Cada semana vemos jugadores que, como superstición, se persignan antes de un partido, entran con el pie derecho al campo, usan la misma ropa, incluso sin lavar
El pensamiento fantástico o la superstición es una costumbre que han desarrollado las culturas del mundo a lo largo de la historia, como una forma de explicar aquellas cosas que no entiende. Si bien originalmente estos pensamientos se utilizaban para interpretar su entorno natural, hoy se consideran tradiciones para atraer o alejar a la suerte.
Cada semana vemos jugadores que se persignan antes de un partido, o se aseguran de entrar con el pie derecho al entrar al campo, usan la misma ropa, incluso sin lavar o repiten exactamente la misma rutina que tuvieron al momento de una victoria. ¿Pero esto realmente sirve para algo?
Algunos deportes y algunas regiones conservan esta tradición, principalmente en culturas con un fuerte arraigo religioso o en el pensamiento mágico, particularmente en países latinoamericanos. Pero también se dan mucho en deportes específicos, como el béisbol, que está plagado de tradiciones, maldiciones y rituales para la suerte.
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Si bien la mente humana es tan poderosa como para alterar la realidad, también es un riesgo creer que un ritual o un objeto determinarán un hecho en particular, porque nada tienen que ver con el resultado y, cuando falla, provoca problemas en la mente de quien realiza estos ritos.
“Estas creencias surgen en todas las culturas del mundo y tienen que ver con un arraigo fundamentado de estas culturas y con la historia de vida de cada persona. Pero cuando las personas tienen preparación académica u otros estudios, rompen con estos pensamientos mágicos”, explica Angélica Larios, psicóloga, que trabaja con los equipos representativos de la UNAM, a través de un Grupo de Intervención Psicológica de la Dirección General del Deporte Universitario (DGDU).
“En el contexto del deporte mexicano”, agrega la medallista panamericana en esgrima en Guadalajara 2011 y atleta olímpica en Pekín 2008, “somos un país bastante religioso y acostumbramos estos pensamientos sobre entidades superiores. Además, el nivel educativo en el país está por debajo de lo que nos gustaría. Aunque en el deporte universitario hay más de esta desmitificación del pensamiento mágico”.
Además, la experta destaca que hay un rezago en el nivel educativo del país tiene 40 o 50 años. En tanto, la profesionalización del deporte en México tiene un atraso de 75 años.
La utilidad de los rituales o amuletos
De acuerdo con la experta, este tipo de tradición no tiene alguna evidencia científica que demuestre que funciona, pero a veces ocurre que la persona cree tanto en su amuleto, que algo pasa y ocurre lo que desea. ¿Hay alguna relación?
“¿Cuando estás enfermo, si no vas al médico y usas las recetas de la abuela, funcionan?”, plantea la experta. “Puede funcionar en un 50-50, bajo la teoría del efecto placebo, que ha demostrado que este efecto paliativo sí puede ayudar, porque al hacer un análisis más minucioso, hay fenómenos cognitivos que validan estas creencias fantásticas.
“La memoria normalmente es selectiva y si usaste 10 veces el ‘calcetín cochino de la suerte’, quizás solo en cuatro o cinco funcionó, pero si funcionó en las últimas veces o fueron muy significativas emocionalmente, la mente les da más peso y no importa si solo funcionó tres o cuatro veces. Esto se conoce como sesgo de confirmación”.
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Y agrega: “Todo este sistema de construcción de información te indica que es algo válidoy no significa que tenga una veracidad. Hay muchas ilusiones mentales o perceptuales que te hacen verificar ese tipo de informaciones. Por eso se cree que tienen una relación y creen en ellas”.
La experta señala que en algunos casos, el apego a estos rituales es tan fuerte, que no necesitan ser sustituidos por una explicación racional, sino que deben canalizarse adecuadamente, para generar un efecto positivo.
“Suprimir estas creencias es como pedirle a una persona que deje de creer en Dios. Estas cosas están tan arraigadas que solo necesitan enfocarse adecuadamente, para que funcionen. Pero la terapia pricológica busca deconstruir estos pensamientos irracionales porque a la larga pueden causar problemas de causalidad errónea”.
Es decir, cuando un ritual falla, la persona busca otro y otro y otro, que los sustituyan. Esto aumenta sus niveles de ansiedad, por lo que en vez de una solución, puede terminar en un grave problema: “se convierten en conductas compulsivas y eso se considera un riesgo a la salud, porque provoca problemas de funcionamiento cotidiano a niveles peligrosos”, finaliza.
Mitos y supersticiones en el futbol mexicano
En el futbol mexicano tenemos de todo: brujería, devotos y supersticiosos. Uno de los menos efectivos son las “adivinaciones” del Brujo Mayor. El “vidente” quien mediante el tarot usa sus “poderes” para adivinar resultados importantes: quién será campeón o a qué ronda llegará México en el Mundial.
