Chelsea y Manchester City se encontraron en la inminente historia de la Champions League. Los Blues supieron neutralizar a los Cityzens y se llevaron la ‘orejona’
El Manchester City de Pep Guardiola buscaba su primer título histórico y el Chelsea, el segundo luego de casi una década desde su última Champions League. Dos rivales que se enfrentan al menos dos veces al año, se vieron las caras para definir el título más importante a nivel de clubes.
La primera parte nos regaló un impredecible Chelsea que cortó los circuitos del Manchester City. Esto no dejó de ocurrir a lo largo de los 45 minutos y provocó que los Cityzens se equivocaran, algo poco común en los clubes que ha dirigido Pep Guardiola.
Ambos equipos se mostraron intensos y proactivos al ataque pero los Blues eran más precisos para defender el arco de Mendy. Timo Werner tuvo un par de oportunidades que no pudo capitalizar y tuvo que aparecer Kai Havertz para abrir el marcador.
El centrocampista alemán se encontró con un amplio espacio de cara a la portería rival, recibió un excelente balón filtrado y, con fortuna, le quedó el rebote ante la salida de Ederson para empujar el balón a las redes. Cabe destacar que la anotación no cambió el trámite del encuentro hasta el descanso.
Para el complemento, las cosas no cambiaron pero el ritmo sí, el Manchester City tomó el control del balón y adelantó líneas. Sin embargo se encontró con una excelente defensa blue, ya mermada por la salida de Thiago Silva por lesión.
Los minutos pasaban y los espacios se abrían, Kai Havertz hacía un excepcional trabajo a la hora de desdoblar en contragolpe. Desafortunadamente para la causa del Chelsea, no pudo capitalizar el par de oportunidades que se le presentaron en el complemento.
Salió de Bruyne por lesión, entró Agüero para buscar la épica en los últimos 10 minutos, donde cabe destacar que Mendy no había sido exigido. El tiempo pasaba y, pese a que el Chelsea replegó intentando alargar el partido, no se veía abrumado.
Los dirigidos por Guardiola se murieron con la suya, priorizando la tenencia de la pelota antes de intentar algo diferente. Se agregaron siete minutos que fueron más de lo mismo y el Chelsea se alzó con el título de la Champions League.