Alto revuelo y notable alegría causó entre los seguidores del fútbol cubano la partida a Costa Rica del delantero Daniel Díaz Quiala con el objetivo de realizar pruebas en la Asociación Deportiva San Carlos de la Liga Promerica.
Después de tres partidos de exhibición donde Daniel Díaz marcó cinco goles y repartió una asistencia, el atacante habanero firmó por tres años con los Toros del Norte para unirse al plantel Sub-20.
“Jugué béisbol durante 12 años y solo practicaba el fútbol en las calles o en el barrio. Al salir de la pelota por determinados problemas, el profesor Víctor Luis Pedroso me embulló a seguir con el fútbol” nos cuenta Daniel para VAR Deportivo.
“Filungo”, como lo conocen los aficionados de la Mayor Isla de las Antillas, mide 1.83 metros de altura a sus 19 julios. Golpea preferiblemente con la pierna derecha y se considera un “futbolista sacrificado y concentrado en el trabajo”.
¿De dónde viene el apodo “Filungo”?
─Me dicen así desde que tengo uso de razón porque a mi papá también lo llamaban “Filungo” cuando chiquito. Al final, se me ha pegado el apodo y ya son pocos los que me llaman por mi nombre.
Ídolos.
─Sigo a jugadores cubanos como Marcel Hernández, Onel Hernández y Maikel Reyes porque me llama la atención sus características, sin embargo, Cristiano Ronaldo constituye mi referencia mundial por la forma en que se empeña en conseguir las metas.
¿Y la adaptación?
─Nunca había jugado en un club profesional, por lo que llegar al San Carlos representa un paso gigante en mi carrera. Aquí se respira otro ambiente, es una de las mejores Ligas de Centroamérica con un nivel muy elevado. Pienso pulir ciertos detalles durante mi estancia.
Previo a su fichaje por el AD San Carlos, Díaz Quiala traía una experiencia en Campeonatos Nacionales de Cuba pero como dice el mismo Daniel: “Tengo que acostumbrarme a un fútbol más rápido e intenso. Pienso lograrlo con entrenamiento y disciplina.”
La varilla permanece bien alta, mas si otros cubanos como Marcel Hernández y Luis Paradela lograron asentarse en suelo tico, para “Filungo” también hay esperanza.