Norcorea tiene un importante programa de deporte, como estrategia política para controlar a su población y dar una imagen amigable al mundo
El 19 de julio de 1966 Corea del Norte, una nación con apenas 18 años de existencia y 13 años después de sufrir una guerra civil, apareció en el mapa deportivo. Ese día, la selección nacional de futbol jugó su tercer partido de la fase del grupo 4 contra Italia.
El equipo cayó goleado 3-0 en su debut contra la URSS, luego empató con Chile a un tanto y, finalmente, venció a Italia por la mínima, para avanzar a la siguiente ronda y dejar fuera al equipo azzurri, en una de las mayores campanadas en la historia de los Mundiales.
En la segunda ronda enfrentaron a la selección de Portugal de Eusebio y en solo 25 minutos los tenían 3-0 abajo. En el complemento no pudieron concretar la obra y terminaron cayendo 5-3. Su desempeño en aquel Mundial fue histórico, pero después de eso, desaparecieron del futbol mundial.
Apenas el 15 de octubre de 2019 jugaron su primer partido internacional de futbol en 30 años en las eliminatorias para Qatar 2022. El duelo se realizó en la ciudad de Pionyang donde recibieron a Corea del Sur, su archienemigo político. El partido fue tenso, se jugó a puerta cerrada, sin televisión ni acceso a la prensa sudcoreana. El resultado fue 0-0.
Sin embargo, cuando se anunció el reinicio de las Eliminatorias, el gobierno norcoreano decidió abandonar la competencia. El argumento era que el sistema sanitario al interior del país era tan frágil, que la única manera de protegerse de un brote incontrolable era mantener el cierre total de sus fronteras.
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Pero la realidad era que para continuar en las Eliminatorias los integrantes del grupo H tenían que jugar sus últimos tres partidos en Corea del Sur, para reducir viajes y riesgos de contagio. Norcorea decidió desechar la invitación pese a que marchaba en cuarto lugar, solo un punto debajo de Turkmenistán, con dos triunfos, dos empates y una derrota.
Ese no es el único esfuerzo que ha hecho el gobierno de este país por convertirse en una potencia deportiva, como una necesidad imperiosa.
La importancia del deporte en los regímenes totalitarios
Kim Jong-un encabeza uno de los gobiernos más herméticos del mundo. Por su ubicación estratégica respecto a Rusia, China, Japón y Corea, es un país de gran importancia política. Originalmente recibió el apoyo de la extinta URSS y posteriormente China lo tomó bajo su cobijo, para que pudiera desarrollar un comunismo recalcitrante que aplica conceptos como el culto a la personalidad o el control total de los medios de comunicación.
El deporte es una actividad prioritaria para conseguir este fin porque los gobiernos lo utilizan como un arma política, tanto para la población, como para formarse una imagen exitosa en el extranjero.
Por ello todos estos gobiernos tienen un importante programa de desarrollo deportivo como parte de su plataforma electoral.
Así, el gobierno de Kim Jong-un diseñó esquemas ara para desarrollar a los mejores deportistas en una actividad en particular, la halterofilia y promoverlos entre su población como héroes, además de mostrarle al mundo que cuentan con atletas elite. Su objetivo, que la población adore a sus héroes deportivos y que “compre” toda la información que su gobierno les venda. Algo indispensable en un país donde el gobierno tiene el control total de los medios de comunicación.
Por ejemplo, que Kim Jong-il, padre del actual dictador, recorrió el recién fundado club de golf de Pyongyang, con una tarjeta de 34 golpes bajo el par, en 1994, la primera y única vez que tomó un palo de golf.
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O que la maratonista Jong Song-ok ganó en el campeonato mundial de Sevilla 1999. Los norcoreanos aseguran que participó en Sídney 2000, aunque por instrucciones directas de Kim Jong-il no viajó. Aun así, se colocaron murales en diferentes puntos del país con su supuesta victoria. El único detalle es que la atleta nunca estuvo en la competencia.
Aun así, su triunfo en campeonato mundial es el logro más importante en atletismo para su país, solo que en una competencia que no es la que la historia oficial reconoce.
También en 2013 el gobierno invitó al polémico ex estrella de los Bulls de Chicago, Dennis Rodman, para disputar un partido de basquetbol. A partir de ese encuentro el “Gusano” se convirtió en amigo del líder norcoreano, quien de niño era fanático de los Bulls de Michael Jordan, donde Rodman ganó tres títulos. Además de un gusto personal, la visita de Rodman a este país resultó en una noticias que dio la vuelta a todo el planeta.
