El conjunto catalán apunta a regresar a puestos protagonistas en Europa tras la fuerte inversión que han realizado. Barcelona problemas financieros, sin embargo pudieron reforzar su plantilla gracias a palancas económicas. Desafortunadamente esto podría ser contraproducente si no hay un éxito inmediato.
Los blaugranas han sorprendido con incorporaciones como la de Raphinha, Kessié y Robert Lewandowski. Por si esto fuera poco, renovaron a Ousmane Dembélé cuando todo parecía indicar que se iba del club. Ahora apuntan a pelear por LaLiga y esperan que también dentro de la Champions League.
Con una inversión que ronda los 170 millones de dólares, muchos se cuestionan cómo es que lograron gastarlo cuando se encontraban en números rojos. Esto es gracias a las ahora ubicadas ‘palancas’, que, en términos sencillos, es vender parte de los activos de la institución a empresas que se quedarán con parte de sus ganancias a futuro.
Barcelona activó cuatro palancas económicas para tener saldo positivo
Cerca de 900 millones de dólares fueron los que ingresó el Barcelona gracias a las ventas mencionadas. Más concretamente pusieron en venta hasta el 49’9% de BLM, sociedad propiedad del club que gestiona el merchandising, el 25% de los derechos televisivos, así como el 50% de Barça Studios.
Esto le ha permitido al club librar las normas de la liga española y ya pudo registrar a casi todos sus jugadores. El único que falta es Joulés Koundé, quien está a la espera de que se libere masa salarial o haya más salidas en el club para entrar. Por así decirlo, el club, en el peor de los casos, espera quedar en balance cero para disputar la presente temporada sin ningún problema.
El corto plazo luce esperanzador para el club, sin embargo un paso en falso podría ser fatal para el futuro de la institución. Los ingresos van de la mano, sí con la historia del equipo, pero también con los éxitos deportivos, esos mismos que no han conseguido recientemente. Hipotecaron su futuro esperando que la plantilla que han armado los regrese al protagonismo y así, pagar lo prometido a los que invirtieron en la insititución.
Una ligera crisis de resultados podría arrastrar más que una sequía de trofeos. Ahora el Barcelona está obligado a ser un equipo ganador no sólo por la exigencia de su historia, también por la de sus deudas.