El 8 de mayo de 2020 Tomás Felipe, el “Trinche” Carlovich, murió cuando fue asaltado por una bicicleta. Fue una de esas figuras de barrio que llenó de magia los campos
Tomás Felipe Carlovich fue una de esas figuras de barrio que surgen en todo Latinoamérica, que derrochan clase cada que salen al campo, sin importar el rival ni el partido. Pero que solo sueñan con vivir su vida y pasarla en paz, no en ser famosos ni ganar fortunas.
En el caso del “Trinche” Carlovich, nunca dijo por qué se le decía así, nunca aparecerá entre los grandes jugadores del futbol mundial. Pero es una leyenda destacada en su natal Rosario, Argentina, no solo entre los aficionados sino por jugadores profesionales que jugaron contra él. Hace justamente un año, murió trágicamente en un asalto para despojarle de una vieja bicicleta.
Su carrera es más un mito que un hecho documentado, pues en aquella época había pocos videos de los partidos de las ligas inferiores. Lo que se dice sobre el “Trinche” obedece más a la versión magnificada de la gente que le vio jugar. Por ello ahora es una figura casi mitológica del futbol argentino. Por ejemplo, se dice que estableció el record de mayor tiempo con el balón controlado, durante más de 10 minutos, pero en realidad no hay gran material suyo ni mucho menos estadísticas.
El ídolo del Central Córdoba de Rosario
El “Trinche” Carlovich nació en Rosario el 19 de abril de 1946 y destacó como mediocampista en un equipo de divisiones inferiores, el Central Córdoba de Rosario, donde se convirtió en el máximo ídolos del club. También jugó esporádicamente en equipos de Primera División, pero su carácter disipado y su falta de disciplina no le permitieron brillar.
Carlovich pasó su juventud en el Barrio Belgrano, como el último de siete hermanos. Su padre, Mario Carlovich, era un plomero nacido en Croacia.
Se inició en las inferiores de Rosario Central. En 1965 fue cedido a préstamo a Sporting de Bigand, donde ganó la Liga Deportiva del Sur. Al volver, debutó con el primer equipo en 1969, en un amistoso frente a Peñarol, en Montevideo. Tres años después llegó al equipo de sus amores el Central Córdoba donde ganó el ascenso a Primera B en 1973. En el día de su debut hizo dos goles.
Militó en cuatro etapas diferentes en aquel equipo: 1972-1974, 1978, 1980-1983 y 1986. En total solo jugó nueve temporadas, y marcó 28 goles en 236 partidos.
También jugó en Colón, donde apenas disputó tres partidos. En todos ellos salió lesionado. Así finalizó su paso por la Primera División. Pasó por el Independiente Rivadavia de la provincia de Mendoza, donde disputó la liga provincial.
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Con este equipo venció en 1979 al Inter de Milán, por marcador de 3-1. Las crónicas de la época señalan que ese fue uno de los mejores partidos en la carrera del “Trinche”. Se retiró en octubre de 1988, a los 42 años, en el Club Deportivo Argentino de Monte Maíz.
Era especialista en hacer “caños”, pero en realidad hacía un movimiento conocido como el “doble caño”, en el que pasaba la pelota entre las piernas del mismo rival en dos momentos consecutivos.
Llegó al equipo por intermediación del delantero Hugo Cabrera, también rosarino. Causó polémica cuando el técnico del equipo lo eligió para que cobrara todas las pelotas paradas del equipo y esto no gustó a sus compañeros, debido a su carácter solitario y callado. Sin embargo, ganó su reconocimiento por su delicadeza para golpear con el empeine y la parte externa del pie y la gran precisión en sus trazos.
Un gitano del futbol
Durante su carrera, Carlovich se caracterizó por su inconstancia y falta de disciplina. Pero de él, gente como Diego Maradona, José Pekerman, César Luis Menotti y Carlos Timoteo Griguol aseguran que fue uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol argentino.
“Tuvo su estilo: era un volante central elegante, virtuoso y algo displicente. De ritmo lento, pero de razonamiento inversamente proporcional a su andar. Carlovich es algo así como el máximo exponente del arco lírico del fútbol argentino”, Revista El Gráfico.
“Cuando jugué en Sarmiento de Junín, en el Ascenso, me enamoré de Carlovich. Fue el mejor jugador que vi antes de llegar a Primera. Un astro, me hubiera gustado ser como él”. Daniel Passarella.
“Carlovich fue uno de esos pibes de barrio que, desde que nacen, tiene como único juguete la pelota. Era impresionante verlo”
César Luis Menotti
Sobre sí mismo y su amor por el Central Córdoba, el “Trinche” opinaba: “Acá en Rosario se han inventado un montón de cosas acerca de mí. Pero no son verdad… A los rosarinos les gusta contar cuentos. Algún caño de ida y vuelta habré hecho, pero no es para tanto. Yo siempre jugué igual, con las mismas ganas. A lo mejor ir a Francia o al Cosmos, posibilidades que tuve en su momento, me hubiera cambiado la vida. Para mí, jugar en Central Córdoba fue como el Real Madrid”.
