Hoy, 13 de julio, se cumplen 9 años que Argentina perdía la final ante Alemania en un Brasil colmado por hinchas albicelestes que estaban completamente ilusionados por levantar la Copa del Mundo. El país carioca se había colorido blanco y celeste.
El Estadio Maracaná albergaba una nueva final en la que Argentina era la protagonista, esta vez, frente a Alemania. Un enfrentamiento como este ya había sucedió previamente, ya que fue la tercera vez en la historia que ambas selecciones se veían las caras en el último partido de la competencia más importante y prestigiosa a nivel países.
El partido terminó siendo favorable para la Alemania de Joachim Löw, que ganó 1 a 0 gracias al gol de Mario Götze en tiempo suplementario y de esa manera levantó la Copa por cuarta vez en su historia.
Pero, ¿cómo fue ese partido?
Argentina salía a la cancha con una disposición táctica de 4 defensores, con Marcos Rojo como lateral por izquierda, Ezequiel Garay y Martín Demichelis como centrales y Pablo Zabaleta a la derecha; Javier Mascherano y Lucas Biglia en la mitad de la cancha para ser los termómetros que controlen en que temperatura jugar el partido; Enzo Pérez a la derecha, Ezequiel Lavezzi a la izquierda, Lionel Andrés Messi, portador de la 10, suelto; y Gonzalo Higuaín como punta.
Alejandro Sabella había planteado ese esquema para intentar contrarrestar el 4-3-3 furioso de la Máquina Bávara. Los que vestían la camiseta blanca y negra eran de atacar constantemente, la pelota la manejaban ellos y el objetivo era pegar de entrada, pero Argentina no se los permitió.
La primera clara del partido fue para los sudamericanos: El Pipa Higuaín tuvo a los 20 minutos la gran posibilidad de poner en ventaja al equipo de Sabella, tras un cabezazo desafortunado de Tony Kroos que lo habilitó, pero el delantero, frente a Manuel Neuer, definió desviado. Con un poco de apuro, pero también sabiendo que estaba jugando una final del mundo y todo lo que conlleva, Gonzalo falló una chance inmejorable.
Ya en el segundo tiempo, Lucas Biglia habilitó a La Pulga que remató cruzado desde la izquierda y el balón recorrió todo el arco para irse afuera apenas al lado de la base del poste izquierdo del golero alemán. Aquella ocasión pasó muy cerca, pero la fortuna no parecía estar del lado sudamericano.
La jugada para el recuerdo fue en el minuto 56, cuando Zabaleta asiste al delantero del Nápoli y el arquero del conjunto alemán salió a cortar con el puño e impactó al argentino, pero sin embargo el árbitro italiano Nicola Rizzoli sancionó tiro libre para los europeos. Algo que parecía inentendible, así fue.
El partido finalizó en igualdad 0 a 0 y ya en tiempo extra, en el minuto 96, Marcos Rojo recibió por izquierda, debordó y tiró el centro para que Rodrigo Palacio controle y defina, pero quiso hacerlo por encima de Neuer y la pelota no quiso entrar.
En el segundo tiempo del alargue sucedió la fatalidad: André Schürrle, que había ingresado en el segundo tiempo, se animó a encarar y cuando se estaba quedando sin espacio, asistió a Mario Götze, otro que recién había ingresado. Controló de pecho y en el mismo movimiento, de aire, definió de zurda (su pierna menos hábil) y puso el 1 a 0 definitorio.
La Argentina jugó bien, hizo un partido muy digno a puro corte de líneas y contraataque y el árbitro italiano no cobró un clarísimo penal que podría haber cambiado la historia. Alemania, de gran torneo, no fue superior, pero, aun así, realizó una gran campaña durante su estadía en Brasil. El día que toda la República Argentina lagrimeó. Un duro golpe para un grupo consolidado, que parecían amigos y que lucharon hasta el final. Este fue una de las grandes piedras que Messi tuvo en su carrera, pero El 10 estaba convencido que más tarde, habría recompensa…