En la Ciudad de Buenos Aires hay cinco equipos campeones de la Copa Libertadores. Boca, en la década del ´70, fue el primero que se consagró. Argentinos Juniors y River, a mediados de la década del ´80, conquistaron América. En los ´90, Vélez, un club modelo, famoso por su éxito en el fútbol como por su vida social y de deportes amateurs, conformó el mejor equipo de su historia y fue campeón de la Copa Libertadores de América.
Después de su formación como entrenador en Francia, Carlos Bianchi volvió para ponerse el buzo de DT de la V azulada. El impacto inmediato le permitió ser campeón del primer torneo, el Clausura 1993. Ese campeonato, lo clasificó inmediatamente a la Copa Libertadores del año siguiente, que iniciaría el idilio del “Virrey” y la Copa Libertadores.
En el sorteo, el “Fortín” quedó en el Grupo 2, junto a Palmeiras, Cruzeiro y Boca, en la zona más difícil de todo el certamen. Como local, empató con Boca y se hizo muy fuerte venciendo al “Verdao” por 1-0 y al conjunto de Belo Horizonte por 2-0. Fuera de casa, triunfó por 2-1 en La Bombonera, igualó en su visita a Minas Gerais y cayó por 4-1 en Sao Paulo. Con esos resultados, se adueñó el primer puesto.
Tener buenos ejecutantes y un buen arquero para las definiciones por penales es un factor fundamental en las series mano a mano. Vélez desde un principio, tuvo que recurrir a ellas: en 8vos de final, enfrentó a Defensor Sporting. En Uruguay, igualó 1-1 con el gol de Héctor Almandoz y en Buenos Aires, no se sacaron ventajas y el cotejo terminó 0-0. Hubo que definir desde los 12 pasos y José Luis Chilavert, uno de los mejores arqueros del mundo en ese momento, se lució tapando dos disparos y convirtiendo el suyo, para que su equipo gane la tanda por 4-3.
En cuartos de final chocó con Minervén, un equipo venezolano. Fue la única serie en la que lo pudo liquidar en 180 minutos. Como visitante, se trajo una igualdad sin goles. En el José Amalfitani, triunfó 2-0 con los tantos de sus dos delanteros, Omar Asad y José “Turu” Flores.
Junior de Barranquilla fue su contrincante en semifinales. En Barranquilla, cayó 2-1 por los goles de Iván Valenciano, mientras que había igualado el “Turu” Flores. En Liniers, ganó con el mismo marcador por los goles de Christian Bassedas y Flores y el descuento de Valenciano. Otra vez, en los penales, Vélez se hizo fuerte: con Trotta y Chilavert como excelentes ejecutantes, y con un penal atajado por el arquero paraguayo y otro desviado, se impuso por 5-4.
En la final, el rival era ni más ni menos que el Sao Paulo de Telé Santana, uno de los mejores equipos de la historia del fútbol brasileño, que era el vigente bicampeón de América y del Mundo. En el Estadio José Amalfitani, el local se impuso 1-0 con el gol de Omar Asad. Para el juego en el Morumbí, cayó en el tiempo regular con el tanto de Müller. De nuevo, Vélez definió por penales. Chilavert le atajó el primer penal de la serie a Palinha y para Vélez convirtieron Trotta y Chilavert (otra vez), Zandoná, Almandoz y Roberto Pompei, quien con un disparo que dio en el travesaño y entró, le dio la gloria eterna a Vélez, que se impuso por 5-3 y se consagró campeón de la Copa Libertadores 1994.
Fue el primer título internacional de la institución de Liniers, con un equipo que quedó para la historia y que salía de memoria con Chilavert; Zandoná, Trotta, Sotomayor, Cardozo; Basualdo, Gómez, Bassedas, Pompei; Asad y Flores. Meses después, superaría en la Copa Intercontinental al Milan de Fabio Capello tras vencerlo 2-0. Carlos Bianchi, que después fue mundialmente conocido por ser tricampeón de la Libertadores con Boca y bicampeón intercontinental, extrapoló su receta desde Vélez, el club en el que es ídolo como futbolista y entrenador.