En la ida, Chivas salió vivo ante el despliegue del León. Ahora la situación no fue distinta y la Fiera dominó las acciones para
Previo a cualquier partido, se hace un análisis para saber qué esperar, aunque cualquier cosa puede pasar y más en liguilla. Entre Chivas y León, se esperaba una superioridad de los locales pero que el Rebaño no se moriría de ‘nada’.
Las predicciones se hicieron realidad, pues la Fiera tomó la pelota y el control del partido, como lo hizo a lo largo del Guardianes 2020. No hay línea donde el León flaquee de manera importante, no obstante todos estaban a la expectativa del desempeño de Rodolfo Cota, tras los rumores que lo acusaron de dejarse meter el gol de Chivas, además de que no tuvo una buena actuación en la ida.
Con la posesión del balón, fue cuestión de tiempo para que cayera el primer gol para los locales. Una jugada de videojuego, donde dos toques dentro del área terminaron con el balón en las redes. Joel Campbell terminó por sumar su anotación al minuto 18 de partido.
No hubo cambios significativos en el trámite del partido incluso hasta en los primero minutos del segundo tiempo. Si bien en el primer tiempo los esmeraldas no tuvieron el mayor porcentaje de posesión, supieron hacer más con menos.
Chivas modificó su parado táctico para tener más opciones a la ofensiva y, por momentos, logró poner el encuentro en un clásico ida y vuelta, a matar o morir. Desafortunadamente esto no benefició a ninguno de los dos equipos, pues no lograron hacer daño con goles.
Pasaron los minutos y la desesperación en los visitantes se hizo evidente, se nublaron en la elaboración de jugadas. El tan señalado Rodolfo Cota hizo todo lo contrario que en la ida, estuvo muy atento para despejar balones, ante la falta de exigencia debajo de los tres postes.
La recta final se jugó por reglamento, ya no hubo actividad en ninguna de las porterías. Ignacio Ambriz jugará su segunda final y, prácticamente, se puede asegurar que jugará ante Cruz Azul.
¿Por fin la Fiera se alzará con el trofeo?