Wrestlemania 37 significó el regreso de la afición a la arena y cerró con una espectacular lucha. Roman Reigns, Daniel Brayan y Edge se enfrentaron por el Campeonato Universal de la WWE.

La lucha tuvo tintes bastante emocionales, pues significó el regreso de Edge a la contienda titular tras ausentarse prácticamente una década fuera de los cuadrilateros. Caso similar al de Daniel Bryan, quien pasó por la misma situación pero por menos tiempo sin luchar.

Por su parte, hasta Roman Reigns estuvo fuera de circulación por una situación ajena, ya que combatió y venció al cáncer. Además por un buen tiempo ha sido una de las caras principales caras de la empresa estadounidense.

Edge regresó a la acción y se ganó su oportunidad por el título tras ganar el Royal Rumble del presente año y elegir a Reigns como su rival. Daniel Bryan argumentó con base en su trayectoria y se fue abriendo paso para entrar a la lucha.

Al ser una triple amenaza, la lucha no tuvo descalificación, por lo que todo era válido y en el trámite no decepcionaron. Los tres elementos mostraron su mejor arsenal y tuvieron su momento, sin embargo la interferencia de Jay Uso a lo largo de la lucha resultó fundamental.

Cuando parecía que Edge tenía todo para ganar tras aplicar un con-chair-to a Daniel Bryan, apareció el más reciente ganador de la batalla en honor a André el Gigante para salvar a Roman del mismo castigo. La superestrella categoría R se encargó de Jay pero le dio tiempo al campeón de recuperarse.

Roman Reigns le aplicó una lanza a Edge y posteriormente el clásico castigo con el par de sillas metálicas para dejarlo fuera de combate. Al final solo puso a los dos sobre la lona, los cubrió para ponerle fin a la contienda y extender su reinado que comenzó en agosto del 2020 ante una evidente desaprobación del público asistente en Tampa Bay.

¿Merecía alguien más la victoria?

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