La vida transcurría normal en un restaurante de la ciudad de Rosario. Un hombre de edad avanzada, con un prominente bigote y el ceño fruncido más allá de ser el más feliz de la tierra goza de algún corte de carne hasta que, casualidad o destino, uno de los meseros que lo atiende le dice: “¿Ve a esa señora que está allá? Es la madre del jugador que le arruinó un Mundial. ”Ya con una parte de su corte a término medio, claro, atragantado por el doloroso recuerdo, el señor no encuentra una mejor solución para pasar esa angustia y termina por dirigirse a la mesa donde comía la mujer y, tras tocarle el hombro atinó a decirle: “Usted no tiene nada que ver, pero su chico es un hijo de puta”.
¿Absolutamente desubicado? Quizás, pero ese hombre prestó su voz para decir lo que todo un país pensó ese ahora lejano 24 de junio del 2006. Después de eso, Ricardo La Volpe se despide y abandona el recinto, mientras la madre de Maxi Rodríguez sigue con su comida, un poco atónita.
La Selección Mexicana de Fútbol se había clasificado muy cómoda al Mundial de Alemania con la obtención del segundo puesto en las eliminatorias de la CONCACAF. El conjunto de La Volpe, que contó con nombres como el de Rafa Marquez, Andres Guardado, Pavel Pardo o Jared Borghetti, terminó por debajo de Portugal en la fase de grupos que ambos compartían con Angola e Irán pero clasificó para disputar el cuarto partido, los octavos de final.
¿El rival? Un viejo conocido: Argentina. El equipo dirigido por José Pekerman, segundo en la clasificación de CONMEBOL, pasó primero de la fase inicial, donde compitió contra Países Bajos, Costa de Marfil y Serbia y Montenegro. Actores principales tales como Hernán Crespo, Juan Román Riquelme, Juan Pablo Sorín y un joven Lionel Messi buscarían la gloria máxima para su país en el vigésimo aniversario del Mundial de México 1986, donde Diego Maradona levantó el famoso trofeo dorado.
El partido se jugó en el Zentralstadion de Leipzig, ahora mejor conocido como Red Bull Arena. Los argentinos salieron a la cancha relajados y confiados por su gran actuación en el grupo pero La Volpe planteó el encuentro de una manera excepcional ante su patria y le jugó de igual a igual, más allá de la superioridad individual que manejaban los rioplatenses. Tanto fue así que el Tri comenzó ganando con un gol del capitán, Rafa Márquez. Sin embargo, a los 10 del primer tiempo, un gol en propia puerta de Jared Borghetti puso las tablas en el encuentro hasta que terminó el tiempo reglamentario. Dominio albiceleste pero mucha presencia y ocasiones mexicanas hicieron que se tenga que disputar la prórroga. Allí, en esos malditos 30 minutos de más, ocurrió el suceso que hasta el día de hoy sigue recordándose.
Minuto 8 del segundo tiempo suplementario y Argentina maneja el balón de lado a lado. Juan Pablo Sorín manda un pelotazo largo para Maxi Rodríguez, en ese entonces jugador del Atlético de Madrid. El rosarino domina con el pecho en el vértice superior derecho del área mexicana, y todos se ven venir lo que va a pasar: hasta en una de las transmisiones Carlos Bilardo, ex DT campeón del mundo, grita “¡arco!” cuando ve el control. Un zurdazo infernal a la escuadra izquierda de Oswaldo Sánchez significó la eliminación del Tri y del pase a cuartos de final de su selección, que terminaría perdiendo por penales ante Alemania.
Hace poco, Maxi Rodríguez realizó su partido de despedida en el Estadio Marcelo Bielsa de su querido Newells Old Boys dónde Maxi reconoció que ante el encuentro con el ‘Bigotón’ su madre, en sus palabras, se cagaba de risa.
Tan importante fue ese gol para él que las preguntas o recuerdos que siempre llegan en entrevistas o charlas con fanáticos es ese, que junto con el penal convertido a Holanda en las semifinales del Mundial de 2014, pusieron al jugador en el corazón de los argentinos. Eso si… en Mexico no lo quieren mucho, ni a él ni a su madre.