Luis Romo es hoy uno de los grandes activos del futbol mexicano, la Selección Nacional Olímpica en Tokio y claro, de la agencia Onze Sports que lo ha acompañado desde su debut con Querétaro hace más de tres años e inclusive en sus redes sociales

Esta historia la tenemos que comenzar con un dato: no hay ningún futbolista de la Liga MX -entre enero del 2020 y julio del 2021- que haya incrementado más el valor monetario de su carta que Luis Romo. En ese lapso, el jugador mexicano aumentó su precio 6.7 millones de dólares (MDD).

Y todo esto se debe a dos cosas: el compromiso del jugador de Cruz Azul con su evolución deportiva y el manejo de carrera que ha tenido gracias a Onze Sports, su agencia de representación. Las dos pesan por igual. Este verano Luis ha sido determinante con la Selección Mexicana que está en los Juegos Olímpicos.

La receta de Alfredo Rosales, director de la agencia, ahora es común, pero hace seis años no era cotidiano que los agentes decidieran fichar a jóvenes, convencerles y apostar por ellos. Por aquel entonces los movimientos de los jugadores eran dominados por Greg Taylor, Guillermo Lara o Carlos Hurtado. No es que no sigan operando, pero en el mercado hay más agencias como Onze Sports u otras.

Onze Sports nació en 2010 y Alfredo, junto a su equipo de trabajo, se dedicó a ir a los partidos de las Sub-17, Sub-20 para lograr convencer a las nuevas estrellas o las que creían que podían dar el paso para el profesionalismo y comenzar a representarlos. Así funcionaba su modelo de negocio. Uno de sus jugadores fue Luis Romo y si algo ha logrado crear la agencia mexicana que opera en la Colonia Roma con él es la fidelidad.

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Por ejemplo, Onze Sports logró en su momento que Roberto Nurse integrara a su storytelling como jugador sus raíces panameñas y logró que lo convocaran a la Selección de Panamá, además de convertirlo en el futbolista mejor pagado de la Liga de Ascenso.

Luis Romo es hoy uno de los grandes activos de la agencia. Lo acompañó desde su debut con Querétaro hace más de tres años e inclusive en sus redes sociales le dedicaron un post sobre su debut con el primer equipo durante un partido de la Copa MX ante Morelia.

En aquel momento el futbolista no se cotizaba en más de 243,000 dólares, hoy vale más de 9.5 MDD, tiene contrato con Cruz Azul hasta diciembre de 2022 y de acuerdo con datos obtenidos por VAR Deportivo, su cláusula de rescisión supera los 12 MDD.

Así ha evolucionado la cotización de Luis, ahora seleccionado nacional y uno de los jugadores que apunta a estar en el Mundial de Qatar 2022 y que ahora ha sido determinante en los Juegos Olímpicos de Tokio. También esa evolución va de la mano del trabajo de marketing y posicionamiento que tiene Onze Sports con él. Por ejemplo, le ayudó a cerrar un acuerdo con Adidas.

Luis encontró una agencia que le ha ayudado a evolucionar y guiar su carrera, pero el jugador de Cruz Azul aprendió a ser responsable casi por naturaleza. A los 19 años fue papá y aceptó que cuando estuvo en las Fuerzas Básicas de La Máquina, “me faltó dar el extra, un poco más”. Pero si es verdad que el destino existe, Romo es un ejemplo porque volvió al equipo años después y ahora es un referente del futbol mexicano.

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“Es un jugador disciplinado, que funciona en dos o tres posiciones y ha demostrado que tiene la madurez y capacidad para estar en Selección Nacional”, comentó hace algunos meses Gerardo Martino, entrenador de la Selección Mexicana.

Luis Romo

Hasta ahora todo ha sido un buen negocio para Luis Romo y Onze Sports. Hagamos un poco de números, si consideramos la venta de Gallos a Cruz Azul y un posible traspaso de La Máquina a otro equipo con las cifras que se manejan sobre el jugador (más de 12 MDD), la cantidad de dinero que le habrá dejado a la compañía de Alfredo Rosales son al menos 1.5 MDD, lo cual no es poca cosa.

‘Fichar’ a un jugador por parte de una agencia no es fácil. Se puede llevar entre tres meses y un año, sobre todo cuando son en categorías inferiores. Se tiene que analizar el contexto social, su historia familiar, platicar con los papás. No bastan las condiciones para decir ‘vamos a firmarlo’.

Luis entendió cuando salió de Cruz Azul -antes de los 15 años- que si quería descartar tenía que dedicarse mucho tiempo para mejorar, lo hizo y hoy el valor de su carta es un ejemplo que (a veces) el esfuerzo sí basta.