Fue en 2010 cuando Qatar obtuvo los derechos de organización de la Copa del Mundo. Poco a poco han ido mejorando en su propia selección para llegar a competir en su propio torneo.

Ahora Qatar es una de las novedades y grandes sorpresas en la Copa Oro, donde han demostrado un gran nivel. Les tocó un grupo complicado con Honduras, Panamá y Granada pero lograron clasificar a la ronda de eliminación directa como primeros de grupo.

Antes del torneo de Concacaf hicieron su aparición en la Copa América de 2019 e incluso era una de las selecciones invitadas a la más reciente edición. Esto solo obedece a la necesidad de la selección de subir su nivel para encarar mejor el Mundial de 2022.

Además, desde que se dio a conocer que peleaban la candidatura por el torneo internacional, la selección pudo obtener títulos. Consiguió la Copa de Naciones del Golfo en 2014, algo que no hacía desde 2004, además de la Copa del Oeste de Asia y la Copa de Naciones Asiática por primera vez en su historia.

A esto se le suma que el equipo participó en las primeras rondas clasificatorias de Asia, mismas en las que terminó primer lugar de su grupo. Cabe destacar que esto solo fue para buscar su lugar en la próxima Copa Asiática de Naciones en 2023, ya que están automáticamente clasificados a la Copa del Mundo.

Por si esto fuera poco, sus próximos encuentros amistosos serán ante selecciones como Portugal, Serbia o Irlanda del Norte. La inversión en pro de su futbol comenzó desde años atrás y sobre todo tras el poder adquisitivo que ganó la nación.

Una inversión de más de una década

En 2004, Qatar inauguró la Aspire Academy for Sports Excellence, escuela para entrenar jugadores a nivel profesional de élite. Esta sería la primera inversión a largo plazo, que en su momento estableció puentes con la Masía y que ya ha extendido sus puentes a equipos europeos como el FC Bayern o el PSG.

Para 2018, el diario ‘El País’ identificó a Qatar como el país con la inversión más alta per cápita en el futbol. Esto relacionando su proyecto no solo con la proyección del mundial, sino con una realidad europea que, a lo largo de la década del 2010, ha sido cada vez más evidente: el poderío económico que ostenta el club parisino PSG.

A todo esto hay que sumarle los gastos que implica albergar una Copa del Mundo, que según FIFA oscilan los mil 700 millones de dólares. ¿Hasta dónde llegarán?

Lee también: La disparidad de Concacaf que evita la competitividad