Era muy grato escuchar al Dr. Alfonso Morales al abrir la transmisión con su clásica frase: “amables amigos de toda la Rrrrepública Mexicana”

Es una tristeza que, en esta época, escuchar del fallecimiento de alguna persona, es pan de cada día y se convierte en algo tan normal como el reporte del clima y sigue acrecentándose el número de muertos, hasta que como una bofetada te revienta en el alma la noticia que nunca quieres escuchar, que es el deceso de un amigo.

Así me sucedió ayer. En el muro de Fernando Schwartz, vi la noticia del fallecimiento del Dr. Alfonso Morales, extraordinario cronista de boxeo y lucha libre, pero antes que nada un muy buen amigo. Nos conocimos en los años 70, Alfonso era responsable de la información deportiva del Canal 11, justo en la época del repunte de este canal, cuando al frente estaban Juan Saldaña, Pablo Marentes y Héctor Parker.

Alfonso inicio su carrera en la estación de Radio 620, ahí tenía un programa de información deportiva junto con su hermano. Posteriormente pasó a Canal 11 y en 1980 entró a Televisa.

Nos hicimos amigos y varias veces coincidimos en coberturas en eventos deportivos fuera del país, uno que recuerdo muy bien fue en Puerto Rico, durante los Juegos Panamericanos, en 1979. El viaje duró casi dos meses y la amistad se hizo más fuerte. Me acompañó en mi boda, años mas adelante acudí a él como profesional, me sentí mal, estaba realmente espantado y médicamente no sabía qué me estaba sucediendo. Era estrés, maldito estrés y me ofreció tomar terapia con él.

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Alfonso era psiquiatra y comencé mi tratamiento. Pude comprobar que en esos momentos combinaba perfectamente sus dos pasiones, su profesión y el deporte pues me citaba en los campos de práctica de CU primero corríamos varios kilómetros y nos sentábamos a platicar. Me ayudó mucho. La cita era siempre en una unidad deportiva, primero corríamos, hacíamos ejercicio y posteriormente charlábamos.

Compartimos en el plano profesional en transmisiones de boxeo en diferentes arenas. Era muy grato escucharlo al abrir la transmisión con su clásica frase: “amables amigos de toda la Rrrrepública Mexicana”.

Era característico escucharlo decir: “no pierda de vista esa mano derecha en forma de gancho”, o el clásico “¡Qué bárbaro!”, que le dedicaba a Leobardo Magadan o al “Rudo” Rivera. “¡Enorme!” o “¡Impresionante!” eran frases que utilizaba más en sus transmisiones de Lucha Libre.

Alfonso Morales y el fin de una carrera que dejó huella

En 2016 Alfonso se retiró, lo encontré en MVS, nos saludamos con mucho gusto y se veía muy delgado, me dijo que estaba un poco enfermo pero no era nada delicado.

Hace aproximadamente dos años, localicé a Leonardo Riaño, comentarista deportivo de TUDN, además sobrino de Alfonso. Quería comunicarle que había sido elegido para formar parte del Salón del Periodista Deportivo en su Tercera Generación.  Por supuesto me dio el número de Alfonso, lo llamé dos o tres veces y no pudo tomarme la llamada.

Hablé de nuevo de Leonardo y días después me habló para decirme que Alfonso estaba esperando mi llamada. Hablé con él, le informé de su designación, le dio gusto, a mí me dio mucha tristeza porque no me reconoció.

Leonardo me anticipó que difícilmente Alfonso podría asistir para recibir su reconocimiento, en el Comité Elector tenemos su diploma y forma parte del Salón en la Confederación Deportiva Mexicana.

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Desde entonces ya no hablamos nuevamente y quiero quedarme con la frase que más me gustó del Dr. Morales. Ustedes saben que lo más importante en el boxeo es el nocaut y el boxeador que tiene ponch, tiene en sus manos la moneda de cambio. “Fíjate Damián, fíjate muy bien en esa mano derecha que tiene ‘Trinito Tolueno’ ¡es dinamita!”

Que haya mucha luz en tu camino mi querido Alfonso, descansa en paz y por favor resérvanos un lugarcito para continuar con nuestras transmisiones deportivas, allá donde estás. Descansa.