Después de ocho meses de rehabilitación, el Raúl Jiménez volvió a las canchas con el Wolverhampton, portando un casco protector en el cráneo
Después de ocho largos meses de espera, este sábado Raúl Jiménez por fin volvió a las canchas con el Wolverhampton para el duelo amistoso ante el Crewe Alexandra, tras ser operado en noviembre de 2020 por una fractura de cráneo en un choque contra el brasileño David Luiz en un juego ante el Arsenal en la Premier League.
Raúl arrancó como titular, acompañado de Francisco Trincao y Fabio Silva en el once inicial de su nuevo técnico y jugó los primeros 30 minutos del partido, tras una inactividad de 230 días y estrelló un disparo en el travesaño en un tiro libre de fuera del área.
Para festejar su regreso, la cuenta oficial de los Wolves publicó un tuit festejando el regreso de de su figura a las canchas:
La novedad en el atuendo del delantero mexicano es que A partir de este momento y hasta el final de su carrera, deberá colocarse un casco protector en el cráneo, como se acostumbra en otros deportes y como utilizó durante muchos años el portero checo del Chelsea, Peter Cech. ¿Cómo funciona este aditamento? ¿Ya sanó completamente la fractura de Raúl? ¿Le estorbará el casco para cabecear el balón?
Analicemos cómo funciona este aditamento y qué se espera para el futuro en la carrera del mexicano.
El regreso de Raúl con los Wolves
Desde el mes de mayo, los servicios médicos de los Wolves aseguraron que Raúl Alonso Jiménez regresará para la próxima temporada, para continuar con su contrato, que expira en 2024 con el club británico. El mexicano inició su rehabilitación a principios de marzo y solo estuvo restringido a practicar el juego aéreo.
Los médicos del equipo explican que la lesión ya sanó correctamente pero: “usará un casco protector para proteger la lesión ósea durante el resto de su carrera, aun cuando se le considera lo suficientemente fuerte como para jugar”.
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“Es maravilloso poder decir que Raúl ha tenido una notable y excelente recuperación hasta la fecha. No tiene signos mensurables de déficit y ahora se encuentra en la etapa en la que puede contemplar un regreso; pero aún se requiere cierto grado de precaución”, aseguró el servicio médico del equipo.
Otros especialistas aseguran que si la lesión sanó al 100%, el casco sólo funcionará como un implemento preventivo y que eventualmente podría dejar de utilizarlo.
¿Cómo funciona el casco?
El caso protege la zona afectada por el impacto original para amortiguar un nuevo golpe que podría causar un daño más fuerte. Esto porque el hueso fracturado se debilita y un nuevo golpe podría provocar una lesión irreparable.
Originalmente, el casco era utilizado por jugadores de rugby, quienes continuamente sufren fuertes choques de cabeza, sin protección. Están fabricados con una tela elástica suave con zonas acolchonadas que amortiguan el impacto con agentes externos. La tela se ajusta por presión a la cabeza para evitar que se mueva o se caiga, manteniendo la protección a lo largo de toda la actividad del jugador.
En el caso de la protección de Raúl Jiménez, más que un casco completo, como el que usaba Cech, se trata más bien de una diadema acolchonada que se ajusta a la altura de la frente y las sienes.
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Otra función del casco, además de prevenir otro golpe fuerte, será darle confianza al jugador para realizar los movimientos en juego aéreo que realizaba normalmente como delantero.
El casco de Raúl, además, es mucho más avanzado que las versiones anteriores, gracias al avance de la tecnología, es más ligero, más pequeño y absorbe mejor los impactos, algo vital para que Raúl pueda dirigir sus remates de cabeza con seguridad.
Las carreras de otros futbolistas con casco
Peter Cech es el pionero en la protección para la cabeza, a partir de 2007 luego de subir un fuerte choque en el 2006 en un juego ante el Reading, donde le fue colocada una placa de metal. Cech portó el casco hasta su retiro en 2019 y durante este tiempo hizo una fuerte campaña sobre el peligro de sufrir lesiones en el cráneo.
También en Inglaterra, Wayne Rooney sufrió una herida en 2013 que lo alejó de las canchas por algunos juegos y debió protegerse con una banda acolchada, como protección para volver al máximo nivel de competencia.
En el futbol femenil, Sofie Junge Pedersen de la Juventus sufrió una lesión en un entrenamiento en 2016 cuando jugaba para el FC Rosengard de Dinamarca. Desde entonces, decidió usar una banda acolchonada, luego de estar un año sin jugar y pasar cuatro meses en reposo total.
Christian Chivu del Inter de Milán usó casco en 2010 debido a que sufrió una lesión de cráneo en un partido de la Serie A. El jugador rumano necesitó cirugía.
Otro caso fue el de la jugadora Tuija Hyyrynen, también de la Juventus. La finlandesa sufrió varias conmociones cerebrales y decidió usar una banda de protección debido a que después del primer evento, el cerebro es más propenso a sufrir este tipo de lesiones.
“Tengo un historial de conmociones. Las he sufrido por los últimos años y en 2015 tuve una fuerte, misma que me hizo parar. Mi doctor me recomendó usar la banda para prevenir una lesión de cerebro a largo plazo”.