Un 12 de agosto, pero del año 1964, Independiente de Avellaneda se consagraba campeón del torneo más importante de América a nivel clubes, que en ese momento se llamaba Copa de Campeones de América. Aquella final fue tras superar en una serie de dos partidos a Nacional de Uruguay en la vuelta, ya que en el encuentro de ida fue 0 a 0. El 1 a 0 del segundo partido lo puso Mario Rodríguez y en ese momento, Independiente comenzó el proceso que le permite reinar, hasta por lo menos todo 2023, en el continente.
Manuel Giúdice, quien fue parte de la máquina de River, tomó las riendas de ese equipo que terminó triunfando en América con un plantel de nombre: Luís Suárez, Raúl Savoy, Jorge Maldonado, quizás el más importante porque era el líder futbolístico del plantel y quien portaba la cinta de capitán y Rodríguez, que lo nombramos anteriormente. ¿El arquero? Miguel Ángel Santoro
El camino que transitó fueron dos partidos de grupos, en los que el Rojo quedó primero tras superar a Millonarios de Colombia y Alianza Lima, el mejor equipo de Perú. Directamente a semifinales, pero no fue fácil porque le tocaba el Santos de O´Rei Pelé, que no terminó jugando. El delantero brasileño estaba en un gran momento y parecía imparable, pero no jugó aquel encuentro y la argentinidad del equipo de Avellaneda pudo vencer el buen juego del conjunto que vestía de blanco.
Independiente se enfrentaba al bicampeón del continente y lo que eso conllevaba, y aun así lo doblegó de manera espectacular para quedarse con el global de la serie por 5 a 3.
Independiente y la final del 12 de agosto de 1964
Quizás el rival de la final parecía un “poquito” más accesible, porque al verdadero favorito lo habían dejado afuera ya, pero sabían que el juego de los uruguayos siempre es complicado: trabar, meter, dejar la vida en cada pelota generando un juego poco vistoso. El Rojo supo desde el minuto 1 que debía tener la pelota porque Nacional se iba a defender.
La ida fue un aburrido 0 a 0 donde nadie arriesgaba nada: el local no proponía e Independiente sabía que su partido era en la vuelta, y que el objetivo era no recibir goles.
El partido de vuelta fue todo del conjunto argentino que abrió el marcador con un golazo impresionante de cabeza de Mariulo Rodríguez, como le decían todos. Fue el salvador de la noche y se convirtió, con ese gol, en el máximo goleador de esa edición de la Copa Libertadores con 6 tantos en total. Es uno de los mayores ídolos de la historia de Independiente, a pesar del poco tiempo que pasó allí: estuvo en el club entre 1963 y 1965.
Hoy, Independiente suma 7 Copas Libertadores y reina el listado de clubes, pero quien rompió el hielo fue ese glorioso plantel que hizo levantar a todos de sus asientos un 12 de agosto en el Estadio La Doble Visera, ubicado en el barrio de Avellaneda.