En Sudamérica, el fútbol se caracteriza por ser un poco más vistoso que en Europa, y no por nivel, sino por destellos de algunos jugadores, generalmente delanteros, que a pura gambeta crean del partido un show, y lo que hizo Neymar Junior en el año 2011 no tiene nombre: una de las mejores actuaciones en la historia de la Copa Libertadores sin ninguna duda.
Santos de Brasil hacía 48 años que no levantaba el trofeo más importante de clubes de América, pero apareció un chico con un peinado realmente particular, con una cresta colorida de amarillo y una cinta en la nariz hizo vibrar a todos los que lo miraban y temblar a los defensores rivales.
Obviamente no jugaba solo, el equipo que tenía lo acompañaba porque estaba conformado de una defensa sólida, un mediocampo con experiencia y este extremo que se llevaba todas las miradas. Nacido en Mogi das Cruzes, Sao Paulo, portaba el número 11 pero jugaba como un 10.
El nivel de aquel chico de corta edad, que no tenía más de dos años en primera división, fue superlativo. Era realmente imparable y sacaba mucha diferencia con sus rivales a pesar de ser muy delgado y liviano físicamente.
Técnico de Santos elogió mucho a Neymar
“Yo llegué a Santos en una situación complicada porque en la fase de grupos teníamos el penúltimo partido ante Cerro Porteño en Paraguay, y nosotros no podíamos empatar, teníamos que ganar sin Neymar ni Elano. Recuerdo que ganamos de visita 2-1 y creo que en ese momento comenzamos a ganar la Copa Libertadores, porque el equipo se quedó fuerte, tenía confianza y fuimos avanzando poco a poco hasta el partido ante Peñarol. Teníamos un equipo más fuerte que Peñarol, por eso, salimos campeones”, dijo Muricy Ramalho.
Pelé hablo con el DT para expresarle la sorpresa que tenía con el pibe Ney, que jugaba muchísimo. Realmente no se veía un jugador así desde tiempo atrás. “Los grandes como Pelé son humildes, siempre recibió a las personas e iba a los entrenamientos para hablar con los jugadores. Siempre trató bien a todos, pero con Neymar estaba maravillado, decía que era un verdadero crack y que había que cuidarlo”.
Por otro lado, el director técnico informó que sabía que el extremo izquierdo te resolvía partidos, se ponía el equipo encima en momentos difíciles y sus compañeros estaban al tanto que tenían una joya en bruto a su lado. “Nunca jugaba normal, siempre hacía algo diferente. Es un jugador fácil para trabajar, no necesitaba que uno le hable. Neymar era muy profesional y pese a que parecía que era delgado, en verdad, era fuerte físicamente”, culminó.
La juventud de Neymar lo transformaba en uno de los mejores del mundo, con 19 años y estando en Sudamérica. Después lo compró el Barcelona y llevó a cabo una carrera como profesional espectacular, pero sin dudas, el recuerdo de ese “Pájaro Loco” que desparramaba rivales a pura gambeta en velocidad nunca se borrará. Ney fue el verdadero “potencial de oro” que se encargaba de hacer sonreír a la pelota cada vez que la tocaba.