Para la Final del Apertura 2016 adelantó que América sacaría ventaja sobre Tigres desde la Ida y se coronaría. Al final los parciales fueron dos empates a un tanto y en la definición en penaltis, Tigres se impuso 3-0.
Otro caso, también relacionado con los Tigres fue cuando supuestamente aficionados felinos hicieron brujería en el estadio de Rayados, para “echarles la sal” durante 30 años.
Todo surgió en la Final del Apertura 2017, cuando la Final fue un Clásico Regio que ganaron los felinos 3-2 global y conquistaron el título en casa de sus rivales con marcador de 1-2. Tras el partido, los aficionados de Rayados acusaron a la barra de los Libres y Locos de hacer brujería en las inmediaciones del estadio BBVA.
La Final de Vuelta se disputó el 7 de diciembre de ese año. 10 días después, la afición rayada hizo una convocatoria para explorar las inmediaciones del estadio y localizar el animal muerto.
Como el ave nunca apareció, dos años después, la afición rayada quiso proteger a su equipo de la “maldición”. En la Final de la Concachampions, nuevamente ante Tigres. Para ello, colocaron una maqueta de su estadio cerca del colos cubierta por una cruz de sal. Al final Monterrey avanzó.
Futbolistas supersticiosos
El mismísimo Hugo Sánchez acostumbraba entrenar sin anotar goles. Aseguraba que era una forma de “tener goles” al momento de los partidos, con esta fórmula, cinco Pichichis y dejó al Real Madrid como el sexto máximo goleador de la historia, con 208 goles
Javier Hernández, acostumbra arrodillarse en el centro del campo, antes del silbatazo inicial y formular una oración. En caso de jugar como suplente, algo cada vez más frecuente en su carrera, marca una cruz en el césped con las manos antes de entrar a jugar.
Mario Carrillo en su época como técnico, trabajó con su “hechicera personal”, “Mamá Toña”. Durante su época como técnico de los Tigres, en el 2006. La mujer era parte del cuerpo técnico del equipo. Según Carrillo, su función no era esotérico, sino de alguien “con estudios y preparada”.
De hecho, en la Liguilla del Clausura 2007, el equipo felino enfrentó a Chivas en los Cuartos de Final. Antes de iniciar la serie, la mujer sintió “malas vibras” en la playera de Walter Gaitán, el referente del equipo. “Capello” siguió las recomendaciones y envió a la banca al “Divino”. En su lugar, jugó el joven Edgar García, quien supuestamente tenía la playera llena de “buenas vibras”. En la Ida, Chivas ganó 3-1 de visita y en casa, venció nuevamente 3-2, para un 6-3 global.
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Pero también en México hay una fuerte influencia de las supersticiones provenientes del futbol europeo: el técnico uruguayo del León, Gustavo Matosas, fue grabado tirando un puñado de sal, antes del al Final de Vuelta ante Pachuca, en el Clausura 2014.
La Fiera había perdido la Ida en casa 3-2 y necesitaba ganar para consagrarse bicampeón. Después del partido, dijo que había sido azúcar para pedir que no hubiera lesiones en ningún equipo. Como haya sido, León ganó 2-0 en tiempo extra y consiguió su séptima estrella.
Sebastián Abreu, quien metió goles al por mayor en la Liga MX, era especialmente cuidadoso de que sus compañeros no tocaran sus botines antes de un juego, pues creía que le robaban suerte. También se dice que en una ocasión envió a un utilero al vestidor para que le llevara una playera con el escudo del Nacional de Uruguay, que usaba debajo, porque la olvidó y sin ella no jugaría.
El técnico nacional, Gerardo “Tata” Martino, es devoto de la Virgen del Rosario y tiene como reliquia una medalla que le regaló su madre poco antes de morir. Martino sacó esa medalla para encomendar al Tri en los Cuartos de Final de la Copa Oro de 2019, ante Costa Rica. Posteriormente reconoció que la utiliza solo en ocasiones de premura.
Otro argentino, Javier Torrente, tuvo una larga racha invicta de 11 partidos en el Apertura 2016. Para mantenerla, el técnico argentino usó como amuleto la misma camisa con la que debutó en cada uno de los siguientes partidos.
Mientras que Gabriel Pereyra necesitaba portar una prenda roja para atraer a la suerte, bien sea una banda roja en la cabeza o unos calzones. El “Mïstico” explicó que una vidente le dijo que portar alguna prenda con ese color lo protegería de la envidia.
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Pero el hombre que ha llevado las cábalas al extremo en el futbol mexicano es Ricardo Antonio Lavolpe. El técnico argentino tiene toda clase de supersticiones: sale a cada partido una vez que ha iniciado y no saluda al técnico rival, lo hace hasta el final del encuentro porque lo considera un saludo falso (esto casi provoca que una pelea con Miguel Herrera hace unos años).
También cree en el Feng Shui y en los horóscopos. De ahí, sus corbatas de dragón cuando fue técnico nacional, porque le brindaban suerte para ganar. Con ellas, el Tri fue el equipo revelación de la Copa Confederaciones del 2005.