Ucrania en pausa y Rusia con su liga en disputa, el futbol en las repúblicas de la ex URSS tienen rostros diferentes durante la guerra
Se han cumplido 34 días del inicio de la invasión rusa en Ucrania. El acontecimiento conmocionó al mundo y ha producido una condena casi unánime y repudio generalizado de todo lo que tenga que ver con Rusia.
En el mundo del futbol, la situación fue similar: a petición del Comité Olímpico Internacional (COI), el 28 de febrero la FIFA descalificó a la selección de Rusia de las Eliminatorias para Qatar 2022. Mientras que la UEFA echó al Spartak de Moscú, único equipo ruso en competencias internacionales, de la Europa League.
A la medida se unieron otras competencias: la Euroliga de basquetbol o la Fórmula 1 también sancionaron equipos (CSKA Moscú, UNICS Kazán y Zenit San Petersburgo del Lokomotiv Kubán) o cancelaron eventos como el Gran Premio de Sochi, para borrar todo lo que tenga que ver con Rusia, mientras persista la invasión en Ucrania.
Sin embargo, el país realmente afectado por la guerra es Ucrania, donde no solo están suspendidas las actividades elementales, no se diga el deporte, están suspendidas.
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Si bien han sido cuestionados, muchos deportistas y figuras públicas ucranianas compartieron imágenes vestidos de soldados y anunciando su enlistamiento al ejército para defender a su país. Se dice que solo es una medida mediática, pero varios de ellos participan activamente condenando la invasión.
En realidad, el futbol al interior vive realidades completamente diferentes. Ucrania solo juega futbol fuera de sus fronteras, ya sea en su selección o con sus futbolistas que militan en otras ligas. Mientras que Rusia, de manera aislada, continúa con su torneo local, pero ¿cuál es la realidad del deporte que une al mundo, en un área flagelada por la guerra?
Un futbol en pausa
La Liga Premier ucraniana está detenida desde su jornada 18, disputada hasta el 12 de diciembre del año pasado. La tensión política provocada por la inminente invasión rusa obligó a suspenderla, por la falta de seguridad. El torneo era liderado por el Skhakhtar con 47 puntos, seguido por el Dinamo con 45 y el Dnipro -1 con 40. Cada uno de estos equipos tiene una historia vinculada con la guerra.
La cuenta de Instagram del Dinamo de Kiev, representante de la capital ucraniana, es utilizada para mostrar la tragedia de su ciudad bombardeada y la tragedia que vive la población refugiada. Pero también, trascendió un hermanamiento entre su afición ultra y la de su acérrimo rival en la cancha, el Shakhtar Donetsk, ambas aficiones se unieron para defender su independencia.
De hecho, el Shakhtar “habita” en un lugar complicado desde 2014, la provincia de Donetsk que junto con Lugansk son dos territorios prorrusas que el gobierno de Vladimir Putin intentó anexionar junto con la península de Crimea en ese año y que hoy reclaman como parte de su invasión a Ucrania.
Como consecuencia, en 2017 el se mudó a la ciudad de Járkov, para alejarse de la región conflictuada. El equipo también utilizó sus redes sociales para condenar la invasión a Ucrania y comparte mensajes de paz en la cancha.
Otro equipo afectado por la guerra es el SC Dnipro-1 que buscaba consolidarse como representante de la ciudad de Dniipropetovsk. En el presente torneo marchaba en el tercer puesto de la Premier Liga ucraniana detrás de del Dinamo y del Shakhtar.
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Este equipo sustituyó al extinto e histórico Dnipro, surgido en 1918 y que en 2015 llegó a la Final de la Europa League, luego de vencer al Napoli y perder ante el Sevilla. En 2018, el Dnipro desapareció por problemas económicos y la ciudad se quedó solo con el Dnipro-1, en el mejor torneo de su historia… ya suspendido.
Pero en este momento el futbol es lo de menos en Ucrania. En este momento la Arena Lviv, un estadio con capacidad para casi 35 mil espectadores y casa del FC Lviv y el Rukh Lviv y sede de la Euro 2012, hoy es un refugio para refugiados, debido a su cercanía con la frontera con Polonia.
“Colaboramos con las autoridades locales para convertirlo en un refugio para dos o tres mil personas. Si otros clubes quieren ayudar o enviar cosas como mantas, colchones, camas, almohadas, sería de mucha ayuda”, explicó el director de comunicaciones del Shakhtar Donetsk, Yuri Sviridov.
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El vocero señaló que recibieron cinco camiones con ayuda humanitaria donados por el Benfica. “nuestros empleados son voluntarios en el estadio. El Legia Varsovia de Polonia también sugirió que podría usar su propio estadio como un lugar para recolectar de otros clubes antes de que sea transportado a Lviv”, agregó.
Por su parte, la Selección ucraniana no ha confirmado si participará en su llave del Repechaje de la UEFA ante Escocia. Antes de la Guerra, el partido estaba programado para el 24 de marzo y se pasó a junio. Pero en este momento no hay certeza sobre si el combinado ucraniano participará.
“Mientras siga muriendo gente en mi país, no puedo pensar en jugar en Escocia”, declaró Oleksanr Petrakov en una entrevista con el canal de televisión ucraniano Football 1 el 25 de marzo, cuando se le preguntó sobre el tema. “Veremos qué sucede en abril y mayo. Pero no podemos pensar en ellos en este momento dada la situación actual”.