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“No tuve otra ambición más que la de jugar al fútbol. Y, sobre todo, de no alejarme mucho de mi barrio, de la casa de mis viejos, de estar con el Vasco Artola, uno de mis mejores amigos que me llevó de chico a jugar en Sporting de Bigand. Soy una persona solitaria. Cuando jugaba en Central Córdoba, si podía, prefería cambiarme solo, en la utilería, en lugar del vestuario. Me gusta estar tranquilo, no es por mala voluntad.”
TRINCHE CARLOVICH
Sobre su estilo de juego, existe un video suyo jugando con el Monte Maíz, en el sur de Córdoba, en 1988, y el puñado de encuentros que disputó en Pergamino.
De tú a tú con la “albiceleste” en 1974
En 1973 Carlovich deslumbró al mundo del futbol argentino, cuando integró un combinado regional para jugar un partido de preparación contra la Selección Argentina, para el Mundial de Alemania 1974.
El equipo estaba conformado por cinco jugadores de Rosario Central, cinco del Newell’s Old Boys y uno de Central Córdoba. Entre ellos estaban figuras como: Mario Alberto Kempes, Mario Zanabria, Carlos Aimar o Daniel Killer. Los rosarinos pasearon a la Selección y al medio tiempo ya los tenían 3-0 en el parque Independencia de Newell´s Old Boys.
Debido a la “cascara” que le daban en el campo, el entrenador nacional Vladislao Cap pidió retirar a Carlovich del campo, porque un jugador de Primera B les estaba dando un paseo. Al final el resultado fue 3-1 y Carlovich solo jugó 45 minutos.
“Enfrentamos en Rosario a un combinado de jugadores rosarinos donde se destacaba Carlovich. ¡Qué baile nos dieron esa noche, y cómo jugó ese muchacho! Un talento que hoy sería comparable a Redondo o Cambiasso, o antes quizás a la ‘Oveja’ Telch. Poseía la magia que distingue a estos tres jugadores”
Ubaldo Fillol, portero de la Selección Argentina
Excentricidades
Carlovich tenía un carácter tranquilo y tímido, que eran confudidos con excentricidades. Por ejemplo, cuando era contratado para jugar fuera de Rosario, “El Trinche” solo acudía los días de partido, en recorridos de hasta 200 kilómetros. Siempre tuvo problemas con su puntualidad para acudir a los entrenamientos.
De él se dijo que gustaba de la vida nocturna, en una fama que lo acompañó durante toda su carrera. Además, no era disciplinado para entrenar por lo que la falta de su desarrollo físico le provocó limitaciones a la hora de jugar en equipos de mayor renombre. Más que ganar, Carlovich disfrutaba jugar al futbol. Se dice que alguna vez jugó un partido completo solo tocando de tacón.
En 1976, César Luis Menotti le convocó a la selección argentina de cara al mundial en el que serían locales. Pero el propio Menotti explicó que “El Trinche” no se presentó porque prefirió irse a pescar. Mientras que el jugador simplemente decía no recordar aquella ocasión.
En 1979, el modesto Andes Talleres de Godoy Cruz le invitó para jugar un partido en Mendoza contra el Milan, que hacía una gira por América. Se dice que su marcador en aquel partido era un joven defensor de 19 años, llamado Franco Baresi, quien no pudo con él.
Una muerte injusta y cruel
Tras su retiro, Carlovich fue reconocido como un ídolo local en Rosario. En 2002 la Municipalidad de esta región lo nombró Deportista Ilustre, con lo que se hizo de una cantidad mensual para sostener a su esposa y dos de sus hijos. También se dedicó a colocar pisos con uno de sus hermanos. Padecía osteoporosis de cadera, por lo que sufría intensos dolores. Con la ayuda de amigos y admiradores se pudo operar para colocarse una prótesis en el 2005.
También se reunió con Diego Armando Maradona cuando fungió como técnico del Gimnasia y Esgrima de la Plata. Diego le entregó una playera que decía: “Trinche, vos fuiste mejor que yo”. Mientras Carlovich le respondió con sencillez: “Diego, ahora puedo partir tranquilo”.
El 6 de mayo de 2020 Carlovich salió de su casa en una bicicleta que le regaló un ex jugador del River Plate. Rosario es una de las ciudades más violentas de Argentina y, aun siendo una figura local, un muchacho le golpeó en la cara y le derribó para arrebatarle la bicicleta. Al caer, la cabeza del “Trinche” chocó contra el suelo.
Nunca recuperó el conocimiento. Fue trasladado al hospital con un derrame cerebral y dos días después durante una operación de urgencia para contener la hemorragia, dejó de respirar.
Carlovich murió a los 74 años, mientras Juan Ariel Maidana, de 32 años, fue detenido por la policía, acusado del homicidio.
Luego de su muerte, Maradona realizó un nuevo homenaje a la figura de “Carlovich” escribiendo en sus redes sociales:
“Con tu humildad nos bailaste a todos. Que en paz descanses, maestro”.
Diego maradona