La fábrica de halteristas
Kim Jong-un llegó al poder en 2011 y declaró su deseo de crear una superpotencia deportiva en cuestión de años. Para ello, inició una primera fase en 2014 en el Campeonato Mundial de Halterofilia, celebrado en Kazajistán. El país comunista lideró el medallero por primera vez en la historia, con 12 oros.
Buscaron repetir la hazaña, pero en Houston en 2015 solo consiguió cuatro medallas de oro. En Anaheim 2017 no pudieron participar por problemas de visado. Luego solo llegó un oro y un bronce en 2019.
Esto postergó la segunda etapa del plan: ser sede de una competencia internacional. Fracasaron con su postulación para los campeonatos juveniles de 2017 y en el Mundial de 2018, aunque su desempeño les daba posibilidades reales.
¿Por qué el halterismo? El gobierno coreano eligió este deporte por una cuestión genética: tienen brazos cortos, espalda larga y piernas cortas, un prototipo que no ayuda a un velocista o un nadador.
Su gran figura es Om Yun-Chol, en la categoría de 56 kilos. Ha ganado oros en Londres 2012 y cuatro campeonatos mundiales en las últimas cinco ediciones: 2014, 2015, 2018 y 2019. Además de una plata en Río 2016. Es el cuarto hombre en levantar el triple de su peso, luego de romper el récord mundial de su división con 169 kg.
Sus métodos de entrenamiento son un misterio, debido al hermetismo que tiene el gobierno con sus atletas. ¿Dopaje? El director general de la Federación Internacional de Halterofilia en 2014, Attila Adamfi, reconoció que es difícil tener controles efectivos, aunque los atletas son analizados frecuentemente (incluso en exámenes sorpresa) y los aprobaron sin problemas.
En 2014, un total de 25 halteristas fueron sancionados por dopaje y solo uno de ellos era norcoreano, Ry Hyon Hwa.
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Lo que pudo averiguar la Federación Británica, fue que los atletas prácticamente viven alrededor del levantamiento de pesas en los deportivos instalados por la Comisión Estatal de Cultura Física y de Deportes. Allí comen, duermen y respiran halterofilia. Al final, sólo los más fuertes son apoyados para competir internacionalmente.
Al competir contra otros atletas, los halteristas coreanos y sus entrenadores no hablan con nadie. Tienen prohibido tener contacto con alguien que no sea de su delegación. Durante su estancia, son monitoreados por sus federativos en todo momento y necesitan estar disponibles a ser examinados cualquier hora de los 365 días al año.
Los mensajes políticos a través del deporte norcoreano
Para llamar la atención del mundo, el gobierno de Corea del Norte promovió que sus atletas desfilaran junto con la delegación de Corea del Sur, ondeando una bandera que mostraba la península coreana, una señal de unidad y cooperación entre ambas naciones históricamente antagónicas. Ya en las competencias, los atletas competían por su país.
Esto ocurrió en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000 y Atenas 2004, en los Olímpicos Invernales de Turín 2006, en los juegos asiáticos de Busan de 2002 y en los Juegos Universitarios de verano de Daegu de 2003.
Pese a estos esfuerzos de aparecer en el mapa deportivo mundial. Los mensajes del gobierno norcoreano actualmente son contradictorios. Por una parte, Kim Jong-un envió a su hermana y brazo derecho, Kim Yo-yong a Corea del Sur para la inauguración de los Juegos Invernales de Pyongchang 2018, la primera vez que un miembro de la familia gobernante visitaba este país desde la Guerra de Corea (1950-1953).
Pero por otro, se bajaron de las Eliminatorias para Qatar y de los Juegos de Tokio 2020. Para la población, en abril de este año se organizaron competencias a gran escala para celebrar el aniversario del natalicio de Kim Il-sung, fundador de la dinastía gobernante y abuelo de Kim Jong-un. El evento se realizó entre el 5 y el 15 de abril.
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El evento se conoce como Día del Sol y es uno de los festejos principales del país. Normalmente se conmemora con desfiles militares masivos y otros eventos culturales y deportivos. Una fiesta deportiva de esta magnitud se celebró desde 2013, pero se suspendió en 2019 por problemas económicos y el año pasado por la pandemia.
El evento se realizó porque el país intenta relajar sus medidas sanitarias para aliviar un poco su frágil economía. Aunque la realidad de su situación sanitaria es difícil de saber. Al final, Corea del Norte seguirá intentando crear su propio discurso, para controlar a su gente y para amenazar a cualquier país occidental que se atreva a pedirles apertura económica, democracia o mayores libertades para la población.