La halterista neozelandesa Laurel Hubbard quedó eliminada en la primera fase de su competencia en Tokio 2021, luego de una larga lucha por la inclusión

La alterista neozelandesa, Laurel Hubbard, primera mujer transgénero en participar en unos Juegos Olímpicos quedó eliminada de la competencia, luego de fallar sus tres intentos de arranque, en la categoría de los 87 kilogramos de halterofilia, por lo que ni siquiera pudo continuar a los levantamientos en envión.

Hace unas semanas, cuando se confirmó su participación en Tokio 2021, se generó una gran polémica, porque analistas advertían que tendría una gran ventaja sobre el resto de las participantes por su carga hormonal natural. Sin embargo, no pasó nada con ella en competencia y su aparición en la halterofilia femenil terminó con un mensaje de “profundo agradecimiento” por la oportunidad.

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Hubbard falló intentos de 120 y 125 kilos en dos ocasiones y se retiró de la plataforma con la cabeza inclinada un gesto de agradecimiento. Mientras que la china Li Wenwen, dominó la etapa de arranque con un nuevo récord olímpico de 140 kilos y luego en envión alzó 180 kilos, para un total de 320 kilos, también una nueva marca.

Y agregó: “Desde el punto de vista deportivo no he cumplido con los estándares que me había impuesto y tampoco los que esperaba de mí mi país. Sin embargo, he de estar agradecida a mis seguidores en Nueva Zelanda por todo el amor y el aliento que me han dado.

“Agradezco al Comité Olímpico Internacional (COI) por su compromiso en demostrar que el deporte es para todos, es inclusivo y esto es fabuloso. “Sé algo acerca de la controversia que rodea mi participación en estos juegos”, finalizó en referencia al cambio de estatutos que hizo el máximo organismo del deporte mundial para permitirle competir, una mayor inclusividad y diversidad.

Una participación polémica

Laurel Hubbard llegó con 43 años a la halterofilia femenil. En 2015 el COI permitió a los atletas transgénero competir como mujeres. Esto, siempre que los niveles de testosterona, una hormona que aumenta la masa muscular y tiene mayores concentraciones en hombres, están por debajo de cierto umbral.

En junio pasado, el COI ratificó su participación, en medio de una importante controversia. Muchos expertos aseguraron que tendría una ventaja sobre el resto de las participantes. Algunas críticas apuntan a que existen ventajas biológicas debido a que los hombres en la pubertad experimentan un aumento de la densidad ósea y muscular respecto a las mujeres. Por lo que permitirle competir con mujeres sería injusto. Aunque esto no ocurrió.

Mientras que otro sector apoyó su participación como una nueva etapa de mayor inclusión en los Juegos.

En el sector crítico la halterista belga Anna Vanbellinghen declaró que sería injusto. Que la aparición de Hubbard sería una “broma de mal gusto” porque, aunque apoya a la comunidad transgénero, el principio de inclusión no debería ser “a expensas de los demás. Porque esta situación en particular es injusta para el deporte y los atletas. “Se pierden oportunidades que cambian la vida de algunos atletas, medallas y calificaciones olímpicas”, dijo en mayo.

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Mientras tanto, el presidente del Comité Olímpico de Nueva Zelanda, Kereyn Smith, señaló que Hubbard cumplió con los criterios de elegibilidad. Indicó que Nueva Zelanda tiene una fuerte cultura de inclusión y respeto para todos”.

Hasta antes del inicio de los Juegos, Hubbard se colocó entre las mejor clasificadas del mundo en su categoría. En 2019 ganó el oro en los Juegos del Pacífico en Samoa, venciendo a una atleta del país anfitrión. Tras la competencia, el presidente de la Federación de Halterofilia de Samoa declaró que la selección de Hubbard en Tokio es como permitir que los atletas “se droguen” y que temía que Hubbard pudiera otra medalla a su país.

Un año antes, la Federación de Halterofilia de Australia intentó excluir a Hubbard de los Juegos de la Mancomunidad. La competencia se realizó en Gold Coast, pero los organizadores rechazaron la medida. En aquella ocasión, la alterista Hubbard tuvo que retirarse de la competencia por una lesión.