Petrakov es originario de Kiev y relató que ha decidido permanecer en la ciudad: “Soy originario de Kiev, no me he ido y no me iré a ningún lado. Me quedaré en mi casa en Kiev […] He tomado mi decisión: no quiero irme, no tengo miedo, soy un hombre de resiliencia. Para mí, Rusia no existe como país. En lo que a mí respecta, no hay gente ni amigos allí”.
Rusia y Bielorrusia: 2 ligas que siguen como si nada
Como parte del veto internacional a Rusia y Bielorrusia, su aliado ideológico, 37 países occidentales se unieron a la condena, entre ellos: Alemania, Francia, Inglaterra, Italia, Australia, Nueva Zelanda, Corea del Sur, Japón o Canadá, EEUU y España.
La medida, publicada por el Departamento de Estado de EEUU señala que “Rusia y Bielorrusia no puedan albergar, presentar candidatura o ser elegidas para organizar evento deportivo alguno”. También prohíbe a deportistas individuales de ambos países competir en otros países de este bloque, además de excluir a ciudades o marcas que representen a Rusia o Bielorrusia.
Ante las sanciones, el CSKA de Moscú, único equipo de ambos países en competencia internacional exigió un levantamiento de la sanción impuesta por la UEFA al excluirlo Europa League.
“Naturalmente, trabajamos en esta dirección, los juristas atienden este asunto. Hacemos todo lo posible para lograr el levantamiento de las sanciones”, declaró el director general del equipo, Román Babáyev a la agencia rusa TASS. Sin embargo, el CSKA pertenece al ejército ruso y es imposible que Occidente lo acepte de nuevo, mientras persista el conflicto.
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Sin embargo, el CSKA marcha tercero en el torneo Tinkoff, primera División de la Liga rusa con 42 puntos en 22 partidos. Es decir, el futbol en este país se sigue disputando como si nada. En el torneo es líder el Zenit de San Petesburgo con 48 puntos y es seguido por el Dynamo Moscú con 43 unidades.
Hacia el interior del torneo ruso el deporte sigue con normalidad: este viernes inicia la jornada 23 del torneo.
La situación en Bielorrusia es similar, el sábado golearon a su similar de la India 0-3 y este martes derrotaron por la mínima a Barhéin 0-1, ambos partidos disputados en el Estadio Nacional de Bahréin, en un amistoso internacional, sus primeros juegos desde noviembre y de los pocos que podrán jugar en lo que resta del año.
La sanción de la UEFA establece que Bielorrusia no podrá jugar contra algún otro país en casa ni recibir aficionados en un partido neutral del que sean anfitriones. Pero también la liga bielorrusa sigue en marcha, en un torneo que este fin de semana disputa su segunda jornada, al interior del país, no hay afectaciones por la guerra.
El orgullo del Sheriff Tiraspol
Otro caso de gran orgullo nacional, que además se relaciona con la tragedia en Ucrania, es la del Sheriff Tiraspol, equipo que juega en la División Nacional de Moldavia. Su sede es la ciudad de Tiraspol, capital de la provincia de Transnistria, un territorio prorruso que se ha declarado independiente de Moldavia, una pequeña nación que se encuentra entre Rumania y Ucrania. Aunque no ha sido reconocida por ningún país.
El Sheriff fue la sensación de la fase de grupos de la Champions League en 2021, vencieron al Real Madrid en el Santiago Bernabéu el 28 de septiembre. El equipo, como se esperaba, quedó eliminado en la Fase de Grupos, por debajo del Madrid y el Inter de Milán, con siete puntos, pero quedó mejor posicionado que el Shakhtar (2 puntos), sotanero del Grupo D.
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Ese no fue el final de la historia, al inicio del conflicto bélico del equipo, Yuriy Vernydub, se unió al ejército de Ucrania para luchar contra la invasión. Se trata de un ex futbolista ucraniano que jugó para el Sheriff, tomó el equipo desde diciembre de 2020 y ganó el título en su primera temporada como técnico, además de calificar al equipo a la Champions.
En Twitter circuló una fotografía de Vernydub con uniforme militar acompañado de otros dos soldados, Mientras que el jugador peruano del Sheriff, Gustavo Dulanto, escribió en Twitter: “Que Dios proteja a mi técnico Yuri, que se fue para Ucrania”.
Tiraspol, capital de Transnistria es una ciudad de un poco más de 130 mil habitantes. Oficialmente forma parte de Moldavia, pero tiene su propio gobierno, idioma, moneda, policía, ejército y hasta tiene un punto fronterizo para dirigirse a Chisináu, la capital moldava. Todo esto a unos 200 kilómetros de la frontera con la Unión Europea.
El futbol en otros países de la ex Unión Soviética
Otras naciones que integraron la Unión Soviética han tenido actividad “normal” este martes, pese a la cercanía de la guerra: Estonia visitó Chipre y perdió 2-0. Mientras que Kazajstán recibió en su hermosa Astana Arena a Moldavia, con victoria kazaja en penaltis, como parte de la división C de la Nations League.
Mientras que en partidos amistosos, Lituania visitó a Irlanda en Dublín, con victoria para el local (1-0), Letonia venció a domicilio por la mínima a Azerbaiyán, Georgia empató en Albania 0-0 y Noruega goleó 9-0 a Armenia en Oslo, en un intento por mantenerse alejados, aunque sea por un rato, de la crisis humanitaria que hay en Ucrania.
