La NWSL, catalogada como una de las mejores ligas del mundo -o la mejor de futbol femenil– está envuelta en un escándalo. El pasado fin de semana suspendieron actividades por un caso de coerción para tener relaciones sexuales de un entrenador a una jugadora.
Desafortunadamente no es un caso aislado en la NWSL, incluso en los últimos meses se ha dado el despido de cuatro técnicos. Todos estos ceses se han dado por por razones extra cancha, incluyendo alegatos de conducta sexual inadecuada, abuso verbal, ambientes laborales tóxicos y comentarios racistas.
El último caso fue el de Paul Riley, uno de los directores técnicos más reconocidos de la liga, quien fue acusado de presionar a una jugadora para tener relaciones sexuales. Fueron las jugadoras Sinead Farrelly y Mana Shim quienes, valientemente, compartieron su historia.
Farrelly acusó a Riley de manipular el desbalance de poder entre entrenador y jugadora y usar coerción con ella para que tener relaciones sexuales con él. Mientras que Shim dijo que Riley intentó muchas de las mismas tácticas con ella que alegadamente utilizó con Farrelly.
Dichas acciones fueron negadas por el técnico, no obstante lo alarmante es que la propia liga tomó la decisión de ocultar el problema. Shim reportó el comportamiento de Riley en 2015 y el tema se trató en silencio, poniendo a más jugadoras en riesgo.
Por fin, después del ‘ruido’ que generó que las jugadoras alzaran la voz, Paul Riley fue destituido y le quitaron su licencia de entrenador. Desafortunadamente no sería el primer caso en el que la NWSL trató de ignorar o hacer un lado la incomodidad de sus futbolistas.
Alex Morgan se unió a la exigencia de que la liga mejore sus políticas
“Cuando miro hacia atrás, traté de ser la mejor amiga y compañera de equipo posible para Mana ayudándola a presentar una queja, cuando en ese momento no había una política contra el acoso, no había recursos humanos de la liga, no había línea directa anónima, no había forma de denunciar (…) Ahora hemos comenzado a poner estas cosas en su lugar, por demanda de las jugadoras, no porque la liga sea proactiva. Algo que pedimos es que la liga comience a ser proactiva, no reactiva. Estamos pidiendo transparencia”, declaró.
En la actividad que recientemente se reanudó, las jugadoras protestaron en los primeros minutos, uniéndose en un abrazo al centro del campo.