, esas actitudes le han atraído malos resultados en los dos clubes en los que jugó. ¿Es él responsable? No ¿Es casualidad? Tampoco. Deberá cambiar los hábitos y las formas para ser un crack de elite, porque de lo contrario, pasará a ser otro proyecto de estrella que se quede en el camino.