Los arbitrajes en Argentina atraviesan uno de sus peores momentos históricos. Hoy en día, no hay club que no se queje de los jueces que les tocan y sus fallos: Godoy Cruz, Gimnasia, Newell’s y Unión son algunos de los que más perjudicados se han visto. Sin embargo, desde hace un tiempo a esta parte, Barracas Central, uno de los principales apuntados por ser beneficiado, no ha recibido regalos y se ha acomodado en la tabla solo.
El “Guapo” comenzó el torneo con Rodolfo De Paoli en el banco y con una campaña magra: tres victorias, tres empates y cinco derrotas, que lo ubicaban en la zona baja de la tabla. En las tres victorias, frente a Sarmiento, Gimnasia y Platense, los rivales fueron claramente perjudicados y los jueces influyeron en el resultado.
En la fecha 12, la llegada de Sergio Rondina le cambió la cara al equipo. El “Huevo”, experimentado entrenador del ascenso, se encontró con un material que le calzó perfecto. Rápidamente, el DT encontró la manera de disimular los defectos al antepenúltimo plantel más valioso, apenas valuado en 10 millones de euros.
Barracas Central y el paso a sacar puntos de visitante
Rápidamente, el Guapo consiguió puntos importantes de visitante frente a Vélez y Banfield, algo que le costaba mucho desde toda su estadía en Primera División. De local, hizo su estadio una fortaleza: con una diferencia de varios millones de euros en los planteles, le ganó a equipos como San Lorenzo y River, animadores de esta Liga Profesional; fuera de casa, consiguió triunfos frente a dos equipos fuertes, como Belgrano y Tigre.
Siendo uno de los clubes más chicos de Primera División en muchos aspectos, el “Guapo” solamente perdió en dos de sus últimas presentaciones por Liga Profesional y arrastra siete encuentros sin derrotas, sus mejores rachas desde su llegada a Primera División. Algo meritorio es que en ningún partido, el árbitro influyó en el resultado y los verdaderos protagonistas de las victorias y empates fueron los técnicos y jugadores. Acertar con el entrenador es incluso más importante que hacerlo con el plantel.
Rondina, un experimentado en la materia de conducir planteles con mucho material de ascenso, tomó el reto y en silencio, provocó que los medios dejen de hablar de los fallos arbitrales a favor y manifiesten que el Guapo es un hueso duro de roer. Desde su arribo, el “Huevo” le dio la estabilidad futbolística que necesitaba. ¿Hasta dónde llegará el equipo?